Elecciones a la federación

Villar justificó con balones ayudas para alimentos a Haití

Los investigadores creen que gran parte de los 116.000 euros en material deportivo no llegó al país caribeño

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Son muchas las cosas que no le cuadran ni al juez ni al fiscal que investigan el presunto uso fraudulento de subvenciones públicas concedidas a la Federación Española de Fútbol en 2010 para cuatro programas en distintos países de África y Suramérica. En realidad, prácticamente no cuadra nada. Ni las fechas, ni los importes, ni el personal contratado. Por eso, el presidente de la Federación, Ángel María Villar, y el propio organismo están imputados por malversación, prevaricación y apropiación indebida. Y por eso, no tuvieron más remedio que devolver con intereses los 1,2 millones de euros que fueron desviados para unos fines distintos a los que en principio se habían comprometido.

Todo es un dislate en esas subvenciones que se concedieron en los últimos meses del Gobierno de Zapatero.

Tan sonrojante, que la propia Federación ha tenido que pedir disculpas públicas por lo que se está conociendo. Pero sin duda lo que más escandalo ha levantado, por el territorio al que debieron haber ido destinadas las ayudas, es el del denominado «Proyecto Haití», gracias al cual se debió haber puesto en marcha una escuela de fútbol en el país caribeño, azotado por un devastador terremoto en enero de 2010. De entre todas las facturas que revisó el Consejo Superior de Deportes, las más llamativas son las tres que presentó la Federación por valor de 116.587 euros en concepto de balones de fútbol, porterías y otro material deportivo. Sin embargo, lo inicialmente presupuestado en material era justo la mitad, 58.000 euros, de los cuales 45.000 euros se pidieron al Gobierno para comprar alimentos. O sea, Villar y su equipo presentaron facturas de balones para justificar un gasto que debería haberse utilizado en su mayor parte para alimentar a los niños haitianos.

Cuando el CSD pidió a la Federación que explicase por qué había cambiado alimentos por balones, desde el organismo futbolístico alegaron que las autoridades de Haití habían solicitado suprimir las partidas de medicinas y alimentos «porque tenían mucho excedente», e incrementar las partidas de equipaciones y material deportivo. Pero la Federación no presentó después ninguna prueba -un correo, una carta, algo- de que existiera dicha solicitud por parte del Gobierno haitiano, por lo cual el CSD considera «injustificado» que el presupuesto para material deportivo pasara de repente de 11.250 euros a 116.000 euros.

Facturas en cuarentena

Pero aún hay más. El juez de Majadahonda que ha imputado a Villar y a a la Federación pone en cuarentena la validez de las facturas presentadas. De hecho, en el informe del Consejo Superior de Deportes al que ha tenido acceso ABC y que ha servido de base para el auto del magistrado y para los escritos de la Fiscalía Anticorrupción se sospecha que la adquisición del material deportivo «no se corresponde con la actividad subvencionada», ya que se trata de compras «en cantidades y fechas que no están directamente relacionadas con la actividad y que no estaban presupuestadas».

Para el CSD, «no ha quedado suficientemente acreditado el pago de dichas facturas por compensación, y no consta la remisión de dicho material al no haber factura alguna del porte». En definitiva, no solo se compraron balones en lugar de alimentos, sino que lo más probable es que la mayor parte de dichos balones los disfrutaran niños españoles en lugar de los chavales haitianos a los que en principio iban destinados.

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