El alarde que acabó en el más absoluto ridículo

Pocos podían creerse la acción de Paul Farman, portero del Lincoln City de la quinta división inglesa, que le convirtió en el hazmerreir de la grada y se ha hecho viral en la red. Durante su visita al Altrincham, el guardameta se pasó de atrevido y le costó un absurdo gol a su equipo.

La pelota llegó hasta su área cedida por un compañero después de que su equipo frenase una rápida galopada del rival. Lejos de despejarla y alejar la acción de sus dominios el guardameta quiso desafiar a la grada con una serie de toques. Una circunstancia que aprovechó Damian Reeves, delantero del equipo contrario para llegar y enviar el balón a la red.

De esta forma, lo que pretendía ser un alarde y un desafío para la hinchada rival se acabó convirtiéndo en uno de los fallos más ridículos de un portero en los últimos tiempos y en el gol que dejaba el partido empatado con un 3-3.