Motivos que llevan al Atlético al estado de felicidad

El Atlético podía jugar bien, y no solo ganar por atropellamiento. Nueve años después de la llegada de Simeone, su equipo despliega un fútbol ameno, divertido al ojo del espectador, de talante ofensivo, sin mediar la especulación de guardar el 1-0 que tantas tardes supuso tres puntos. Es el Atlético pimpante del Cholo, quién lo diría, después de que en el verano, con la eliminación ante el Leipzig en la fase final de la Champions, se enjuiciase el tropiezo como final de ciclo de Simeone. Salvo algún traspié rotundo ( el Leipzig o el Bayern Múnich ), el Atlético ameniza y distrae con una potente producción goleadora (2,25 por partido) y un plan de juego encaminado a asociarse con Luis Suárez en el área.

Uno de los mayores contrasentidos de este club singular es que ha empezado a disfrutar con su parroquia ausente. La temporada pasada fue pródiga en partidos tabarra, de los que se digieren mal pese al triunfo, hasta que Marcos Llorente cambió el rumbo en Liverpool con sus goles. Vino luego la crisis sanitaria del coronavirus, el confinamiento y en la reanudación, el Atlético ya era otro. Rutilante en el final del pasado campeonato sin público, acabó tercero a un mundo (10 puntos, Villarreal) del corte para jugar la Champions que tanto inquietó al club durante el invierno.

Hasta hace un mes no mostró Simeone una razón táctica para explicar el cambio de estilo en su equipo. « La presencia de Luis Suárez nos genera una necesidad de abastecerlo ». Y abundó en que con Diego Costa, Morata, e incluso más atrás con Falcao, el equipo podía jugar al espacio, a la carrera, a aprovechar la potencia o la velocidad de sus delanteros. Pero no así con Suárez. «Luis necesita gente más cerca de él, vivir donde sabe que va a hacer daño, y el equipo busca lo más importante, el gol», explicó el Cholo.

Una de las consecuencias de esta reflexión es que a Luis Suárez lo suelen acompañar Joao Félix (el futbolista que más ilusiona a la hinchada ), Carrasco, Correa o Marcos Llorente, jugadores de técnica, buen pie y combinación fácil. Esto ha motivado otra de las variantes que han mejorado el fútbol de los rojiblancos. Koke y Saúl ya no ejercen como volantes perpetuos por las bandas, sino que ocupan la zona central. La reconversión de Koke, que abucheado por parte del Wanda hace un año en el partido de la Champions en octubre contra el Bayer Leverkusen, ha sido integral. En su mejor versión táctica y como creador de juego, ha regresado a la selección por la puerta grande. ¿Quién se acuerda hoy de Thomas, traspasado al Arsenal a última hora?

La explosión de Carrasco, muy dinámico desde que regresó de China, la continuidad de un futbolista eléctrico como Llorente y, sobre todo, la activación de Joao Félix como el superclase que es, marcan la pauta en este Atlético de la Liga (18 goles a favor, 2 en contra) , que poco se parece al de la Champions (4 a favor, 7 en contra).

En este momento de euforia colchonera tras derrotar al Barça, Simeone recuerda que la competencia interna ensalza al equipo. « Ahora no está jugando Felipe y es vital para nosotros como se demostró el año pasado, Lodi no ha jugado y es un gran lateral. Lemar se está enganchando, Saúl está creciendo, Trippier está jugando todos los partidos y haciéndolo muy bien...».

De repente, el Atlético es ahora favorito , como si ese cartel implicase algo y no fuese lo que es: nada. Humo. «No nos altera ni lo bueno ni lo malo –dice Simeone–. A seguir trabajando y partido a partido».