McLaren, el duro viaje de nueve años hasta la victoria

La era híbrida ha desubicado a muchos equipos, insolventes para fabricar coches capaces de competir con Mercedes y, en menor medida, Red Bull. Uno de ellos es McLaren, la segunda mejor escudería de la historia en resultados detrás de Ferrari. McLaren es propietario de doce títulos mundiales de pilotos y ocho de constructores, con especial supremacía en los años 80 y 90, cuando dominó la F1 con Niki Lauda, Alain Prost, Ayrton Senna y Mika Hakkinen. Dueño de 183 triunfos, McLaren vivía en la sequía. Su última victoria se remontaba a 2012 (Jenson Button, en Interlagos, Brasil ).

Desde entonces hasta ayer ha transitado por el desierto con motores Honda, Renault y Mercedes, y pilotos de todo tipo: Checo Pérez, Hamilton, Alonso, Magnussen, Vandoorne o Sainz . Con ninguno logró éxitos en un periodo de conversión, que incluyó la salida de la escudería del legendario patrón, Ron Dennis, sustituido por el americano Zak Brown.

«Ya era hora» , exclamó eufórico Ricciardo antes de interpretar su característico 'Shoey': tomar el champán del podio de su bota sudada y compartirlo con su compañero de equipo, Lando Norris, y el jefe de McLaren, Zak Brown.

«Liderar de principio a fin, no creo que ninguno de nosotros esperaba eso -aseguró el australiano-. No solo ganar, sino conseguir un doblete , es una locura. Para McLaren estar en el podio es enorme».

Ricciardo, cuyas otras siete victorias fueron todas con Red Bull , ofreció una tremenda respuesta a sus críticos después de un comienzo muy titubeante en el que no conseguía obtener prestaciones de su McLaren, adonde llegó procedente de Renault al final del curso pasado.

«Para cualquiera que pensó que me había ido, nunca me fui. Solo me hice a un lado por un tiempo», dijo Ricciardo.