Simon & Garfunkel, cincuenta años de odios y envidias con el sonido del silencio de fondo

En 1970 se publicó la obra maestra «Bridge over troubled water», el disco que marcó el fin de la amistad entre dos artistas que conmovieron a toda una generación

El dúo Simon & Garfunkel ABC

Nacho Serrano

Sus canciones eran pura paz y armonía, pero ellos se llevaban a matar. La gran paradoja de la leyenda de , dos artistas que conmovieron a toda una generación con su inigualable articulación de letra y melodía, es que el amor y la generosidad que pregonaban en sus «hits» escondía una relación de odio, rencor y envidia que acabó detruyendo una amistad forjada desde la infancia, y que medio siglo después, sigue completamente rota .

Todo empezó hace cincuenta años, durante el proceso creativo de su gran obra maestra «Bridge over troubled water» . Las primeras fricciones llegaron por las diferencias en cuanto al camino estilístico que había que seguir: Paul Simon quería experimentar con nuevos sonidos, pero Art Garfunkel estaba convencido de que salir de los márgenes del folk orquestado era poco menos que un suicidio comercial .

Aunque Simon dejó entrever algunos de los senderos que transitaría más tarde en su carrera en solitario, la contención ganó y «Bridge over troubled waters» fue un éxito total : ganó seis premios Grammy (incluyendo «Mejor Canción» y «Mejor Álbum») y fue el disco más vendido de 1970 . Pero su título fue sólo una ilusión. El puente se rompió y los dos acabaron arrastrados por una corriente de animadversión mutua de la que hoy todavía no han podido salir.

La grabación de aquel disco se vio enrarecida por la participación de Art Garfunkel en la película «Catch 22» , de Mike Nichols. El director había contado con ambos músicos para la inolvidable banda sonora de su anterior filme, «El Graduado», y esta vez quería ponerlos frente a las cámaras. Sin embargo, sólo le convenció la interpretación de Garfunkel. Simon quedó fuera del proyecto , y eso debió dolerle .

Para colmo, Nichols incluso ofreció a Garfunkel otro papel más en su siguiente película. Pero solo a él. «Garfunkel sabía que me iba a parecer mal , pero lo hizo de todas formas », diría después Simon, en una entrevista en la que no ocultó la ira que sintió en ese momento. «Mike le dijo que iba a ser una gran estrella de cine y Artie no pudo decirle que no. Después me dijo que no entendía por qué me importaba tanto, que podría rodar durante cinco o seis meses mientras yo componía las canciones del disco y al final él vendría para grabarlas. Que le jodan. Ni de coña . Y lo cierto es que creo que si Artie se hubiera convertido en una estrella de cine me habría abandonado. En vez de ser el tío que canta las canciones de Paul Simon sería Art Garfunkel, una gran estrella por sí mismo, y eso me llevó a concluir que yo podía ser el tío que escribía las canciones y también el que las cantaba. No necesitaba a Artie ».

Quizá Garfunkel disfrutó devolviendo un viejo golpe a su socio. En 1957, cuando se hacían llamar Tom & Jerry, tuvieron un pequeño pico de popularidad con una canción llamada «Hey Schoolgirl» . Pero los siguiente «singles» fueron un fracaso, y al cabo de un año Simon hizo una jugada traicionera : firmar un contrato por su cuenta , para seguir en solitario sin decírselo a su compañero. Aquello evidentemente rompió su relación , pero sólo temporalmente. Cinco años después, volvieron a tenderse la mano para reformar el dúo, bajo el paraguas de la todopoderosa Columbia Records.

Sin embargo, en la creación de «Bridge over troubled water» resurgieron las tensiones de forma dramática. Cuando grabaron la canción que daba título al álbum, Paul Simon accedió a regañadientes a ceder el protagonismo vocal a Garfunkel. En cuanto escuchó el resultado de la grabación supo que le había abierto las puertas de la gloria a su rival , lo que le hizo caer en un pozo de envidia insana del que le costaría mucho salir. Pero la envidia era también mutua.

Art sabía que el genio musical del dúo era Paul , y a veces se comportaba de manera despectiva con él de la forma más pueril: burlándose de su físico . Algo que Simon no podía soportar, ya que tal y como confesó tiempo después, sufrió terribles depresiones por su baja estatura.

Paul Simon fue quien decidió disolver el grupo , y aunque su carrera posterior demostró de forma palpable la honestidad de su argumento para romper el dúo (las diferencias estilísticas), aquellas rencillas tuvieron que tener una tremenda influencia en el deterioro de su relación .

Consciente de que no podría mantener su éxito al perder a su socio compositor, Garfunkel entró en cólera. «¿Qué problema tienes, imbécil?» , le dijo cuando le comunicó que la aventura se terminaba. «Soy yo quien tendría que haber descansado de Paul, me ponía de los nervios», aseguraría más tarde. «Tiene complejo de Napoleón . En el instituto me daba lástima por su estatura y, como compensación, le ofreció mi cariño y mi amistad. Y esa compensación creó un monstruo».

Después de la publicación de «Bridge over troubled waters», el dúo se rompió y jamás volvieron al estudio para crear un álbum juntos. Solo accedieron a grabar juntos dos canciones más, aparte de algunos álbumes en vivo, y aunque volvieron a subir juntos al escenario en algunas giras de reunión, éstas siempre estuvieron condicionadas por su mala relación . «En 1977 invité a Paul a cantar en el último concierto de mi gira. Pero se enfadó porque le saqué para un dueto antes de la canción final, que era "Bridge Over Troubled Water"», contó Garfunkel en los años noventa. «Se cabreó, probablemente con razón, porque mi ego necesitaba reclamar el "show" como mío después de cantar juntos».

Tras su mítica actuación ante medio millón de personas en el Central Park, en 1981, y una década de los ochenta llena de tiras y aflojas para organizar una reunión del dúo, el milagro llegó en 1993. Ese año comenzaron una gira de reunión, pero el público pudo ver en un par de ocasiones cómo se boicoteaban mutuamente sobre el esce nario , e incluso llegaron a las manos tras leer una crónica en la que el periodista describía a Garfunkel como «un colaborador de fondo». «Si llega a haber un cuchillo en la habitación, alguno de los dos lo habría usado», dijo el manager de aquel tormentoso tour.

En 2003 y 2004 dieron una exitosa gira por Estados Unidos y Europa, y en 2009 volvieron a unir fuerzas temporalmente para varios conciertos en Nueva York, Asia y Australia, pero desde entonces no se les ha vuelto a ver juntos sobre un escenario. Y Simon, que lleva una carrera mucho más aplaudible que la de su ex socio, asegura que jamás se les verá . «Es que no nos llevamos bien. Si fuera divertido diría "venga, vamos a juntarnos de vez en cuando para cantar las viejas canciones". Pero para estar en una situación tensa prefiero hacer otras cosas . Así que no va a pasar nunca . Y ya está».

Paul Simon se retiró hace dos años , y Garfunkel , aunque sigue dando conciertos, no despierta el interés de antaño. Así que lo de una última gira parece absolutamente imposible. A no ser que surja una oferta lo suficientemente jugosa que haga olvidar medio siglo de odio y ponga fin al sonido del silencio.

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