Belmonte apostó por la primera feria sin Joselito y ganó Marcial

El Pasmo de Triana se anunció todas tardes del Pilar, pero la afición disfrutó con Lalanda y Granero

Marcial Lalanda ABC

Ángel González Abad

Cuatro corridas de toros compusieron la Feria del Pilar de 1921, y en las cuatro abrió cartel Juan Belmonte . En el final de la primera temporada sin Joselito, su inseparable Juan asumió la responsabilidad de encabezar un escalafón en el que se encaramaban varios diestros jóvenes dispuestos a disputarle el cetro.

Marcial Lalanda , que había tomado la alternativa unos días antes en Sevilla, no rehuyó el compromiso del último ciclo del año y en las dos corridas que toreó ya dejó claros cuáles iban a ser sus poderes de figura del toreo. Salió a hombros en la tarde del día 13 de octubre y también cortó una oreja en el festejo final. A la vez, el valenciano Manuel Granero, con apenas un año de alternativa, toreó tres corridas de aquel Pilar y también dejó satisfecha a la exigente afición maña.

El Pilar de hace cien años comenzó con una corrida de Nandín, que se llevaron de calle los citados Lalanda y Granero . Se dividieron las opiniones para Belmonte en su primero, pese a la valentía con que las crónicas definieron su faena, y derrochó casta ante el cuarto, al que consiguió cortarle una oreja. «Molinetes, pases de rodillas y afarolados que producen gran entusiasmo; sufre un desarme, y luego una estocada delanterilla entrando superiormente», lo que le valió un trofeo. Fue lo mejor de su feria, marcada por más sombras que luces.

Artista y superior con la espada, Granero , premiado con una oreja, y arrollador Marcial, que pese a pinchar al sexto, se lo llevaron en volandas.

En la segunda corrida, los toros de Rincón no dieron facilidades. El trianero, nadando entre dos aguas, Chicuelo se llevó más pitos que palmas, y Granero consiguió una oreja. Los de Miura tampoco se dejaron, y Belmonte, al que las crónicas ya le echaban en cara que «no hizo nada valiente» , anduvo al borde del naufragio, como Chicuelo, mientras que Granero encandiló con las banderillas y «toreó con guapeza».

En el final, se esperaba con expectación al joven Lalanda, que le cortó una oreja al tercero, de Pérez de la Concha . Se le atragantó el descabello en el sexto, lo que frenó un gran triunfo. Belmonte, ya no remontó, con las manifestaciones de los aficionados divididas, y Chicuelo tuvo una tarde anodina.

Cuatro corridas de toros en el Pilar de hace un siglo , que se llevaron de calle los más jóvenes. A Lalanda le esperaba un futuro de éxitos. Granero ya no volvió a pisar el ruedo de la Misericordia.

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