Las «manos de mantequilla» de Casillas

El descenso de Íker Casillas a los infiernos es un hecho. ¿Pesadilla? ¿Declive? El portero del Oporto se había convertido en ídolo para la afición local, pero sus errores superan ya a sus aciertos y, camino de los 35 años, no faltan quienes que le dan la razón a José Mourinho cuando arremetía contra él.

Transcurrían sólo cuatro minutos del duelo en casa del Vitória Guimaraes cuando sus manos se mostraron incapaces de atajar un balón por alto, de manera que el gol fatal subió inmediatamente al marcador y el club portugués se aleja del liderazgo, a cinco puntos del Sporting de Lisboa y a tres del Benfica.

De Gea > Casillas. #Guimaraes 1 #Porto 0. #LigaNospic.twitter.com/eI30lyhqgc

— Michael Gatt (@MikielGatt) enero 17, 2016

Sabiendo cómo se las gastan los aficionados más acérrimos del bicampeón de Europa, Casillas optó por una actitud conciliadora al inicio de la segunda parte: antes de reanudarse el encuentro, se dirigió a la grada donde se arremolinaban los fans portuenses para pedirles disculpas por su grave error.

La cantada derivó en un mazazo psicológico y el Oporto no levantó cabeza en ningún momento, tal vez porque Rui Barros no sabe a qué atenerse y la función de entrenador interino en absoluto favorece las cosas.

El presidente Pinto da Costa busca desesperadamente a un técnico de garantías para sustituir al destituido Julen Lopetegui, quien precisamente se había distinguido como el gran valedor de la llegada de Íker.

El mercado invernal tiene los días contados y todavía no se vislumbra una solución. Curiosamente, uno de los candidatos no es otro que Sergio Conceiçao, el preparador del Guimaraes.

Lo que está claro es que la situación pinta muy fea para el ex guardameta del Real Madrid a cinco meses de la Eurocopa de Francia y con un David de Gea en estado de gracia en la portería del Manchester United.