Cádiz CF

El Cádiz CF de Espárrago también renqueó

El once de Chapín también se tambaleó durante la recta final de la Liga 2004/05

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El once de Chapín.
El once de Chapín.

Que nadie se inquiete, que lo que está pasándole al Cádiz CF es de lo más normal. Que nadie tire la toalla, que el tránsito por el que está pasando el Cádiz CF hay que sufrirlo también. Que nadie dude de un equipo que ha sido capaz de ganar en el campo del Girona cuando el equipo catalán era invencible. Por supuesto que no hay que mirar a otro lado y hay que percatarse de que el once de Cervera ha encallado, pero se puede salir al igual que se salió ya en la primera vuelta. Solo hay que confiar. Y trabajar.

En busca de remedios anda Cervera desde hace unas jornadas.  El entrenador cadista admite que las cosas se están torciendo y que el equipo está sufriendo más de lo debido.

Pero todo eso, hasta cierto punto, lógico. Los rivales, conforme se va acercando el final de Liga, aprietan más. Todos los equipos han pasado a jugarse algo y el miedo a perder es tan grande que se prefiere un punto al vértigo que da tirarse a lo loco a por los tres. Aunque el punto apenas sirva para avanzar un pasito. Pero es así. Ahí está el aburridísimo segundo tiempo que se disputó en La Vieja Condomina entre UCAM y Cádiz CF para certificar que un empate, a estas alturas, aporta poco en la clasificación pero bastante en la autoestima.

Y sí. Que el Cádiz CF ande a arreones en este punto de la temporada viene a ser hasta incluso cíclico. El sumar de tres en tres es cosa de mediados de temporada, sobre todo para un recién ascendido a la categoría que comenzó a hacer sus pinitos en ella allá por finales del año pasado.

No hay que alarmarse. El último ascenso a Primera División no fue coser y cantar a pesar de lo que se pueda pensar ya que aquel Cádiz CF de Víctor Espárrago acabó campeón de Segunda pero con solo tres puntos de ventaja sobre el cuarto, el Eibar, que hasta el último momento forzó al Cádiz CF a tener que ganar en Chapín en la última jornada para no depender de terceros.

Hubo tropiezos. Y serios. Hubo lamentos. Y muchos. Hubo dudas, las hubo. Pero siempre hubo confianza. Paradójicamente, los problemas comenzaron a aparecer tras una gloriosa y recordada victoria en Mendizorroza en la jornada 31 y que podría compararse a la lograda en Montilivi por los hombres de Cervera hace tres semanas. El Cádiz CF de Espárrago, en un encuentro televisado por el Plus daba un golpe en la mesa y ganaba en Vitoria 1-3 para decir a los cuatro vientos que lo suyo iba en serio.

A la semana siguiente se visitaba La Rosaleda para medirse al Málaga B en un caluroso encuentro en el que sufrió lo indecible para sumar un punto (1-1). Y así, de puntito en puntito, se empató en casa contra el Salamanca (0-0) y en El Ejido ante el Poli (0-0).

Tres empates consecutivos que hicieron frenar una máquina que volvió a activarse en Carranza con un 4-1 en el encuentro en el que se estrenaba la grada de preferencia. Tras esa goleada, el empate en el Martínez Valero (1-1) de la siguiente salida supo a gloria. Para colmo, ese punto se hizo magnífico en la jornada 37 tras un 6-1 al Valladolid en Carranza con hat trick incluido de Nenad Mirosavlevic.

Quedaban cinco jornadas y la euforia estaba desatada. Sin embargo, hasta el último momento se convivió con las dudas. Una derrota (2-0) en el Rodríguez López ante el Tenerife y dos empates consecutivos, ante el Ciudad de Murcia (0-0) en Carranza y el polémico 1-1 en Pasarón ante el Pontevedra hicieron que a las dos últimas jornadas se llegase con el corazón a mil.

Pero cuando más determinación se necesitaba es cuando mejor respondió el once de Chapín, que esperó a las dos últimas jornadas para volver a enlazar dos victorias consecutivas; la primera en Carranza ante el Terrassa (3-1) y el mítico 0-2 en Chapín para tocar la gloria. Y es que los de Espárrago no consiuguieron ligar dos victorias seguidas en las diez jornadas anteriores a los dos últimos partidos.

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