Iñaki Williams, posando tras la entrevista
Iñaki Williams, posando tras la entrevista - BORJA AGUDO
Athletic Club de Bilbao

Iñaki Williams: «Solo en Gijón he tenido problemas por ser negro»

El atacante bilbaíno asegura que por el momento no tiene previsto salir del club rojiblanco, al que espera poder dar títulos en las próximas temporadas

BILBAO Actualizado: Guardar
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Es difícil dar con él lejos de los terrenos de juego. No suele decir una palabra más alta que la otra. Tampoco es amigo de la polémica ni del conflicto. Su trabajo es dar con el balón en la portería, y en eso es todo un especialista. Sin embargo, Iñaki Williams (Bilbao, 1994) no está pasando por su mejor racha goleadora con el Athletic, pues esta temporada solo ha logrado ver puerta en cuatro ocasiones. Una dinámica algo negativa que se ha extendido como un virus por todo el equipo, que, tras varios tropiezos inesperados, ha cedido terreno en la pugna por los puestos europeos.

A pesar de todo, a día de hoy nadie duda de la capacidad del joven atacante vizcaíno, que a lo largo de su vida ha superado con éxito retos mucho más duros.

Sus padres, refugiados de guerra procedentes de Liberia, se vieron obligados a huir a Baracaldo dos décadas atrás, aunque por motivos laborales fueron a parar a Pamplona. Fue allí donde Williams dio sus primeros pasos como futbolista, pese a que admite que su corazón seguía siendo rojiblanco. Lejos queda ya esa etapa de su vida. Ernesto Valverde lo ha convertido en uno de los buques insignia de su proyecto, y su nombre empieza a sonar entre los grandes clubes del continente Europeo.

-Su escalada hacia el primer equipo no ha sido fácil. ¿Cómo fue su vocación por el fútbol?

-Mi infancia fue dura, difícil, ya que mis padres son de fuera. He luchado mucho por llegar a donde estoy, aunque les debo mucho a ellos. Soy consciente de todo lo que me han dado y lo que han tenido que sufrir. Les doy las gracias, lo son todo para mí. Mi padrino, que era muy del Athletic, me inculcó el sentimiento del equipo. A raíz de eso comencé a darle patadas al balón, a entrenar y a ponerme como meta ser mejor cada día. Con trabajo y humildad, al final he sido capaz de estar aquí.

-Tengo entendido que hasta tenía vocación de árbitro.

-Sí, para sacarme unas monedillas iba a arbitrar los fines de semana después de jugar. Ganaba diez o doce eurillos para ir con los amigos y con la novia por ahí.

-¿Ser negro le ha puesto barreras en el fútbol español?

-Nunca he tenido ningún problema excepto lo que pasó en Gijón, donde hubo cuatro personas que se dedicaron a insultarme. Pero eso ha quedado como una simple anécdota, la gente en España me ha tratado muy bien, sobre todo en el País Vasco y sobre todo en Bilbao. Siento que me quieren mucho y siempre me he sentido a gusto.

«Mi infancia fue dura, difícil, ya que mis padres son de fuera. He luchado mucho por llegar a donde estoy»

-¿Cómo se sobrelleva el hecho de ser el objeto de los insultos racistas de parte de una afición?

-A mí me ha pillado joven, no me esperaba eso porque nunca había tenido ningún tipo de problema en un campo de fútbol. Yo voy al césped a disfrutar y a ganar, obviamente. Al final, el fútbol es un deporte más, lo que tienes que hacer es que los aficionados se diviertan y se sientan orgullosos, no es bueno pararse a pensar en los que van a insultar.

-Al Barça le metió tal vez el gol más emotivo de tu carrera. Fue en San Mamés, justo en el minuto en el que la gente aplaudía a Yeray, al que poco antes le habían diagnosticado un tumor. ¿Qué sintió al marcar?

-Ese fue un día muy especial, porque le habían hecho las pruebas y pudieron comprobar que, entre comillas, no era nada serio. Sabíamos que podría volver a jugar en poco tiempo, y la verdad es que fue muy bonito. El destino hizo que metiese el gol en el minuto 27. Al final, te emocionas y te alegras al ver a tu compañero sonreír otra vez. Toda la gente lo vivió. Ojala vuelva a ser lo que es. Por ahora ha vuelto como una moto, que era lo que esperábamos.

-Tuvo que ser una etapa difícil para el vestuario.

-Fue un palo. No es una lesión cualquiera, sino una enfermedad. Es algo que te choca. Mucha gente sufre este tipo de enfermedades, pero vivirlo tan cerca es muy difícil. Pero Yeray ha sido muy fuerte, y también ha tenido nuestro respaldo y el de otros deportistas. Con el apoyo de todos ha sido más fácil.

-Este sábado recibirán a un Depor que está atravesando una etapa algo negativa, pues no ha ganado ninguno de los últimos cuatro encuentros. ¿Puede ser un partido trampa, teniendo en cuenta la cercanía del encuentro contra el Apoel?

-Nuestro objetivo siempre es la Liga, pero sabemos de la dificultad que tiene ganar un partido en Primera división. En casa somos muy fuertes, creo que lo hemos demostrado en la primera vuelta. Esa tiene que ser la dinámica, ganar todos los puntos en casa para seguir en la pelea por Europa.

«Yo salgo al césped a disfrutar y a ganar. No es bueno pararse a pensar en los que van a insultar»

-Una de las asignaturas pendientes del Athletic esta temporada es el gol fuera de casa. ¿Qué está pasando en el aspecto anotador lejos de San Mamés?

-Somos conscientes que fuera de casa no están saliendo las cosas como esperábamos. A diferencia de otros años, las salidas se nos están complicando mucho, las cosas se nos ponen muy difíciles. Ganar lejos de San Mamés es muy complicado, porque el rival te exige y te aprieta. Además, nos está costando hacer ocasiones y dar salida al balón. Ya sabemos en qué hemos fallado, ahora en esta segunda vuelta tenemos que darle la vuelta a esa situación y empezar a puntuar fuera de casa.

-Vienen de sufrir una dolorosa derrota ante el Barça, al que tuvieron contra las cuerdas en algunos compases del primer tiempo. ¿Se sintieron decepcionados tras el pitido final?

-Sí que decepciona, en mi caso incluso un poco más, porque tuve ocasiones y las fallé. Pero esa tiene que ser nuestra dinámica, hacer ocasiones fuera de casa. Creo que lo hicimos bastante bien, en la primera parte merecimos meter uno o dos goles, pero, si perdonas al Barça, ellos las pocas ocasiones que tengan no las van a fallar. Esa fue la mala suerte que tuvimos.

«Nunca sabes lo que puede pasar en el futuro, pero ahora mismo no me veo con otra camiseta»

-Hay quien le quiere ver jugando en el Dortmund.

-Sí, al final cuando vienes haciendo bien las cosas desde años atrás te pueden salir varias novias, pero yo estoy tranquilo, estoy donde quiero estar. Soy muy feliz en Bilbao y espero pasar muchos años más aquí.

-¿No se ve vistiendo una camiseta distinta en el futuro?

-A día de hoy, te diría que no. Nunca sabes lo que puede pasar en el futuro, pero ahora mismo no me veo con otra camiseta que no sea la del Athletic.

-¿Cuál es en la actualidad su máxima aspiración?

-Mi principal reto sería levantar algún título con el Athletic y poder sacar la gabarra para poder vivir una fiesta en Bilbao, que es lo que queremos todos.

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