CRÓNICA

Novillada triunfal en Cazalla de la Sierra, con la terna a hombros

Hicieron el paseíllo el rejoneador Pablo Domecq, Rafael Camino y Manolo Vázquez, que debutó de luces en la coqueta plaza de toros de la localidad sevillana

Rafael Camino, Pablo Domecq y Manolo Vázquez por la Puerta Grande - PEPE MORÁN

LORENA MUÑOZ

La «novillada de dinastía» había despertado mucho interés en los aficionados que acudieron desde Sevilla y Jerez. La lluvia impidió que se celebrara el 7 de abril y las nubes volvieron a amenazar el festejo que se celebró con algún que otro chaparrón intermitente. Uno de los principales alicientes era el debut de luces de Manolo Vázquez que vistió un precioso terno grana y oro que perteneció a su abuelo. En concreto el de su reaparición en Sevilla el 19 de abril de 1981 para darle la alternativa a su sobrino Pepe Luis Vázquez. El festejo resultó interesante con la terna a hombros por la Puerta Grande.

Abrió plaza Pablo Domecq a caballo que exhibió una cuadra muy conjuntada con la que se lució en las banderillas. Consiguió encelar al novillo en la montura después de que hiciera amago de rajarse. Brilló en un par a dos manos y redondeó una actuación templada con un rejón de efecto rápido que le valió para cortar las dos orejas que paseó en la vuelta al ruedo.

Con una larga cambiada de rodillas recibió Rafael Camino al segundo antes de ganar terreno hacia los medios toreando a la verónica. Luego quitó por chicuelinas al responder al quite inicial de Vázquez. Brindó la faena al público que estuvo entregado con la labor del novillero ante un astado repetidor y noble que atendió siempre a los toques, tanto en redondo como al natural. Al final de la faena instrumentó varios circulares y terminó con manoletinas. Falló con la espada en el primer intento y cortó una oreja .

El cuarto, precioso de hechuras, tuvo una calidad extraordinaria desde que saltó a ruedo de la coqueta plaza de Cazalla y Camino lo vio muy pronto. Le cortó los máximos trofeos después de una labor entregada en la que pudo lucirse con el capote por tafalleras y se llevó hasta una voltereta. Brindó al torero Oliva Soto , sentado en la barrera, y en el tercio final pudo torear a placer por ambos pitones. Estuvo a gusto y se mostró siempre dispuesto. Se tiró a matar en rectitud y el público se lanzó a pedir las dos orejas y el rabo y la vuelta al ruedo al novillo.

Para Manolo Vázquez fue el lote más complicado del encierro aunque intentó siempre solventar las dificultades. En primer lugar sorteó un tercero algo pegajoso que ya mostró su condición en el capote. El sevillano se dobló en los lances iniciales en el recibo pero el astado acudió a la muleta de la misma forma. El joven novillero brindó al tendido una faena variada que inició con ayudados antes de intentar templar la embestida. Se fajó con él y pudo ligar algunos muletazos con gusto . A mitad de la faena comenzó a llover con cierta intensidad lo que enfrió un poco los ánimos y la colocación de la espada le privó de obtener mayor premio.

El quinto tampoco fue muy claro en su embestida y llegó al tercio final queriéndose ir siempre a pesar de que fue noble. Esa condición la aprovechó Vázquez que no desistió e hilvanó un par de series con la zurda con torería y naturalidad . Cortó un trofeo que le sirvió para acompañar a sus compañeros en la salida a hombros.

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