Opinión

Despropósito

John Salén, hablando con algunos periodistas sobre la situación del Centro de Prensa nos dijo: «yo no lo hubiera puesto nunca aquí»

José Margalef

Desde 2005, en Vigo, he estado en todas las salidas de la Volvo Ocean Race y ahora The Ocean Race; es decir en las seis últimas ediciones. En ninguna he visto el descontrol de la del día 15 en Alicante.

Quiero agradecer la colaboración de The Ocean Race y del Club de Regatas que hicieron posible mi presencia en la salida, pero esto no quita, la responsabilidad del desconcierto vivido por los periodistas.

Las cuatro salidas anteriores de Alicante (2008, 2011, 2014 y 2017) fueron realmente modélicas. Después de la pandemia era consciente de que no iba a ser fácil, pero el descontrol fue lamentable. Solo llegar a Alicante, la visión del Ocean Live Park o Village del Muelle de Levante era realmente espectacular, especialmente para los visitantes, pero no para quienes debíamos realizar nuestra labor informativa.

Lo primero de todo fue ver la Sala de Prensa, un recinto espectacular junto a la terminal a cruceros. Todo perfecto, excepto que estaba a 1,7 kilómetros del Village. Había más gente trabajando para la organización que periodistas.

Suerte que un servicio de microbuses hacía de lanzadera hacia la entrada del Live Park y que los conductores iban recogiendo por el camino a los periodistas, fotógrafos y cámaras completamente agotados (20 minutos andando)

En Alicante no estuvieron ni el Jefe de Prensa de la Regata ni sus ayudantes en la Sala de Prensa, ellos estaban en las oficinas de The Ocean Race de la entrada del Live Park. En todas las ediciones anteriores las ruedas de prensa se celebraban en el Centro de Prensa. Ahora, había que ir a un llamado Auditorium, a un kilómetro del centro de prensa, donde no había ni enchufes para ordenadores, ni wi-fi y el volumen del speaker no dejaba oír la traducción simultánea.

También hubo una rueda de prensa de la organización para comunicar las fechas de la siguiente edición, en el Museo Ocean Race, a 1,5 km del centro de prensa, donde no hubo ni siquiera traducción simultánea. Desde la guía de medios hasta las ruedas de prensa todo se hizo en inglés y en la página web de la Ocean Race, los textos en español se colocaban cuatro o cinco horas después de haberse celebrado el acto; un verdadero desprecio.

El último despropósito fue la salida de la regata. Por primera vez en la historia se dieron dos salidas. Una situación compleja para los periodistas ya que había que estar seis horas en el mar para ver un recorrido previo antes de la salida. Los que optamos por seguirla en la pantalla del Centro de Prensa tuvimos que ver cómo se cortaba la transmisión en directo de la salida de la etapa de los VO65 para mostrar un acto protocolario de la salida de los IMOCA.

Solo una aclaración final. John Salén, hablando con algunos periodistas sobre la situación del Centro de Prensa nos dijo: «yo no lo hubiera puesto nunca aquí». ¿De quien fue la responsabilidad de todo ese entuerto?

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