Balonmano

Una plata mundial contra la crisis

La selección vuelve a levantar los ánimos en un deporte que necesita aprovechar el brillo de este éxito

Una plata para soñar en grande

El camino de España hacia los Juegos de Tokio 2020

Barbosa y Hernández celebran un gol en la final del Mundial de Japón ante Países Bajos EFE

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Ni milagro ni suerte. La medalla de plata del Mundial de Japón es el resultado del compromiso y el esfuerzo de un equipo técnico y de jugadoras que han sabido sacar lo mejor de sí mismas en el momento oportuno. A pesar de las circunstancias. Es anhelo del planeta balonmano que este éxito revierta en el día a día.

Porque el balonmano nacional goza, se ha visto, de una salud estupenda y un compromiso inquebrantable. El cambio generacional, a pesar del vértigo, ha respondido con profesionalidad, calidad y ganas. ¿Qué hace tan bien España con la selección? « Tenemos buena materia prima . Buenos jugadores y buenos entrenadores. A veces con esto no ha sido suficiente, pero esta vez sí. Hemos sabido adaptarnos a las características de las jugadoras y ellas han dado todo. Tampoco hay mucho secreto: buenas jugadoras, buenos entrenadores y horas de trabajo», dice para ABC Imanol Álvarez , entrenador del Bera Bera y seleccionador del equipo júnior, en constante comunicación con los demás integrantes de este engranaje que es el vestuario nacional, en todos los niveles.

A su llegada al cargo a principios de 2017, Viver estableció sus líneas de trabajo, tanto en el juego, como en la táctica, que se implementan en todos los grupos, para que las niñas que empiezan trabajen en la misma línea que las llevará hasta la selección absoluta. Una filosofía que ha funcionado muy bien desde siempre y que se apoya en ojeadores y clubes, que informan y controlan para que no se escape el talento.

Han confirmado que este es el camino, pero no van a despegar los pies del suelo, conscientes de que tiene poco sentido encumbrar cuando todavía se están dando los primeros pasos. «Yo no pensaba que podríamos sacar este nivel de juego ni este resultado tan pronto. Que había calidad, desde luego, pero también otras selecciones más favoritas. Esto nos dice que la línea es buena y que se pueden sacar jugadoras de la base. Ha resultado una conjunción perfecta y con armonía: jugadoras, seleccionador, equipo, trabajo. Han conseguido enganchar y transmitir el espíritu de las guerreras originales; ese equipo que no era equipo, sino una familia que juega al balonmano . Otras veces se ha logrado algo parecido y no se han obtenido tan buenos resultados. Es una plata mundial, pero con calma. Luego quedamos octavos o novenos, y hay muy poca diferencia en cuanto a juego, y nos volveremos a echar piedras», añade.

Todos a una

Es esta unión en el vestuario lo que quieren para el balonmano en general. Así lo asume Xavi Pascual , entrenador del Barcelona. «No podemos estar siempre diciendo lo malo que tenemos. A todos nos gustaría tener una competición de bandera, pero tenemos lo que tenemos y hay que defenderlo. Ya está bien de tirarnos piedras entre nosotros. A las jugadoras no hay que darles la enhorabuena, hay que darles las gracias por devolver el balonmano a la primera línea , ya tocaba», expuso tras conquistar la Copa Asobal. Está de acuerdo Álvarez: «Los que estamos dentro tenemos que ir de la mano, apoyarnos. Ser más compañeros entre todos los estamentos. Cuidar mejor nuestro deporte».

Porque de obstáculos extradeportivos van sobrados. Son muchos años así, buscando la luz al final de una crisis económica que todavía lastra. «Estamos dando pasos. Rápidos, después de bajar muchísimo. Por eso no podemos quedarnos en la plata, sino sacar provecho de ella. A los clubes les falta poder económico no solo para los sueldos, sino para necesidades básicas para que una chica de 20 años tenga posibilidades de continuar y llegar a la élite . Que no tenga que elegir: hay que apoyarlas para que compaginen estudios y balonmano, y valorarlas socialmente».

Vuelta a casa

Para que la Liga nacional aumente su prestigio y pueda retener a ese talento, Álvarez señala lo que hacen otros países, como Francia, que añaden valor al propio hecho deportivo . «El balonmano ya es de por sí atractivo, pero si añadimos música, mejores pabellones, algún espectáculo, atraeremos a toda la familia. No podemos vender lo mismo ahora que en los ochenta».

Porque para el trabajo de detectar, impulsar y llevar de la mano a las futuras guerreras, es mucho más sencillo y efectivo si se juega en casa. «El nivel de la liga está aumentando. Hay jugadoras que vana emigrar, como ha pasado siempre, y más cuando son plata y otros entrenadores las han visto. Pero tampoco podemos pensar que es la panacea, porque puede que sean más fuertes económicamente, pero no todos tienen mejor balonmano. Está, quizá, demasiado bien visto salir, pero no todos los sitios son adecuados para crecer los primeros años». Ahora mismo, el planeta balonmano mira a España por el brillo de una plata mundial que no quieren que se apague.

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