CÁDIZ CF

Desde Salva y Michu a Di Canio o Ched Evans: Güiza no es el único repudiado

Motivos futbolísticos, políticos, racistas y hasta por cuestiones de imagen han propiciado que las hinchadas intenten frenar un fichaje: y muchas veces lo han logrado

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Salva, michu, Reyes, Zubikarai y Di Canio tuvieron problemas con las aficiones.
Salva, michu, Reyes, Zubikarai y Di Canio tuvieron problemas con las aficiones.

El Cádiz CF está muy cerca de fichar a Dani Güiza, y nunca antes un futbolista había alarmado a tantos aficionados amarillos antes incluso de que se confirme su contratación. La hinchada amarilla toma la palabra y se manifiesta acerca de la idoneidad o no de la llegada del delantero jerezano.

Un amplio sector se opone a su aterrizaje esgrimiendo argumentos más sentimentales que futbolísticos, como que en su día se declaró anticadista o deseó que descendieran los de Carranza. No faltan los que no confían en el rendimiento de un jugador de 35 años con una trayectoria complicada e irregular (aunque estos son los menos). Y por supuesto, alguno se ilusiona con todo un Campeón de Europa y pichichi español marcando goles con la zamarra de Hércules.

Si se rubrica este fichaje, el coliseo de la plaza Madrid puede vivir tardes extrañas, dividido entre ‘pros’ y ‘antis’. Es curioso y nada habitual que una parte de la afición se ponga en contra de un futbolista que vista su camisola. Más que intenten frenar su compra. Curioso, poco habitual, pero no es un caso único.

Meteduras de pata

Hace escasas fechas, el Deportivo de la Coruña daba marcha atrás en la contratación de Julio Rey al descubrir que en 2012 escribió un Twitter ofensivo: «Puta Dépor, puta Riazor», lo que produjo las iras de la hinchada gallega. Es el más reciente.

Y es que los ‘supporters’ son los clientes de esta Sociedad Anónima y algo tienen que decir, aunque cada vez sea menos.

En 2013, los ‘Celtarras’, ultras del Celta de Vigo, consiguieron que el presidente del club vetara la llegada de Salva Ballesta como segundo entrenador junto a Abel Resino. Motivos políticos. «Solo he dicho que me siento muy español», señalaba el atacante, de una ideología muy marcada y opuesta a la nacionalista de los gallegos.

Similar pero contraria. El Hércules tenía casi firmado a Eñaut Zubikarai, portero de la Real Sociedad (2011), pero en cuanto se comenzó a divulgar que su padre Candido Zubikarai se encontraba en prisión desde 1989 por colaborar con un comando de ETA y que el guardameta era asiduo a manifestación a favor del acercamiento de presos vascos. Eso pesó mucho en Alicante, pero fue decisión de club y no de afición rechazarlo.

Miguel Pérez Cuesta ‘Michu’ puso de acuerdo a los radicales de Sporting y Oviedo: nadie en Asturias quería que acabase vistiendo la rojiblanca en El Molinón. Ni siquiera él, que reconoció no estar muy convencido. El club gijonés puso una oferta encima de la mesa, Preciado le abrió las puertas, negociaron, y las dos hinchadas clamaron para que el ídolo azulino no se fuera al eterno rival, y para que un ‘traidor’ no se infiltrara en casa. Objetivo conseguido. El delantero terminó en el Rayo Vallecano.

Y es que son los argumentos futbolísticos los que predominan en estos rechazos. Se paga muy caro haber sido futbolista del adversario. José Antonio Reyes nunca se sintió a gusto en el Vicente Calderón, y solo pudo silenciar los silbidos mientras metía goles (el mejor ejemplo para Güiza). Los colchoneros también bramaron en las redes sociales cuando se especuló con la compra del canterano del Real Madrid Roberto Soldado. #UnAtletisinSoldado era el Hashtag.

Escándalos internacionales

A nivel internacional resuenan los ecos de los seguidores del Sunderland, muy dolidos cuando se anunció al nuevo técnico: Paolo Di Canio. El italiano ha sido uno de los futbolistas más polémicos de la última era por su agresividad y su filiación política, y en una entrevista reconoció ser fascista, lo que dividió a los hinchas británicos. Tuvo que pedir perdón y asegurar que todo fue un malentendido, que no quería decir eso, pero la (mala) fama le precede por donde va.

Para que no haya lugar a dudas entre los directivos, los ultras del Zenit publicaron en un manifiesto que se oponen a que en su equipo jueguen peloteros de raza negra u homosexuales, algo que molestó a la entidad, que les ha hecho tragar con Hulk y Witsel, entre otros.

Un asunto más peliagudo es el de Ched Evans. El Oldham Athletic renunciaba al delantero «debido a las amenazas de muerte recibidas por la junta directiva y a la posible pérdida de patrocinadores», y que el ariete fue condenado por violación en 2009, motivo por el que también le rechazaron el Hibernians, el Hartlepool y el Sheffield Wednesday.

Los precedentes demuestran que los seguidores tienen mucho que decir en estas situaciones. Algunos pugnan porque Güiza nunca vista de amarillo, como el mismo delantero prometió en su momento. Una lucha de fuerzas del cadismo.

OTROS CASOS

Salva Ballesta

No pudo ser segundo de Abel en el Celta por su filiación política

Eñaut Zubikarai

El Hércules no lo firmó al ser hijo de un condenado etarra e ir a manifestaciones a favor del acercamiento de presos vascos

Michu

La hinchada del Sporting no quería a un oviedista en su equipo. Ni la azul

Julio Rey

Los seguidores denunciaron un insulto suyo en Twitter al Dépor en 2012. Fuera

Reyes y Soldado

El sevillano fue silbado en el Calderón por merengue. El delantero ni fichó

Paolo di Canio

Autodeclarado fascista, parte de la afición del Sunderland se opuso a su llegada

Ched Evans

Amenazas de seguidores impidieron el fichaje de este condenado por violación

Zenit

Sus seguidores no quieren negros

Ver los comentarios