Cádiz CF-Mallorca (PREVIA) Tres, dos, uno... ¡Disfruten!

La Liga en Segunda es muy larga, eterna. Habrá tiempo para sufir, para luchar, para agobiarse, para sonreír, para gritar, para lamentarse, para hacer cuentas, para todo. Pero el duelo de esta noche, sus momentos previos, incluso su desarrollo, sólo y exclusivamente es para hacer una cosa: disfrutar. Disfrutar al máximo. Que son muchos años de sufrimientos, demasiados.

La vida es corta y hay que saber descifrar los momentos en los que hay que soltarse el pelo, volverse loco, olvidarse de todo y disfrutar. Y hoy, el cadismo está ante uno de ellos. Claro que de todo habrá. Desde el cincuentón que quiera a su Cádiz CF en Primera hasta el infante que ha vuelto a meter en Carranza ese bendito veneno de la inocente humildad.

Y entre medias, el aficionado sensato, el que se divierte cuando puede y aprieta cuando el equipo afloja. Pero hoy todos los cadistas irán a su casa, Carranza, con una sonrisa llena de esperanza. De esperanza en un futuro que comenzó en Carranza ante el Racing de Ferrol y que debe continuar esta noche ante el Mallorca en lo que será el retorno de un mítico estadio conocido en toda la geografía española desde tiempos remotos.

Disfrutar. Solo hay que centrarse en ello. Empaparse de pé a pá las previas de los distintos periódicos con el desayuno, comentarlas con el amigo en el bar con la cervecita, imaginarse el partido en la comida, soñarlo con el digestivo, paladearlo sobre la toalla en la siesta y enchufarse hasta la noche con el comienzo del partido del retorno, de la vuelta, del regreso del Cádiz CF a la categoría a la que debe sujetarse como el cargador gaditano empuja cuando sube Novena. Porque este Cádiz CF ha llegado a la Plata en base a una hermandad que fue capaz de transformar lo que iba siendo un motín en una gran familia que reinó en el Norte, desde Ferrol a Cantabria y llegando a Alicante.

Disfrutar. Hacerlo con el ambiente. Deleitarse con las camisetas amarillas que desde primera hora de la tarde comenzarán a inundar las calles de la ciudad del Levante. Disfrutar. Con los amigos, con la familia, con el nuevo cadista, con los viejos, con los cansinos, con los retornados, con los que vuelven, con todos. Hay que disfrutar. Hoy es el día para ello.

Hoy regresa la alegría. La televisión ha querido que la luna sea testigo directo del pitido inicial con el que comenzarán a volar los sueños de muchos y la realidad de unos pocos. Esos pocos a los que Cervera tratará de aislar de un ambiente festivo que para nada debe malentenderse con el lema aquel de ‘hemos venido a emborracharnos, el resultados nos da igual’. Una frase, que aunque finalmente fuese aprobado su castigo, resultó magnífica en su inspirada creación y que refleja el sentir de una hinchada que sabe perder y, sobre todo, disfrutar.

Carranza afrontará su regreso al escenario deseado con un equipo empeñado en dedicarle a su afición la primera victoria ante un rival tan duro como con el que se empató en la primera jornada. Cervera apenas tocará el equipo y responderá a la baja por lesión de Migue con la entrada de su chico de los recados, Servando.

Poco a poco, el técnico del Cádiz CF va acumulando jugadores pero hasta que los nuevos no se enganchen al método tendrán que ir esperando su turno. El que tiene más cerca su entrada es Brian Oliván, que de los fichajes es el que más en forma llega tras hacer la pretemporada con el Granada. También se espera pronto la entrada en el centro del campo de aire fresco, como el que debe traer Eddy Silvestre, ese jugador que mandó fuera a David Sánchez. También debería llegar a ese doble pivote Abdullah, pero ya anda lesionado y eso tiene mosca a Cervera.

El caso es que la pólvora se la guardará Cervera en el banquillo, al que regresa Güiza, loco por retirarse en Primera, en Carranza y de amarillo.Lo que es la vida. Y la vida del cadismo se detiene hoy en un día que debe ser inolvidable para todos. Una victoria sería mucho pedir, pero con Cervera todo es posible.