Y rompieron su maldición

En el Cádiz CF todos querían ascender. Futbolistas, entrenador, técnicos, directivos, medios de comunicación y sobre todo aficionados. Un ascenso deportivo conlleva otro salarial para los jugadores y miembros del plantel, un espaldarazo a la gestión de los rectores, más audiencia para periódicos, radios y portales y más diversión para la hinchada, que disfrutará con fútbol de mayor nivel.

Pero entre todos, dos chicos sobresalían por ganas, por tesón. Incluso existía cierta ansiedad. David Sánchez y Juanjo García llevaban dos años rumiando este éxito después del golpe tremendo sufrido en Llagostera cuando defendían los colores del Nàstic de Tarragona. En aquella ocasión, también partían como cuartos en el 'play off' para subir a Segunda y pasito a pasito superaban las distintas etapas para para colarse en la final ante otro conjunto catalán.

Desafiaban al destino. Podía ser el primer cuarto en subir. Como contaban en Canal Amarillo justo antes de emprender la hazaña con el Cádiz CF, después de eliminar al Racing de Ferrol (curiosamente) y al Sestao, se las veían con el Llagostera y hasta le vencían en la ida por 2-1. Pero en la vuelta, pese a forzar la prórroga, un tanto en el tiempo extra les dejaba con las miel en los labios y las lágrimas en los ojos.

Dos años después se encontraban en una tesitura similar. David recalaba en el Cádiz CF en el mercado invernal con el firme y obligado objetivo del ascenso de categoría. El sevillano no sólo había sufrido el revés con el Nàstic, sino que se quedó a las puertas en cuatro ocasiones más. Ya era una cuestión personal. Juanjo se acercaba a la treintena y su trayectoria merecía un paso por la categoría de plata, que aún no ha pisado.

Y ambos, David y Juanjo, se salían en el momento clave. El mediocentro ha sido decisivo con sus asistencias y con su gol de penalti frente al Racing de Santander, amén de su trabajo en la medular. El murciano se perdía los tres primeros encuentros pero le arrebataba el puesto a Carmona y se marcaba un final espléndido, con aquella cabalgada para frenar al herculano Alvarito en un contragolpe peligrosísimo.

Tenían esa cuenta pendiente y sobre el césped del Rico Pérez pedían esta fotografía que plasmara el momento en el que se quitan definitivamente la espina. Ya son jugadores de Segunda División.