Un momento de las jornadas sobre el estudio del proyecto Life+Agricarbon
Un momento de las jornadas sobre el estudio del proyecto Life+Agricarbon - ABC
Proyecto Life+Agricarbon

La agricultura de conservación compensa el CO2 producido por 1,2 millones de europeos

Esta práctica agronómica, que fija dos millones de toneladas de carbono al suelo por año, ayuda a luchar contra el cambio climático

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La agricultura es una herramienta indispensable para la alimentación. Se enfrenta desde hace decenas de años al reto de tener que producir cultivos que den de comer a una población creciente. Según la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), en 2050 la población mundial rondará los 9.600 millones. Además, esta práctica agronómica, al igual que la ganadería, consumen numerosos recursos como el agua (aproximadamente el 90% del agua dulce del planeta), fertilizantes, combustible, luz, materias primas agrícolas destinadas a los piensos para la ganadería, etc.

Desde hace algunos años se está trabajando en la agricultura de conservación como una alternativa imprescindible para luchar contra el cambio climático, ya que ayuda a fijar millones de toneladas de carbono al suelo.

Esta técnica reduce la erosión y la contaminación de acuíferos

Esta técnica busca la conservación máxima del suelo, a fin de evitar su degradación. Para ello se reducen y minimizan las labores de arado y labranza, aboga por la rotación de cultivos, el uso racional de fertilizantes químicos, la utilización de los restos vegetales como medio natural de protección y fertilización de los suelos, consiguiendo aumentar sus niveles de materia orgánica, lo que reduce la erosión del suelo y la contaminación de acuíferos.

Se logra asimismo mantener la propiedad del suelo como sumidero de carbono para reducir la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera y se reducen las emisiones de CO2 a la atmósfera como consecuencia directa de la disminución de labores y el uso de maquinaria.

En relación con esta última cuestión, el estudio «Life+Agricarbon, agricultura sostenible en la aritmética del carbono» destaca que en los cuatro años de análisis del proyecto llevado a cabo en la UE las técnicas de agricultura de conservación ha permitido fijar en torno a dos millones de toneladas de carbono al suelo por año, compensando de este modo las emisiones anuales de dióxido de carbono de 244.000 personas, es decir, de 1,2 millones de europeos en cuatro años.

Cumplir con Kioto

Durante la presentación del estudio, presentado en la sede del Ministerio de Agricultura por la Asociación Española de Agricultura de Conservación Suelos Vivos (AEAC SV), la consejera técnica de la Oficina Española de Cambio Climático, María José Alonso, ha destacado que esta práctica agronómica ha sido imprescindible para ayudar a frenar el cambio climático y que nuestro país haya «cumplido satisfactoriamente» el Protocolo de Kioto. Destacó que los agricultores deben tener un «papel relevante» y haber «una estrecha coordinación entre los agentes implicados».

En el mismo sentido se ha manifestado el presidente de la Asociación Española de Agricultura de Conservación y catedrático de la universidad de Córdoba, Jesús Gil Robles, quien asegura que utilizando la agricultura de conservación y la agricultura de precisión en las fincas pilotos destinadas al estudio, «en las parcelas demostrativas en las que se han implementado ambas técnicas, se han dejado de emitir en torno a 20 toneladas de CO2 gracias a la reducción del consumo energético». Afirma asimismo que gracias a la agricultura de conservación, «donde se prescinde del laboreo del suelo, se ha llegado a reducir emisiones de dióxido de carbono hasta en un 88% y se ha conseguido almacenar hasta un 56% más de carbono respecto a las parcelas manejadas de manera convencional».

Robles destaca que esta práctica agronómica se puede aplicar en cualquier zona donde se haga agricultura resaltando «la eficiencia en el uso de la energía, la conservación de suelo y agua que esta técnica supone». Finalmente, animó a los agricultores a evaluar su actividad en relación a la sostenibilidad a través de un calculador disponible en la web «www.agricarbon.eu».

El proyecto Life+Agricarbon ha contado con un presupuesto de 2,67 millones de euros, con una colaboración europea de 1,23 millones y se ha desarrollado entre los años 2010 y 2014.

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