Federer, en Indian Wells
Federer, en Indian Wells - REUTERS

Revés de Federer a Nadal

El suizo anula al español (6-2 y 6-3) y regala una exhibición de golpes ganadores para acceder a los cuartos de Indian Wells, donde se medirá a Kyrgios

Madrid Actualizado: Guardar
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Siempre hay un motivo para vender como merece un Nadal-Federer, reeditado el duelo cientos de veces, pero ni con ese empacho uno se cansa. Inevitablemente se consumen las legendarias raquetas que más han dado en los últimos tiempos (32 grandes suman entre ambos) y cada partido se vive como si fuera el último, asumiendo el vacío que deja esa hipótesis, rescatando historias de hace más de una década para avivar la rivalidad más bonita que ha dado el deporte. Esta vez fue en los octavos de final de Indian Wells, en una ronda desconocida para ellos ya que siempre se han discutido la gloria cuando el torneo de turno ha hecho la criba, y Roger Federer se llevó por delante a Rafael Nadal en una exhibición tremenda (6-2 y 6-3), impulsado por la autoestima que le dio alzarse en la final de Australia de hace mes y medio.

El suizo llega a cuartos y ahí le espera un Nick Kyrgios bestial, incontrolable un par de horas antes en su batalla contra Novak Djokovic. Federer sabe lo que se le viene encima y Nadal puede centrarse desde ya en Miami, siguiente parada en su calendario.

Sin lucirse como se esperaba en Indian Wells a tenor de los precedentes, Nadal fue incapaz de sobreponerse al debate exprés que le propuso el suizo. A diferencia de Australia, esta vez se jugaba a tres sets y el escenario obligaba a afinar la puntería, así que Federer disparó la estadística de winners (26, por solo 10 del mallorquín) e hizo lo que quiso ante un Nadal inoperante y rendido desde el juego inicial.

Básicamente porque Federer salió como una moto, intensísimo al resto para quebrar a las primeras de cambio y alterar por completo el guión establecido. El campeón de 18 grandes se metió en la pista con una agresividad asfixiante y maniató desde el resto a Nadal, al que no le bastó con el ímpetu ni con la vieja táctica de buscar el revés del suizo con bolas que botan hasta el cielo. Ya de entrada, un contratiempo para el español, que pudo corregir de inmediato aunque no encontró recompensa en la única opción de break que tuvo en toda la tarde.

Como a Federer no le interesaba que la discusión se prolongara, se dedicó a buscar ganadores eludiendo los intercambios largos, buscando la pelota a bote pronto para desubicar a Nadal. Son muchas tardes de experiencia y se conocen al dedillo, así que el helvético trató de anular a su contrincante para evitar una de sus resurrecciones incomprensibles, que las ha habido a porrillo. Además, regaló un repertorio de golpes magníficos con el revés que aturdió por completo al zurdo, pues no entendía cómo la vieja táctica que le había dado 23 triunfos contra la leyenda fuera tan inefectiva esta vez. Nada que hacer.

Nadal, apagadísimo y vacío de energía, se vio completamente superado, sin recursos y contrariado por el desarrollo de los acontecimientos. Trataba de modificar su patrón, pero eso solo le generaba más dudas, delatado por las muecas y ese ceño fruncido que exhibe cuando las cosas se tuercen. En poco más de 25 minutos arrebatadores de su íntimo enemigo, perdía 5-1 y solo cabía esperar una reacción milagrosa en la segunda manga para evitar el sofoco.

No la hubo esta vez porque Federer le cerró la puerta, pletórico de nuevo para escaparse al quebrar muy pronto y abusar del endeble servicio de Nadal. Un solo break de ventaja, pero un mundo entre ambos, la noche y el día en Indian Wells. Obtenida esa mínima renta, Federer no necesitó nada más que mantener el ritmo ya que Nadal no estaba en condiciones de seguirle. Todavía hay días de esos tan bonitos en la vida de Federer.

Renovado a los 35 años, el genio de Basilea alzó los brazos una hora y siete minutos después con otro resto estupendo, coser y cantar para él. Avanza todo lo que retrocede Nadal, que se despide de California con un golpe duro de aceptar, un frenazo a este 2017 esperanzador. Su progresión, con final en Australia y Acapulco, necesita mordiscos, y de Indian Wells lo que se lleva es un revés. El consuelo es que se lo da Federer, que sigue siendo una maravilla.

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