José María Manzanares, en el momento de la cogida
José María Manzanares, en el momento de la cogida - fernando blanco

Triunfo de Castella y volteretón de Manzanares en Valladolid

El francés sale a hombros, el alicantino corta una oreja y Morante se va de vacío

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El diestro Sebastián Castella, que ha cortado dos orejas y ha salido de la plaza a hombros, ha sido el triunfador de la primera corrida de la Feria de San Pedro Regalado celebrada este domingo en Valladolid.

Se han lidiado seis toros de Vellosino, de Salamanca, inválidos primero, segundo y sexto, ha tenido más fuerzas los otros tres que además han sido nobles y manejables.

Morante de la Puebla, aplausos y aplausos.

Sebastián Castella, oreja y oreja.

Jose María Manzanares, oreja y gran ovación.

Gran entrada que rozó el lleno en tarde muy calurosa y con mucho ambiente.

Antes de saltar a la arena el primer toro, Morante recibió una ovación del público, como triunfador de la Feria de la Virgen de San Lorenzo de la pasada temporada, triunfo que le hizo merecedor al trofeo San Pedro Regalado que recoge esta noche.

La faena de Morante a su primero, un inválido protestado de salida, careció de relieve por la falta absoluta de emoción del toro. No terminó de acoplarse e hizo una faena larga y deshilvanada.

También fue protestado de salida el segundo, al que Castella consiguió enjaretar varias series con ambas manos con quietud y temple. El toro carecía de fuerzas pero el mimo con el que toreó Castella consiguió mantenerlo en pie y hasta cortar una oreja.

Brindó al publico el segundo de su lote y desde le mismo sitio del brindis en el centro del ruedo comenzó la faena de forma espectacular y emocionante. El valor sereno y sin aspavientos de este torero se manifestó en una faena algo encimista pero entregada.

El tercero de la tarde tuvo más movilidad y Manzanares lo toreó a placer por ambos lados, con elegancia y despaciosidad antes de recetar un estoconazo en la suerte e recibir.

En el ultimo toro de la tarde, que cogió feamente a Manzanares antes de caerse repetidamente, no pudo lograr faena ante un ejemplar inservible.

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