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Paloma Pujol
Fútbol Freestyle

Paloma Pujol, la artista del balón

Campeona de todo en freestyle fútbol, quiere impulsar su deporte entre las mujeres: «Que se quiten la vergüenza»

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Acaricia el balón una y otra vez, como si fuera su mascota. Es algo más. Es su pasión y su trabajo. Paloma Pujol es jugadora de fútbol freestyle y footbag. Profesional por las horas invertidas en buscar e inventar nuevos trucos, por los torneos que ha ganado (entre otros, un Mundial, tres Europeos), pero no por poder dedicarse a ello con asiduidad y menos aún con solvencia. Mientras habla para ABC recibe una llamada de un trabajo. Lo estaba esperando. En un hotel. Nada que ver con lo que a ella realmente le apasiona y dedica tiempo, esfuerzo y energía. Es la mejor de España en estas dos modalidades mitad arte mitad deporte. La preparación física es esencial, pero también Pujol es creadora de sus propias fantasías.

Las que demostrará en un escenario único: el Vicente Calderón, en el Festival Los Imperdibles de la Fundación Cotec, que se celebra el 10 y 11 de junio.

Tiene treinta años y más de la mitad se los ha pasado inventando diabluras con los pies, la cabeza y el balón. Ha visto «evolucionar» este deporte. Y lo entrecomilla porque sigue siendo la única en España que se atreve a desafiar a lo que todavía está casi en blanco. «Hay mucha cultura futbolística, pero no de esto. No se tiene conciencia de lo que es, ni la gente lo aprecia. Pero estamos avanzando. Hace años no había shows ni lo mostraban los anuncios, poco a poco hay cosas», explica. Lo de este fin de semana en el Calderón es un escaparate enorme para lo que hace normalmente en la calle, a la vista de todos. «Nunca nos hubiéramos imaginado estar en un estadio. A mí me encanta jugar en la calle. Me gusta ver pasar gente, que te saluda, te habla. Tienen un motivo para acercarte a ti. Te pasan cosas muy curiosas. Siempre hay algo divertido que me hace disfrutar, un entrenamiento es un capítulo nuevo. Una vez se me subió un cerdo vietnamita mientras hacía trucos tumbada», recuerda mientras acaricia el balón. Explica que no todos valen, que los mejores son los que tienen cierta textura para que se agarre al cuerpo, a las zapatillas, a la cabeza, cuando realizas el truco. Tampoco todas las zapatillas valen, pero hay gente, asegura, que realiza trucos con botas de montaña. Lo más importante es encontrar los elementos con los que uno está cómodo.

«Yo empecé con footbag (una pequeña pelota de tela). Jugué durante once años. Quería algo nuevo. Jugué a fútbol y me di cuenta de que mis pies son hábiles. Cogí un balón y enseguida conseguí hacer trucos fáciles», cuenta de sus principios. Dedica parte de su tiempo a ver a otros, seguir evolucionando en su arte callejero. Pero no todo es habilidad con el cuerpo. La cabeza también puntúa. «Por muy bien que te salga en casa o en la calle, si estás en el escenario y te tiembla todo no vas a poder hacer ningún truco, hay que saber sobreponerse a ello. Hay muchos freestylers muy buenos que no pueden hacerlo». Ella parece tranquila siempre, aun cuando su altavoz portátil comienza a sonar. Sus pies se mueven al compás, siempre con el balón en el aire.

Enseguida hay tres, cuatro, cinco, diez personas que se paran a observar. Al principio de refilón, después ya con todos los sentidos abiertos porque el espectáculo de Pujol es vistoso, alegre, adictivo, con suspense. «Cuando estoy en la calle muchas veces siempre hay alguien que dice, bajito, “yo eso también lo hago”. Me paro y les doy el balón para que lo prueben. Casi ninguno se atreve. No juego mejor al fútbol que nadie, pero sí puedo dar toques mejor que casi cualquier futbolista, porque no se dedica a lo que yo hago».

Es la «chica del balón». Así la reconocen por la calle. Y es LA chica porque no hay más mujeres que practiquen este deporte de una forma asidua y pública. Con sus trucos, lucha por cambiarlo. «Deberíamos ser más. El camino está por hacer y podemos inventarlo como queramos. Podríamos tener una buena categoría. Lo que pasa es que nos da vergüenza, creo. Pero no hace falta ser superbuena desde el inicio. Ya mejoraremos unas a otras. Lo que hay que saber es que puedes practicarlo, quitarse la vergüenza. Como con todo, con práctica llegaremos a ser muy buenas y así podremos conseguir las mismas categorías y los mismos torneos que ya tienen los chicos. Sé que antes de que me retire habrá una categoría de chicas. No quiero que desaparezcamos como los dinosaurios». ¿No existen las mismas categorías? «Qué va. Y te dicen que participes en las masculinas. Para algunas cosas sí podemos competir en igualdad, pero en otras es como mezclar a gimnastas chicas y chicos. Y no es que todos los chicos sean mejores. Hay de todo».

Y eso también repercute en los patrocinadores, a la postre, los que permiten que Pujol pueda ser conocida o recibir un premio en metálico en los torneos o exhibiciones. «Sí, hay empresas que tiene freestylers, pero no chicas. Así que todos los costos a los mundiales y torneos te los pagas tú. Yo siempre digo: la calle provee. Aunque también envío mails a marcas, torneos y clubes de fútbol. Como no se conoce no se sabe que puede amenizar el show, no se les ocurre y tienes que abrirles los ojos. Imagina un partido de fútbol femenino en el que al descanso puedas salir y hacer unos trucos. La gente se lo pasaría bien, llamarías la atención de otras chicas que a lo mejor les apetece probar… Pero nunca me contestan a los mails». Quiere que el Calderón sea el comienzo de su pequeña revolución femenina. Y con ese primer paso en un acto multitudinario, seguirá en su escenario favorito: la calle.

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