CÁDIZ CF

Armando: «Estoy feliz porque mis ‘cachorros’ vivirán lo que yo sentí en Carranza»

El mítico León de Sopelana, formador de los arqueros de la cantera del Athletic, destaca la figura de Ziganda: «El mérito del Bilbao B es suyo; ha hecho un bloque»

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Armando Ribeiro, exportero del Cádiz y del Athletic de Bilbao.
Armando Ribeiro, exportero del Cádiz y del Athletic de Bilbao.

Armando Ribeiro de Aguiar Malda (Sopelana, 16 de enero de 1971) es el puente que une sentimentalmente Cádiz y Bilbao. Gaditano y vasco, diez años al servicio de los amarillos y una vida de pasión rojiblanca, ahora multiplicada por su labor como formador de porteros en las categorías inferiores del Athletic.

El arquero, enamorado de este deporte, siente el gusanillo de las grandes citas, como si fuera a vestirse de corto y saltar de nuevo al Ramón de Carranza. Se le ve bien, se le ve feliz, y es que quiere que esos niños a los que ha ‘criado’ en su periplo de técnico puedan vivir momentos como los que él disfrutó en esta Tacita de plata.

En una entrevista más emotiva que técnica, el León de Sopelana confía en ver de nuevo al equipo amarillo en la LFP. Si no ahora, cuanto antes.

–Cádiz y Bilbao, los dos equipos de su vida, frente a frente por el ascenso a Segunda. ¿Contento o fastidiado?

–Estoy feliz. Y expectante. En estos últimos cuatro años he formado a los dos porteros que juegan en el filial, Remiro y Jon Ander, y quiero que sientan de primera mano lo que sentía su ‘míster’ en Carranza. Lo van a mamar. Llevo mucho tiempo hablándoles del Cádiz CF, a ellos y a su entrenador y mi amigo, Ziganda. Es una oportunidad preciosa, un guiño del destino.

–Lástima que uno se quedará sin premio.

–Esa es la pena. Lo hablaba mucho con el ‘Cuco’, con Etxeberría o Suances: ‘Al final nos toca el Cádiz’. Lo quería para el ‘play off’ de campeones, para que el eliminado tuviera otra oportunidad. En Carranza podrán conocer de primera mano lo que les he contado, que aquí parece que solo hay fútbol en Bilbao, y hay lugares tan bonitos como este para disfrutar de este deporte.

–¿Se decanta por alguno?

Soy del Cádiz y del Athletic. Aquí están los porteros que cogí nada más retirarme, y Ziganda es muy amigo mío; pero el Cádiz es el que me ha dado todo y estaré eternamente agradecido. Es mi casa. Solo puedo decir que estaré más cerca del que se quede sin pasar. Ahí estaré.

–Estará en San Mamés…

–Y en Carranza. Aquí mi hijo piensa ir con la camiseta del Cádiz y animará donde esté la afición amarilla. Para mí es una satisfacción que haya heredado esa pasión.

–¿Qué sensaciones tiene?

–Uff. La temporada ha sido muy larga. Ahora al final aumentan los nervios, la responsabilidad es mayor. Para el Bilbao Athletic jugar el ‘play off’ era un premio, pero ahora que están a un paso de ascender no sé como lo asumirán estos chicos tan jóvenes. Y el Cádiz ha competido muy bien durante el año pero en las eliminatorias no ha estado igual porque la urgencia es tremenda y se nota en exceso. Lo veo igualado porque los filiales son imprevisibles, pero el Cádiz debe partir con algo de ventaja. Éste no es el Castilla de Morata, Jesé y compañía.

–¿Qué me cuenta del Bilbao? Es un equipo muy ofensivo con jugadores que parecen tener un gran futuro.

El gran artífice es el entrenador. Ziganda va cogiendo chavales cada año y les saca un partido tremendo, el máximo rendimiento. Trabajan como bloque, más que ser jugadores fenómenos, y es que los destacados van pronto al primer equipo (como Iñaki Williams) o marchan cedidos. La gran virtud es el técnico. Les hace ser atrevidos, que tengan la pelota como se trabaja en este club desde las categorías inferiores, aunque han llegado con las fuerzas justas. Como todos.

–Todo el curso jugando en Lezama y ahora a San Mamés. ¿Cómo lo llevan los futbolistas?

–Es un premio para ellos. Un escenario especial, súper bonito, con buen ambiente. Será muy motivador para ambos equipos. Ante el UCAM hubo 21.000 personas y frente al Cádiz se confía en superar los 30.000 espectadores. Será un ambiente familiar, no como el de Oviedo; va a motivar más que a meter presión. Aquí la gente se involucra y se invierte en la cantera, se le da mucho cariño. En Cádiz no sucede eso pero va empujado también por las circunstancias, por las urgencias de subir ya.

–Me dice que el Cádiz ha bajado el nivel, pero le gustó en Liga.

–Sí. Salvo el comienzo irregular, cuando llegó Claudio empezó a encajar menos goles y a ganar fuera de casa. Tiene mucha calidad y gente muy rápida. Desde la solvencia de Aulestia hasta la potencia de su delantera, con Garrido siendo el soporte del equipo, ha sido el mejor en su grupo. Creo que en el ataque es donde pueden marcar diferencias. El Bilbao no tiene estrellas pero es un gran bloque. Se han ido creciendo, soltando, sintiéndose futbolistas.

–¿Les puede pesar el Carranza?

–Pero ¿a quién pesa más? ¿Al contrario o al local? En teoría debería impresionar, pero yo sé lo que es jugar en Carranza y que el balón no entre. Es duro y la responsabilidad pesa. A Remiro (el portero) le he pasado fotos y vídeos para que sepan qué se van a encontrar y dice que es motivante. Al final vuelan los dos equipos, pero el de casa tiene más miedo a fallar.

–¿Qué le dice el instinto?

–Me lo guardo para mí. Estoy expectante, no sé que pasará. Y siempre estoy con el que más lo puede necesitar.

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