Joaquín Pixán, en su casa de Madrid
Joaquín Pixán, en su casa de Madrid - Maya Balanyá

Joaquín Pixán y Antonio Gamoneda reinventan la canción popular asturiana

El tenor y el poeta publican un «Cancionero asturiano para el siglo XXI»

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El tenor Joaquín Pixán no es amigo de lo convencional. No lo son los proyectos discográficos en los que se ha embarcado durante los últimos años, y no lo es el que acaba de dar a luz: «Un cancionero asturiano para el siglo XXI», en el que ha contado con la colaboración del poeta Antonio Gamoneda. «El proyecto surge de mi idea de que es necesaria una renovación de la música tradicional asturiana, igual que para la del resto de España -explica Pixán-. Y creo que una opción es hacerlo desde una visión academicista, que es la que hemos tomado nosotros partiendo de los mimbres populares».

Para hacerlo necesitaba un compañero de viaje. «Entendía que esa renovación no estaba solo en la música, sino también en los textos; no hay buena canción con un texto malo. Y quise contar con el mejor poeta posible para este proyecto, que es Antonio Gamoneda. A él le interesó, y los resultados están ahí; puso un gran entusiasmo y ha sacado esa asturianía que tenía larvada».

Editado con formato de libro-disco, este cancionero incluye más de una treintena de piezas, en las que se trenzan músicas y letras tradicionales con intervenciones del propio Pixán y Gamoneda, creaciones totalmente nuevas de tenor y poeta, y textos de autores como Ángel González o Federico García Lorca. El proceso de investigación ha sido largo. «Yo vengo trabajando en esta música desde hace muchos años, y conozco bien ese repertorio. El trabajo ha sido más bien de reflexión sobre lo que debíamos hacer y cómo lo íbamos a llevar a cabo».

No están tan alejados como pueda pensarse la música popular y la música lírica: «La zarzuela, por ejemplo, está inspirada en la tonadilla escénica -recuerda Pixán-. Las dos músicas se retroalimentan; beben la una de la otra».

Hay, dice, un sesenta por ciento de nueva creación en este cancionero, cantado en asturiano. «Se han mezclado textos y músicas nuevas con las piezas tradicionales». Las composiciones nuevas, lógicamente, siguen el sendero de la música popular. «Las melodías han fluido en mí inspirado por el conocimiento que tengo de la tradición; si no hubiera sido imposible. El orden de las notas es otro, la textura es otra también, pero la esencia es la de la música popular», dice Pixán.

Nace esta música, explica el tenor, «en las zonas rurales de Asturias. Es una necesidad que tienen los campesinos de expresarse y de comunicarse; son cantos de siega y de laboreo en general. Hay un corpus importante de canciones que nace de la minería, que está tan extendida en la región desde hace mucho tiempo. Y también hay cantos marineros, pero están muy influenciados por la canción de ida y vuelta; a veces tiene poco carácter asturiano en sus giros o en sus melismas. Son habaneras y otro tipo de cantos con un lenguaje distinto, más universal».

Entre los ritmos, la música asturiana «presenta la giraldilla y prevalece mucho el 6/8, el compás binario con subdivisión ternaria. Al igual que en la música andaluza el flamenco jondo es el tronco con muchos palos, nosotros tenemos como tronco lo que se conoce como la tonada. A mí me gusta más decir canción asturiana; la tonada es una forma de canción lírica que sirve a un texto, también lírico, y puede ser andaluza, cántabra o hispanoamericana. En Asturias esa palabra representa no solo a una forma de cantar muy viril, muy potente, sino que además identifica a un colectivo muy importante de asturianos. Es un canto recio, muy melismático, lento y repetitivo y muy fuerte».

Con este proyecto, así como los demás que se escapan de lo habitual, Joaquín Pixán asegura que no busca nada conscientemente. «Quizás persiga fórmulas de expresión; encontrar vías propias para decir lo que quiero decir. Andar por territorios ya transitados no me lleva a ninguna parte y busco por otro lado». Y casi siempre con la poesía como acompañante. «Está muy presente en mi vida y lógicamente en mis trabajos. He colaborado con Ángel González, Pablo García Baena, Ramón Cabanillas... Todos grandes poetas».

Ver los comentarios