Fórmula 1

Fernando Alonso y el pulso sin fin con lo 'british'

En Austin, como en el resto de su trayectoria, el piloto escenifica su pugna con el universo F1 dominado por los británicos y de escasa influencia española

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El mánager de Fernando Alonso, Luis García Abad, describió con elocuencia hace años el día a día del campeón asturiano en la Fórmula 1. «Fernando es un personaje muy exótico en la Fórmula 1. Somos dos españoles y por tanto minoría. Tenemos que madrugar más, no echarnos la siesta e irnos los últimos . Y ni así tenemos asegurado el empate». En el universo políglota, cosmopolita e itinerante de este deporte que visita más de veinte países cada curso funciona en realidad el espíritu ‘british’. Horarios y modos británicos, ingenieros procedentes del Reino Unido, empleados multinacionales formados en las universidades inglesas, escuderías con la sede en el Reino Unido y, por supuesto, el único e imbatible idioma universal –el inglés– como elemento de comunicación. Frente a ese mundo en evidente superioridad numérica lleva Alonso luchando toda la vida (19 años) y tratando de imponer un talante más latino o mediterráneo, estilo Ferrari o la colonia italiana con la que siempre se sintió más a gusto. En Austin (Estados Unidos) el piloto volvió a plantear batalla , siempre un guerrero, a propósito de los adelantamientos. Estaba luchando por la décima posición, un punto ante Raikkonen y Giovinazzi para alguien que ha ganado títulos y 32 carreras, y de momento ya ha conseguido que en el próximo gran premio (México) el árbitro de la F1 (Michael Masi) se reúna con los todos los pilotos para explicar el protocolo.

Horario británico

El ritmo de vida en la F1 era británico mil por mil hasta la llegada del grupo norteamericano Liberty Media, que lo ha suavizado con su pretensión de convertirlo en evento masivo más que en un certamen exclusivo. Carreras en Europa a las 14 horas, comidas a las 12.30 h, cenas a las 19 h, reuniones para todo, puntualidad extrema e innegociable, formalidad en la apariencia y, sobre todo, inmensa mayoría de trabajadores ‘british’ que viajan cada fin de semana por el mundo.

Mercedes, un gigante mundial de origen alemán con sede en Stuttgart, tiene su epicentro de trabajo en la F1 en dos fábricas próximas al circuito de Silverstone, en Brackley y Northampton . El fabricante francés Renault opera como Alpine en la F1 desde su sede en Enstone, a unos kilómetros de Oxford. Red Bull, un emporio austriaco que expande su dueño (Dietrich Mateschitz) por el universo de los deportes extremos, se refugia en Milton Keynes. Aston Martin, el antiguo Force India, posee su base de operaciones dentro del circuito de Silverstone.

Alonso sintió que había construido una comunidad en su época de plenitud. La presentación del McLaren 2007, en Valencia. Otro equipo español en la F1, Hispania (luego HRT). Otro gran premio en España, Valencia, además de Montmeló. Patrocinadores, industria. Y un séquito de periodistas siguiéndolo. Cuando fichó por Ferrari, 2010, había cuatro canales de televisión españoles en cada circuito y presencia mayoritaria de compatriotas suyos en las ruedas de prensa, pese a que en la escudería italiana consideraron entonces que los enviados españoles eran «agresivos y desordenados».

Sin presencia española

Mientras los medios de comunicación británicos, y también la colonia italiana, llevan varias décadas asentados en el ‘paddock’ de la F1, los españoles se han diluido con la ausencia de victorias de Alonso y la crisis financiera de los medios. Parecía que este año podía ser la rehabilitación hispana con el regreso del asturiano y Sainz en Ferrari, pero no se ha dado en la presencia de comunicadores.

En esta coyuntura se produjo la rueda de prensa de los jueves en Turquía. A Alonso se le preguntó por los adelantamientos en teoría indebidos por fuera de las líneas de la pista. Y el español saltó: « En Turquía hubo drama, porque fui yo el protagonista, pero a nadie más se le preguntó».

En el circuito de Austin, Alonso protagonizó una reñida lucha con los pilotos de Alfa Romeo, Raikkonen y Giovinazzi. Al español y al italiano, el director de carrera Michael Masi obligó a devolver la posición después de un adelantamiento por fuera de los límites. No así a Raikkonen en un duelo con Alonso. «Por desgracia venimos a América a darles un buen espectáculo para abrir la Fórmula 1 en este país y creo que hemos hecho un poco el... nah, no hemos dado una buena imagen», expuso el asturiano.

E insistió en su mensaje: «Kimi me pasó por fuera, yo pasé por fuera a Giovinazzi y le tuve que devolver la posición, como es lógico. Giovinazzi me pasó por fuera y tuvo que devolverme la posición, lógico. Fueron tres incidentes iguales. Dos se decidieron de una manera y otro de otra».

Y llegó a su conclusión: «Como a mí me sucedió en Turquía, espero que ahora en México hayan muchas preguntas a quien lo hizo esta vez». Alonso, voz hegemónica en un ecosistema poco propicio, lo ha conseguido de nuevo. La FIA (Masi) hablará con los pilotos en México para aclarar el protocolo de los adelantamientos.

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