Festival de Sevilla de cine europeo
Christian Petzold: «Los cuentos de hadas están muy cerca del cine»
El realizador alemán inaugura este viernes el Festival de Sevilla con «Ondina», en el que actualiza al personaje mitológico en el Berlín contemporáneo
El Festival de Sevilla de cine europeo se inaugura este viernes en el Teatro Lope de Vega con una de las películas triunfadoras de la última Berlinale: «Ondina» , de Christian Petzold , que se alzó con el Oso de Plata a la mejor actriz para Paula Beer y el premio Fipresci.
La película actualiza en clave contemporánea al ser mitológico de la ondina , en una película en la que una apasionada historia de amor , con numerosas referencias al melodrama y al Romanticismo alemán del siglo XIX, se superpone a una reflexión sobre el continuo proceso de destrucción y reconstrucción de una gran ciudad como Berlín .
Christian Petzold, miembro de la denominada Escuela de Berlín , reconocía este viernes en una rueda de prensa telemática al haberle sido imposible asistir al certamen por las restricciones por la pandemia, la deuda de su película con la s narraciones orales y los cuentos de hadas que están en el origen de un mito que recuperaron escritores románticos como Novalis.
« Los cuentos de hadas están muy cerca del cine , más cerca incluso que la literatura. Me encantan los cuentos de hadas y la tradición oral» que le llevaron, junto a libros académicos, a la historia de «Ondina», señaló desde su casa de Berlín, lamentando no haber podido acudir al Festival de Sevilla, del que ABC es digital partner.
El origen de esta película lo situó el director años atrás, durante las conversaciones que mantuvo con la actriz Nina Ho ss , muy presente en su filmografía, como por ejemlo, en «Barbara» que le valió a Petzold el Oso de Plata a la mejor direcció en 2012. «Creo que fue hace unos quince años hablando con Nina Hoss, que es una actriz muy intelectual, que comenzamos a hablar sobre la relación entre director e intérprete y comenzamos a hablar de la ondina como proyección del deseo masculino ».
Porque la ondina, según la mitología germánica, es una ninfa del agua que acude a confortar a un caballero cuando acude al borde de un lago o un río sufriendo amor no correspondido. Si este posteriormente traiciona a la ondina enamorándose de otra, este ser mitológico debe matarlo y regresar al agua.
A partir de ahí, el director alemán fue depurando un acercamiento al mito que cristalizó, según reconoce, «cuando encontré mi punto de vista para narrar esta historia». En esta búsqueda fue fundamental contar con los actores protagonistas, Paula Beer y Franz Rogowski , con los que había trabajado anteriormente en «En tránsito» (2018). «No podría haber hecho 'Ondina' con otros actores, está escrita para ellos».
Petzold actualiza el mito de la ondina en una narración que propone un nuevo acercamiento al melodrama como género en su historia de amor, que bebe directamente del romanticismo desatado de autores decimonónicos y que determinan una deriva trágica que marca la relación entre los amantes, subrayada por la música de Johann Sebastian Bach .
Gran ciudad
«Un escritor romántico como Novalis decía en uno de sus poemas que hay una canción en todas las cosas de este mundo y tienes que leer la letra correcta para poder escuchar esa canción», señala el realizador.
A partir de ahí, la historia de esta ondina, que trabaja como historiadora en un museo que muestra la evolución urbanística de Berlín, se entrelaza con la historia de una gran ciudad , en la que la vida es «muy compleja, donde tienes el pasado y el presente a la vez», indica Christian Petzold, en un proceso, como se aprecia en el filme, de destrucción y reconstrucción continua.
En ese punto, la película es también una reflexión sobre el Berlín contemporáneo y los procesos de especulación el actual sistema económico e inmobiliario. «El capitalismo nunca va a parar, los dueños de las casas van a serlo los próximos dos mil años», de ahí la pertinencia de recuperar el personaje de la ondina, «un mito muy famoso en el siglo XIX, un momento en que le país se estaba industrializando y todo era ciencia y ganar dinero, por lo que dónde quedaba la belleza».
De ahí la pervivencia del mito de la ondina , aunque actualizado al presente, «porque en mi película ya es independiente del hombre y de la subjetividad masculina» pero que tal como expresa esta película sigue hablando de la belleza en un mundo que como afirma este cineasta «está en una crisis enorme».
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