Mini-Transat La Boulangère

Tres españoles en la Mini Transat La Boulangère de 2019

En Clase Serie Miguel Angel Rondón y Rafael Fortes, y en Prototipos el joven Pep Costa; que se estrenan en esta transoceánica de 4.050 millas náuticas entre los puertos de La Rochelle, Las Palmas de Gran Canaria y Marin en la isla caribeña de Martinica

Dury Alonso

El canario Miguel Angel Rondón es el más veterano de los tres en navegación a vela. En la década de los ochenta era uno de los regatistas importantes en la clase windsurf, navegando con el equipo de tablas Fibreste en la categoría de ligeros. Hoy me lo recodaba otro windsurfista de aquellos años: “… era muy bueno con vientos ligeros”. Y puede que su participación en la Mini-Transat sea uno de esos proyectos que estuvo posponiendo hasta ahora, puesto que para él no representa ningún objetivo deportivo: ¡Más vale tarde que nunca! -en palabras de Rondón- “Es como un sueño para mí, un verdadero desafío personal”.

Su Mini 6.50 “Kristina”, que navega bajo la grimpola del Real Club Náutico de Gran Canaria, es un barco de Serie Vector 6.50 construido en 2018. Diseñado por arquitecto naval francés Etienne Bertrand, en el que destaca el volumen de proa tipo “scow” y sus formas redondas; una tendencia que cada vez más se puede ver en los veleros oceánicos de última generación.

Rafael Fortes, de Málaga, también compite en la Clase Serie con un Argo 6.50 de 2014. Admite que se lo he tenido que pensar dos veces antes de comprar este diseño de Lombard: "Cuando comencé a buscar la compra de un Mini, caí bajo el hechizo de los Argo. Los regatistas españoles han tenido buenos resultados con este modelo. Es un buen barco ciñendo y más ligero que el Pogo, así que puede ir más rápido. Sin embargo, el precio era alto, así que dudé. Fui a La Rochelle en 2017 para ver los barcos, convencido de que iba a comprar un Pogo 2, hasta que vi un anuncio en la página web de la Clase Mini de un Argo a la venta. Viajé durante la noche de Málaga al País Vasco para comprar este barco. No me arrepiento de nada. Era una oportunidad fantástica que no quería dejar pasar".

En lo personal, para Rafael la Mini-Transat es un gran proyecto personal: “… se centra en la mejora de mis habilidades en una serie de áreas. Es un punto de inflexión en mi "carrera, que me permite aprender más sobre las reglas del mar, la medición de la clase, la navegación con piloto automático, el tiempo y la estrategia; que se extiende a los materiales compuestos y la preparación de un barco.... ¡Tienes que ser un todoterreno en el Mini! El año pasado ha sido complicado para mí. Pero todo está bien: yo estoy vivo y el proyecto también".

Quien juega fuerte es el joven Pep Costa, que a sus veinte años se ha metido de cabeza en la Mini-Transat como uno de los pasos a seguir para poder alcanzar su gran sueño de participar en una vuelta al mundo en solitario como es la Vendée Globe. Participa en la Clase Prototipos, es el bisoño de los patrones en esta categoría, con su 6.50 “Tip Top Too”; un Mini de 2003 diseño del arquitecto naval Samuel Manuard.

"Es uno de mis primeros desafíos competitivos en las regatas de altura. Espero poder entrenar como patrón profesional, ya que las regatas en alta mar son mi vida. Quiero seguir mejorando mi estilo para poder competir en oceánicas. La Mini-Transat La Boulangère es la forma perfecta de construirlo, porque en mi opinión es «la escuela de las regatas transoceanicas»" . Es un deber. Estoy trabajando duro para intentar navegar esta regata lo más limpio posible, para estirarme y divertirme, pero también me encanta competir. Soy muy competitivo, así que quiero llegar a Martinica lo antes posible"; así de claro lo pone este estudiante de ingeniería en New York.

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