Arranca en Alemania la demanda colectiva contra Volkswagen con más de 4.000 causas españolas

El Tribunal de Brunswick debe dirimir ahora si la empresa «provocó un perjuicio» a los más de 450.000 demandantes

Test de emisiones en un coche de Volkswagen AFP

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El juicio podría durar hasta cuatro años. Ya ha sido probado en otros tribunales que Volkswagen se sirvió de dispositivos fraudulentos para ocultar las emisiones de CO2 en sus vehículos y el Tribunal de Brunswick debe dirimir ahora si la empresa «provocó un perjuicio» a los más de 450.000 demandantes, entre ellos unos 4.000 españoles y si «actuó de manera contraria a la ética». La demanda colectiva similar interpuesta en EE.UU. terminó allí con la obligación de la empresa de recomprar los coches a los clientes por el mismo precio al que fueron vendidos. La estrategia de la automovilística alemana, en este proceso, el primero colectivo de clientes europeos, es rebajar lo más posible la compensación a pagar, alegando que en cuatro años de uso de los vehículos, el deterioro, por así decirlo, se habría comido la reparación por daños que tuviera que pagar hipotéticamente la empresa.

La defensa trata de contabilizar ante el tribunal los daños a resarcir de esta manera : un coche cuyo precio de compra fue de 30.000 euros hace cuatro años y que durante ese tiempo ha hecho 50.000 kilómetros, perdería un valor de 6.000 euros, por lo que en ese caso Volkswagen pagaría solamente 24.000 euros a su propietario. Si, por ejemplo, el coche hubiera hecho 110.000 kilómetros, la rebaja ascendería a 13.200 euros y pagaría solamente 16.800 euros. Christopher Rother, abogado del bufete estadounidense Kanzlei Hausfeld, advierte además que «esta sentencia no significa que ninguno de los clientes vaya a recibir automáticamente ningún dinero, sino que cada uno de ellos, después de la decisión del tribunal, deberá presentar una demanda individual ante la empresa». «Y cuanto más dure el juicio, previsiblemente menor será la compensación que individualmente puedan recibir», alega en busca de un acuerdo cuanto antes.

«Para nada, nosotros somos positivos, muy optimistas, tenemos sentencias a nuestro favor y no esperamos que esto dure más allá de enero, por el bien de la propia empresa», ha dicho por su parte a la entrada del juicio el abogado de los demandantes, Ralf Stoll, que representa a la asociación de consumidores VZBV, que hace las veces de demandante único. «Hemos ganado ya varias demandas ante tribunales regionales, ¿por qué no íbamos a ganar esta vez si son los mismos hechos los que serán sometidos a juicio? Para nosotros el caso está absolutamente claro: Volkswagen ha engañado a sus clientes y debe pagar por los daños», ha asegurado. Sobre la posibilidad de un acuerdo, dice solamente «habrá que ver, Volkswagen está muy bien asesorada y comprenderá que lo mejor que puede hacer es satisfacer las demandas de los clientes engañados».

«Aún hoy siguen utilizándose cientos de miles de vehículos», insiste Martina de Lind van Wijngaarden, abogada de la empresa, «y dado que cada consumidor registrado deberá reivindicar sus derechos de forma individual , el examen de este requerimiento durará al menos hasta 2023, debido a la posibilidad de una apelación ante la Corte Federal, a lo que habría que sumar un año más de trabajo administrativo». Para reducir la duración del proceso, la VZBV está «abierta» a un acuerdo amistoso, pero «en ese caso, Volkswagen deberá, a pesar de todo, pagar un monto significativo», ha declarado el director de la VZBV.

El fabricante considera «poco imaginable» un acuerdo de ese tipo, debido a la heterogeneidad de las situaciones , como la compra de vehículos en el extranjero o después de la revelación del escándalo y preferiría llegar a acuerdos individuales con cada uno de los demandantes. La segunda audiencia está prevista el 18 de noviembre. En paralelo, en Alemania se presentaron 61.000 demandas individuales, de las que una parte llevaron a acuerdos extrajudiciales.

El escándalo estalló en 2015, cuando Volkswagen reconoció haber equipado 11 millones de vehículos con dispositivos para trucar los resultados de los exámenes de emisiones contaminantes. Desde entonces, el caso ha costado ya al grupo más de 30.000 millones de euros en gastos jurídicos, multas e indemnizaciones, pagados fundamentalmente en Estados Unidos.De momento, el fabricante apenas ha pagado en Alemania tres multas por un total de 2.300 millones de euros, pero sigue estando amenazado por toda una lista de procedimientos civiles y penales, mientras la actual directiva se esfuerza por pasar página y dejar atrás lo más rápidamente posible el tremendo daño de imagen que el escándalo ha causado a la marca. «Para Volkswagen el escándalo pertenece a la historia del grupo, como el escarabajo y el Golf», ha declarado Ralf Brandstätter, responsable de la marca VW al que los hechos llevan la contraria. La semana pasada, el actual director ejecutivo, Herbert Diess, y el presidente del consejo de vigilancia del grupo, Hans Dieter Pötsch, fueron enviados personalmente ante la justicia por manipulación de la cotización en bolsa al haber ocultado información relevante sobre el caso para las acciones. El exresponsable Martin Winterkorn, quien tuvo que dimitir en 2015, fue despedido por «fraude».

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