Ciclismo

Valverde, el adoquín como objetivo

El murciano, gobernador de la temporada, quiere incluir al Tour de Flandes y la París-Roubaix en su programa de 2018

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La excepcional temporada de Alejandro Valverde (Flecha Valona, Lieja, Volta, Murcia, Andalucía, País Vasco) y sus números de quitar el hipo a los 37 años tuvieron continuidad en la sede de su patrocinador, Telefónica. Movistar condecoró su año mágico con una reunión-homenaje con presencia de medios en la que el protagonista desveló sus deseos de competir en un par de clásicas centenarias que no han caído en sus garras, el Tour de Flandes y la París-Roubaix.

El Tour de Flandes es la cita belga de los muros adoquinados, puro sabor ciclista en la mejor carrera del año. La París-Roubaix es el pavé puro de los ciclistas con kilos en el cuerpo y agarre en el asfalto.

«Pues yo creo que lo puedo hacer bien.

Este año Roubaix lo ha ganado Van Avermate, que es un monstruo, pero no es un ciclista de mucho peso. Me gustaría probar. Y también en Flandes, que creo es una carrera que me puede ir bien».

Valverde ha encontrado un nuevo desafío a su vida, ya que el Tour lo ha descartado en palabra y obra. «He tenido muchas oportunidades a lo largo de mi vida y no he conseguido ganarlo. Es la hora de Nairo Quintana y a él ayudaré este verano».

El murciano no cree que la atención de su equipio, el público y él mismo por el Tour lo haya aparcado en otras citas. «Nunca he descuidado las clásicas. He igualado a Eddy Merckx en la Flecha y Lieja».

Valverde considera que le cambió el chip después del podio en el Tour de 2015, cuando clasificó tercero y se quitó esa espina que tenía clavada. «Puede que ahí me cambiase la mentalidad, me liberase y a partir de entocnes corro más tranquilo».

Su director, Eusebio Unzué, lo calificó de «mito del ciclismo» y lo situó a la altura de los mejores ciclistas de la historia.

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