Carlos Ochoa, en un quite
Carlos Ochoa, en un quite - Juan Flores

El Juli debuta como ganadero en Sevilla con una magnífica novillada del Freixo

Andy Younes pincha un lote de Puerta del Príncipe y solo Carlos Ochoa da una vuelta al ruedo

SEVILLA Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Era el debut como ganadero de El Juli en la Maestranza que vio la novillada en la última fila del tendido alto del 3. El torero aprobó con nota el examen y trajo a Sevilla un extraordinario encierro que no fue aprovechado por la terna de novilleros. Cada uno con sus circunstancias. Solo Carlos Ochoa dio una vuelta al ruedo tras fallar con la espada al igual que el francés Andy Younes. Cadaval, con el lote menos claro, estuvo discreto.

Younes se presentó en Sevilla con un lote de Puerta del Príncipe y a pesar de estar placeado se fue de vacío. Variado con el capote, en el primero respondió al quite a la verónica de Cadaval por tafalleras quite que repitió en el tercero.

Con la montera en la mano fue la primera serie por estatuarios cuando el novillo lo sorprendió camino del brindis al público. En la primera tanda con la diestra arrancó la música, con el novillo repitiendo en la muleta. Era el pitón del novillo, noble, que salía distraído. Hubo otra al natural pero la faena medida y con la diestra, se alargó con el descabello.

En el cuarto, que se puso complicado para banderillear, el presidente cambió con cuatro palos. El francés, con oficio, inició con el pase cambiado por la espalda en los medios y caldeó el ambiente con otro más. El novillo fue a más en la muleta, con la diestra y después al natural, con transmisión. Younes aprovechó las embestidas pero lo que hizo no llegó al tendido. Luego lo pasó mal con la espada y el novillo se llevó una gran ovación.

Responsabilidad

Consciente de la responsabilidad de estar anunciado dos tardes, Alfonso Cadaval se fue a la puerta de chiqueros en el segundo, un torito con 500 kilos que salió suelto de la larga cambiada de rodillas al igual que del saludo a la verónica. La lidia fue un tanto desordenada pero el del Freixo se desplazó en los capotes. Así lo hizo en los primeros compases de la faena pero era de los que pedía el carnet. Lo intentó el novillero, dispuesto, con la diestra y le enganchó la muleta, después con la zurda, pero no terminó de encontrar las distancias.

En el quinto no pasó nada con el capote así que todo quedó para el tercio final. Brindó a Ricardo Gallardo para comenzar una labor de largo metraje en la que no llegó a centrarse. Lo mejor fue la estocada.

Carlos Ochoa era el otro debutante. Con menos festejos que sus compañeros estuvo animoso en los quites, con el capote a la espalda y por caleserinas y recibió con un farol de rodillas al tercero. «Belicoso» llegó al tercio final con mucho empuje y repitiendo, pidió distancia y faena en los medios, humilló y tomó la muleta por ambos pitones. Un novillo importante, de triunfo, que Ochoa brindó al ganadero con el que se entregó, estuvo templado al natural, en algunos momentos con profundidad, y muy dispuesto a hacer las cosas bien. El novillo vendió cara su muerte y se resistió a doblar sin buscar las tablas. Así que sonó el aviso y no hubo suficientes pañuelos para la oreja, pedida, eso sí, con pitos al palco. Va a llevar razón Ramón Vila y hay que regalar pañuelos a la puerta de la plaza.

El sexto, que recibió tres puyazos el último cuando se iba el picador, salía suelto del muletazo pero el novillero estuvo dispuesto para aprovechar y entender las embestidas con transmisión e importancia. Saludó tras fallar con la espada.

Ver los comentarios