Cádiz CF

Garrido: "Siempre me he considerado un jugador de club"

El jugador vasco cumplió el pasado sábado su partido número cien con el Cádiz CF

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Jon Ander Garrido posa para la web del club. CCF
Jon Ander Garrido posa para la web del club. CCF

Jon Ander Garrido cumplió el pasado sábado su partido número 100 vistiendo la camiseta del Cádiz CF. Mucho ha llovido ya desde que Locos por el Balón lo reclutase en un mercado invernal para darle empaque al equipo que entonces entrenaba Raúl Agné y que acabaría llevando a ‘play off’ Antonio Calderón. Ha llovido tanto que el ex del Barakaldo, con el que jugó 68 encuentros, ya ha conocido a varios entrenadores. Entre ellos, Claudio Barragán, del que aprendió que si se relaja tiene que hacer las maletas. Como las hizo para marcharse cedido a Ferrol en la temporada que Cervera consiguió el ascenso con sus muchachos, los mismos que ahora son compañeros del mediocentro vasco, que regresó de Galicia con la lección bien aprendida.

Juan Carlos Cordero y Quique Pina se lo explicaron bien clarito. El director deportivo, tan claro como siempre, lo llegó a decir incluso en público. O se centraba y se dejaba de vasitos largos o no vestiría la amarilla. Garrido, vasco y terco, se molestó y mucho con esas declaraciones pero aprendió el contenido de la advertencia. Tanto, que hoy no se entiende este Cádiz CF sin él en la medular.

Protagonista por su partido 100, la web del Cádiz CF le ha entrevistado en exclusiva y el vasco ha dejado algunas frases que lo definen a la perfección. “Siempre me he considerado un jugador de club. Cuando estoy contento en un sitio, no me gusta estar moviéndome de equipo en equipo”, comenta a una de las preguntas un jugador que en el Racing de Ferrol, como otro cadista como Raúl López, volvió a sentar la cabeza.

Garrido debutó con el Cádiz CF tan pronto como llegó. Agné lo puso a jugar ante el Écija en una fría y soleada mañana de finales de enero. Lo cierto es que al de Barakaldo se le vio sufrir sobre el campo. Acusó el desgaste de defender un escudo con tanta historia y la presión de una hinchada exigente como la de un grande cuando su equipo se arrastra por los lodos de Segunda B. Pese a todo, el vasco, guerrero, supo sufrir los 90 minutos y contribuyó a la victoria (2-1) ante el Écija donde Kike Márquez, su compañero de viaje a Ferrol, se convirtió en el héroe del partido marcando los dos goles. Sus recuerdos de esos primeros días no son del todo bueno en el plano personal. “Estaba muy nervioso. Para mí era la primera vez que iba a vivir fuera de casa, y en un principio no sabía si iba a ser capaz de sobrevivir solo. Para mí era comenzar una nueva vida a base de macarrones y pechugas de pollo (risas), pero sobreviví y aquí estoy”.

Si su crecimiento en el campo ha sido bestial, Garrido considera que donde él cree que está creciendo más en su vida profesional es en el plano psicológico. “He crecido en el aspecto mental. En el fútbol, como en la vida, surgen muchas situaciones que debes ser capaz de ir corrigiendo con fortaleza mental, y sabiendo superar muchas otras. Un futbolista tiene una vida tanto dentro como fuera del campo, y en ambos casos hay que saber elegir correctamente”.

Aunque no esconde que le hubiera encantado ser partícipe del ascenso en Alicante, Garrido no considera que su cesión al Racing de Ferrol “sea una espinita clavada porque la cesión me ha dado muchas cosas buenas”.

Sin embargo, la vida le brinda la oportunidad de conseguir otro, en este caso, a Primera. El jugador vasco no cree que sea un sueño porque ve “a este equipo capaz de conseguirlo”. Y lo siente porque según ve día a día se dan los condicionantes para conseguir el mayor éxito. “El ambiente que hay en el equipo nunca antes lo había visto en otro vestuario. Estoy convencido que tenemos todos los alicientes para acabar haciendo algo muy bonito”. Esta idea la sigue explotando convencido de que es la clave del éxito del equipo cuando vuelve a ser preguntado por la fórmula mágica. “Es que realmente la clave es el vestuario y el buen ambiente que hay entre todos nosotros. Cuando en un vestuario, como en cualquier otro ámbito de la vida, la conexión con los tuyos es buena y hay buen rollo, los resultados son mejores. Cuando hay que animar, pelear o correr por tu compañero, lo haces encantado”.

Garrido dice que debe mejorar el desplazamiento en largo, y para despedirse comenta que le gustaría que el cadismo le recordase por su entrega. “Que sepan que siempre lo doy todo por este escudo”.

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