Real Madrid | Champions

Aprender a vivir sin Sergio Ramos

El equipo blanco ha perdido seis de los últimos siete partidos continentales en los que no estuvo el capitán

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Ramos sigue un partido desde un palco IGNACIO GIL

R. Cañizares

El Real Madrid , que hoy tiene una final ante el Inter, nunca ha sido un club fácil para ser defensa. Un equipo que históricamente siempre ha querido ser el dueño de los partidos y que vive constantemente en área rival provoca que atrás sea obligatorio no perder nunca la concentración. Un defensa en el Madrid siempre ha tenido más que perder y menos que ganar. Si hace su trabajo como debe, será considerado natural, pero si no es así, le lloverán críticas y en muchos casos desmesuradas. Es el peaje de una zona del campo apartada de la purpurina y el confeti, reservada en la mayoría de los casos para los jugadores de medio campo en adelante.

Aun así, en sus casi 115 años de historia el Madrid ha tenido centrales que han marcado distintas épocas y que hoy son leyendas: Pirri, Zoco, Maceda, Santamaría, Marquitos, De Felipe, Quincoces o Sanchís son algunos ejemplos. Todos ellos dejaron un denominador común. Un vacío que costó un tiempo ocupar hasta encontrar un relevo de su misma entidad. Eso ocurrió también con Fernando Hierro, tras su traumática salida en 2003.

Con Hierro en la memoria

El central andaluz tenía entonces ya carencias incompatibles con la defensa del Madrid . Había perdido potencia y velocidad, y sufría mucho en los balones a su espalda. Eso hacía que pegara la línea defensiva al borde del área propia y así era imposible adelantar líneas. Los 35 años que marcaba su DNI no mentían. El problema fue que detrás de él había y vinieron centrales buenos, como Helguera, Cannavaro o Pepe, pero ninguno de ellos ocupó ese liderazgo que dejó el malacitano. Hasta que llegó Sergio Ramos, seguramente el mejor central de la historia del Real Madrid.

No se entiende la brillante etapa de los últimos años sin el actual capitán blanco. En su cabeza, el 20 de mayo de 2014 , se pusieron los cimientos de un ciclo glorioso de cuatro Champions en cinco años, más otro sinfín de títulos nacionales e internacionales. Tiene todas las cualidades que un central debe tener para jugar en el Real Madrid, y se le cae la personalidad de los bolsillos. Un líder que, a sus 34 años, plantea un dilema a la entidad de Concha Espina.

Tras él, hay un central muy bueno llamado Varane y otro en la frontera que valida si se tiene nivel o no para jugar en el Madrid, que es Militao . El primero estornuda cuando a su lado no está Sergio, y el segundo ha costado mucho dinero -50 millones- para el pobre rendimiento dado. En el mercado, ni en la cantera, hay ahora mismo un futbolista que pueda ocupar el lugar de Ramos, pero su renovación no está siendo un plato fácil de masticar. Problema serio sin, de momento, solución.

Club y capitán quieren seguir juntos en el camino, pero la entidad no quiere una renovación al alza ni de mayor extensión de una temporada, y el jugador busca algo más de dinero y asegurarse dos campañas. Por en medio hay fórmulas contractuales para que ambas partes queden satisfechas, pero el acuerdo aún tiene conversación y debate, mientras sobre el verde queda cada día más patente que un Madrid sin Ramos es casi como un Madrid sin Cristiano.

Si echamos un vistazo a los últimos batacazos europeos, en la gran mayoría de ellos no estaba Sergio. Mala premonición para el vital duelo de esta noche contra el Inter en el que el Real Madrid necesita, al menos, un empate que le haga salir de San Siro dependiendo de sí mismo para sellar su pase a los octavos de final.

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