Guaynaa, el ingeniero petroquímico que se convirtió en revelación del reguetón y colaborador de Mala Rodríguez

El nombre artístico de este joven que arrasa en la escena urbana latina significa «pijo» en Puerto Rico. «Después de tanto sexualizar a las mujeres en el reguetón, ahora toca hacerlo con los hombres», dice en su primera visita a España

Guaynaa ABC

Nacho Serrano

Iba para ingeniero petroquímico , pero decidió que prefería perseguir su sueño en el mundo de la música y ahora es una de las nuevas sensaciones del género urbano. Se llama Guaynaa y ha conquistado al público internacional gracias al arrollador éxito multi-platino de sus temas «Rebota» (casi 300 millones de reproducciones en YouTube y mas de 100 millones de streams en Spotify) y «Chicharrón» (casi 100 millones en YouTube 15 en Spotify), que casuaron algún revuelo mediático por la sobredosis de twerking en sus videoclips. Ahora, este joven que nació con el nombre de Jean Carlos Santiago vuelve con «Buyaka» , un nuevo single en el que le da la vuelta a la tortilla, mostrando solo cuerpos de hombres musculosos en la pieza que ha lanzado a través de YouTube. Recién aterrizado en España, nos cuenta cuáles son sus próximos planes de conquista del mercado internacional, incluyendo su colaboración con Mala Rodríguez en el single «Dame bien», que se estrenará probablemente este viernes.

Enhorabuena, está viviendo un ascenso meteórico.

Sí, estoy muy feliz, acabo de enterarme de que «Buyaka» está arrasando.

En el videoclip no salen mujeres despampanantes, hombres musculosos. ¿Ha querido darle la vuelta a los vídeos estereotipados clásicos del reguetón?

Sí, he sacado un montón de machos alfa (risas), me encantaría poder estar en ese cuerpazo toda la vida. Después de sexualizar tanto a las mujeres en el reguetón, ahora toca sexualizar a los hombres. Quise hacer algo diferente, y a la gente le está gustando. No estamos haciendo nada malo.

En otras ocasiones sí le han dicho que estaba haciendo algo malo.

Sí, eso siempre va a pasar. Yo he aprendido a respetar las ideas de los demás, y espero que los demás hagan lo mismo con el reguetón. Que lo respeten aunque no lo entiendan.

¿Cree que los prejuicios que hay con el reguetón han podido influir en su poca presencia en las candidaturas de los Latin Grammy?

Los Grammy tienen otra forma de medir el arte, tienen otros conceptos. Para mí es una plataforma distinta, y eso es todo. Están los premios Latin American Awards, los premios Juventud, los VMAS, hay un montón de plataformas donde el reguetón es lo máximo. Los Grammy tienen una historia, y son muy respetables. Son el máximo galardón de la música.

¿Cómo es que dejó su carrera como ingeniero petroquímico para empezar otra como reguetonero?

Tenía todo bien encarrilado para tener una carrera profesional exitosa, pero llegó la música y me dijo: «espera papito, que por ahí no vas a ir». Rapeaba en la calle, con mis amigos, como hobby. Pero la música siempre fue muy importante para mí desde pequeño, y poco a poco fui aprendiendo habilidades. En mi familia hay muchos cantantes, y eso también lo fui integrando desde pequeño.

Su propuesta es una revisión del reguetón más clásico.

Esa es mi propuesta hermano, y a la gente le gustó. Eso es lo que me distingue más. Soy una persona auténtica y genuina, y eso también lo ve la gente. Se identifican con mi autenticidad. Amo el reguetón, y voy a seguir trabajándolo, al menos de momento, y así será el disco que sacaré en enero.

¿Vendrá de gira?

Primero iré en noviembre a hacer unos eventos, y ya el año que viene volveré a cantar si Dios lo permite.

Guaynaa viene de guaynabito, que significa «alguien de clase media alta» en Puerto Rico, ¿verdadd?

Sí, eso que dicen ustedes, «pijo». Por mi look, mi apariencia, mi corte de pelo, parezco un pijo. Pero realmente soy un reguetonero por dentro, un pijo por fuera.

Aquí es un término despectivo, ¿usted se ríe de eso?

Sí, esa es la idea. A la gente le gusta, también porque sabe que es un personaje. Yo no soy un pijo, no tengo prendas de alto valor. El reloj que llevo me costó veinte euros. Pero adopto esa apariencia.

Otra palabra que ha puesto de moda es «mamarre», que usted mismo reconoce no saber qué es.

Sí, es que creo que la vi en una película jamaicana, que ya no recuerdo cuál es.

¿Quizá era «The harder they come», la de Jimmy Cliff?

Pues la voy a buscar ahí. En ninguna entrevista me habían dicho esto, como la encuentre ahí vas a ser de mis personas favoritas (risas).

La canción «Chicharrón» también tiene un videoclip muy potente, se le ve muy suelto. ¿Le gustaría ser actor?

Sí, eventualmente he hablado ese tipo de proyecto. Lo estoy contemplando. Disfruto cada paso que doy, me llena lo que estoy haciendo y estoy feliz. Intento reflejarlo en todo momento, porque estoy agradecido.

¿Está preparado para la fama?

Yo casi no salgo a la calle. Honestamente, soy un tipo muy familiar y nunca he sido de salir por ahí. Siempre estoy trabajando en mis ideas. Pero hay que hacer cosas de persona normal, y quiero poder seguir saliendo cuando me apetezca. Hay que ser cotidiano.

¿Se está planteando alguna colaboración española?

Sí, con la Mala. Es un privilegio, y estoy súper contento del desempeño que tuvimos los dos.

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