Un equipo perdedor no era para Íker

Madrid Actualizado: Guardar
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Prevaleció la razón, la neurona humana o quizás algún desagradable acontecimiento. El caso es que Íker Martínez y Luna Rossa han “partido peras” y han rescindido el contrato de mutuo acuerdo. ¿Las razones? No las han dicho ni las dirán, pero ya era obvio lo que iba a pasar cuando los italianos echaron sus redes a Íker y Xabi en la etapa de Auckland de la Volvo Ocean Race.

Luna Rossa no era un equipo para ellos, eso estaba claro desde el principio. Estos italianos resabiados y sin apenas palmarés sólo buscan dos cosas en la Copa América: La mujer de Bertelli quiere quitarse de en medio a sus esposo para que no le hunda el negocio de Prada; y como segunda opción, buscar publicidad a modo redacional en los medios. Mucha “pasta” le cuesta esto a la “reina” de Prada, pero le merece la pena, aun sabiendo que jamás se van a comer un rosco.

La estratégia de Prada era intentar acaparar a los medios españoles utilizando a Íker y Xabi, los dos regatistas más mediáticos de España. Campeones olímpicos, vueltamundistas... regatistas de postín, educados e incluso en ocasiones muy elegantes. Justo el perfíl que andaban buscando. Buena idea de marketing, pero no contaron con el carácter ganador de Íker. Si pensaban que el vasco iba a unirse a esa cruzada sólo por dinero, estaban apañados. Íker soñaba con participar en la única regata que le queda, la Copa América y como no se deja aconsejar, o hace oídos sordos a lo que le decimos los que le queremos, dijo sí al Luna Rossa.

Conociéndole sabía que iba a durar menos y nada con los italianos. Lo quiso intentar, ¡pues ale, a por ello!. Un ganador nato como es el vasco nunca puede pertenecer a un equipo perdedor, como es el italiano. Ahora me alegro de su decisión -porque la decisión final ha sido suya digan lo que digan- porque iba a ser muy duro, en el caso de que Prada hubiera accedido a que Íker fuera el skipper del AC72, verle perder una y otra vez contra los otros dos matados.

El 20 de agosto de 2012 publiqué un Virando por Estribor con el título “Luna Rossa no es para Íker y Xabi”, en el que contaba que era una aventura incierta para los dos porque llegaban al equipo tarde y con todos los puestos asignados y visto como son de “farfulleros” los italianos, mucho tendrían que demostrar para acceder a uno de los puestos claves del equipo.

Bueno pues no ha durado mucho la cosa. Íker no se ha dejado manejar y Luna Rossa no se ha dejado aconsejar por el oro olímpico y tal y como es el carácter de Íker salieron tarifando, eso sí, como señores y en un escueto comunicado de los italianos en el que no hay ganador.

Ahora se admiten apuestas de cuánto va a tardar Xabi en largarse de esa encerrona, que sólo le ha aportado dinero y seguro que más de un disgusto. La ¡Barcelona World Race os espera, amigos!

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