Vista de la afición del Athletic desde el balcón del Ayuntamiento de Bilbao
Vista de la afición del Athletic desde el balcón del Ayuntamiento de Bilbao - p. pazos

Supercopa: Bilbao se echa a la calle para celebrar el primer título del Athletic en 31 años

Los jugadores festejan desde el balcón del Ayuntamiento con cerca de 50.000 seguidores antes de dirigirse a la Diputación

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Bilbao se ha echado a la calle para celebrar la Supercopa de España obtenida este lunes por el Athletic Club de Bilbao en el Camp Nou. Cerca de 50.000 personas se han agolpado ante el Ayuntamiento, a cuyo balcón se han asomado los jugadores después de un acto con el alcalde, Juan Mari Aburto, en el Salón Árabe del consistorio. Esta mañana el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, felicitaba a los «leones» mediante un telegrama.

La jornada festiva ha arrancado a las 15.30 horas en la basílica de Begoña, adonde han llegado primero la directiva, con quince minutos de antelación, y luego cuerpo técnico y jugadores, muy puntuales, para la ofrenda de la copa, en un acto oficiado por el párroco del santuario, José Luis Achótegui.

El primero en descender del autobús, el capitán, Carlos Gurpegui, copa en mano, seguido del héroe de la final, Aritz Aduriz, autor de dos goles.

A las 16.30, el acto central del día: en el Ayuntamiento, recepción del alcalde y saludo desde el balcón para mostrar la copa a los aficionados. Una marea humana, pintada de rojo y blanco, los colores del equipo, aguardaba expectante a ambos lados de la ría. Llegada de nuevo puntual y el himno del Ahtletic a todo trapo por la megafonía. A continuación, foto de familia en la escalinata del hall.

«Ayer fuisteis el David que venció a Goliat», proclamó Aburto durante su discurso. «Somos capaces de ganar al mejor equipo del mundo.. o quizás somos los mejores del mundo», bromeó haciendo gala del típico humor bilbaíno. El regidor definió al Athletic como «caso único en el fútbol» y aseguró que «el mejor reconocimiento y homenaje», más allá de la copa, «es el del pueblo de Bilbao».

Tomó entonces la palabra el presidente del club, Josu Urrutia, quien aseguró que «solo queriendo ser mejores cada día se pueden conseguir objetivos ilusionantes». «Hoy, 31 años después, sentimos el orgullo de quien puede traer a casa un reconocimiento como el de esta Supercopa».

Munain, al frente

Llegó entonces el turno de mostrar la copa desde el balcón del Ayuntamiento. Le correspondió el honor al capitán, Carlos Gurpegui, flanqueado por Urrutia, Aburto y el entrenador, Ernesto Valverde. Una lluvia de confeti rojiblanco saludó una fotografía para la historia. «Parece que hemos ganado algo, ¿no?», bromeó Gupergui ante el micrófono. «Si hay un club que merece esto, es el Athletic». Recogió el testigo Aduriz, el goleador: «Esto es vuestro por todo el apoyo que nos habéis dado. Este equipo se merecía entrar en la historia Somos como vosotros., una cuadrilla, competimos contra todo el mundo, somos diferentes».

El alma de la fiesta, sin embargo, fue Iker Muniain, que se perdió el final de la pasada temporada y la Supercopa por lesión. Actuó como maestro de ceremonias y fue el encargado de ir dando paso a sus compañeros y animar al público tarareando «Mi gran noche», de Raphael. Mucho más comedido el resto, Valverde incluido, quien apenas pronunció estas palabras: «Todo esto es por vosotros y para vosotros. Seguro. Muchas gracias».

El último acto protocolario del día tendrá lugar al otro lado de la ría, en pleno corazón de la villa, en el Palacio de la Diputación, donde tendrá lugar la última recepción de este martes, a cargo del diputado general de Vizcaya, Unai Rementeria. Miles de personas se reparten a lo largo de la Gran Vía, la arteria por la que accederá el autobús que lleva a los héroes.

Sin gabarra

La Supercopa es el primer título que obtiene el Athletic desde el doblete -Liga y Copa- de hace 31 años. Sin embargo, el club ha optado por no sacar la famosa gabarra, la embarcación con la que se celebraron las últimas hazañas deportivas a comienzos de los 80. Entonces los jugadores surcaron la ría en un recorrido triunfal que esta vez se sustituye por uno más modesto, a bordo de un autobús sin techo.

La gabarra se queda en dique seco, entre otras razones, porque el Athletic vuelve a jugar este jueves: toca partido contra el Zilina en Eslovaquia, correspondiente a la última ronda previa de la Europa League. Y el domingo, de nuevo el Fútbol Club Barcelona, esta vez en el arranque de la Liga.

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