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San José negocia in extremis evitar el concurso de acreedores

Confía aún en cerrar un acuerdo con la banca que deje la deuda en 400 millones

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Se acaba el tiempo. Apenas las horas que restan hasta el mismo día de fin de año. Si no se firma un acuerdo in extremis con las entidades financieras acreedoras, la constructora San Joséentrará en concurso. Misión harto difícil, dicen fuentes conocedoras de las negociaciones. Entre los deudores, la gran banca española que aún espera recibir mayores garantías para refinanciar la deuda.

Ahora bien, entre el equipo directivo del grupo existen aún esperanzas de salvación ya que, dicen fuentes cercanas a su presidente, Jacinto Rey, advierten cierta predisposición a llegar a un acuerdo con sus dos principales acreedores: el Banco Popular y el fondo Värde Partners, ya que, como otras grandes entidades, podían haber vendido su deuda, pero no lo hicieron.

Tanto el Santander como el BBVA habían transferido ya la mayor parte de la misma, si bien aún mantienen posiciones residuales en el pasivo de la compañía.

San José tiene a día de hoy una deuda de 1.626,1 millones de euros, el grueso de la cual (algo más de 1.200 millones) proviene de la opa que lanzó en 2007 sobre la inmobiliaria vallisoletana Parquesol, a precios máximos de la burbuja del sector. Su principal acreedor era en sus inicios el Banco Popular, con una deuda de 476 millones (cifra que incluye la parte procedente del Banco Pastor, que absorbió el Popular). Ahora, Värde Partners, socio de la entidad que preside Ángel Ron (en su plataforma inmobiliaria y en el negocio de tarjetas) es, en la actualidad, quien posee el 52% del total del pasivo sindicado de la banca, 868 millones.

Värde, ¿un mirlo blanco?

Las mismas fuentes aseguran que la aparición en escena de Värde Partners ha sido, en los últimos meses, una brizna de aire para la compañía, ya que ha ido haciéndose paulatinamente a lo largo del año con la mayor parte de la deuda acumulada por la compañía con las entidades financieras que han ido desprendiéndose de la misma –Santander, BBVA, Sabadell, Barclays y Abanca–. El intermediario fue el mismo, Bank of America. Esta tendencia ha hecho que la dirección de San José aún mantenga esperanzas para salvar la compañía.

Según ha podido saber ABC, teniendo en cuenta que los créditos se vendieron con quitas superiores al 90%, en la mayor parte de los casos, Värde Partners ha invertido menos de 90 millones para erigirse como principal acreedor de San José y, por tanto, se convierte en su posible «mirlo blanco» para negociar su rescate de última hora. En el último comunicado que remitió la empresa gallega a la CNMV, el grupo San José avanzaba que tenía el respaldo de más del 75% de sus acreedores financieros para solventar el altísimo apalancamiento de la empresa.

La solución propuesta pasa por la transferencia a los acreedores de todo el negocio de la filial inmobiliaria, que es la parte «mala» del grupo. Las entidades financieras recibirían títulos de esta sociedad que deberá asumir deudas equivalentes al importe principal del crédito mencionado.

En concreto, los acreedores tomarían en torno a un 70% de la parte inmobiliaria de San José a cambio de canjear deuda por capital por unos 400 millones. El grupo gallego perdería el control sobre esta línea de actividad a cambio de evitar la antigua suspensión de pagos.

La nueva San José reanudaría su actividad tradicional como empresa constructora con una carga de deuda muy limitada para poder seguir con su plan de expansión, sobre todo hacia Iberoamérica. Así, la parte «sana» de la compañía, su división constructora, pasaría a manos de sus principales acreedores –Värde y el Popular–, que se quedarían como mínimo con el 25% del capital. Y Jacinto Rey mantendría la presidencia.

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