Guadalupe Plata «Nos inspiramos en la España más profunda»

El grupo de blues más inquieto y sugerente del panorama nacional ha roto dos de sus normas: no repetir estudio de grabación, y no publicar disco en año par. Lanzado hace quince días, su quinto álbum (epónimo, como todos los que han publicado) ha sido compuesto, grabado y mezclado a lo largo de tres semanas y media entre abril y julio en La Mina (Sevilla), que hizo las veces de local de ensayo y de estudio. Allí, el trío de Úbeda hizo «un nuevo intento de ir más allá en nuestra cruzada de la involución, intentando crear nuestro “Gris-Gris” particular», asegura su guitarrista y cantante Pedro de Dios.

En lugar de inspirarse en el vudú, las tradiciones musicales de Nueva Orleans y los ritmos tribales caribeños, como hizo su autor Dr. John , Guadalupe Plata ha vuelto «a profundizar en el sonido barreño como bajo principal», usando una batería con pocos micros que pudiera sacar la mayor naturalidad al sonido y una vieja guitarra Harmony «con olor a incienso» enchufada directamente al amplificador, «sin intermediarios ni nada que pudiera perturbar la paz del convento». Además añadieron instrumentos nuevos en algunas canciones, «como la botella de anís, una bandurria destartalada y algún sonido de puertas viejas, con el fin de añadirle un tinte de la España más profunda y oscura, que es lo que nos ha inspirado a nosotros».

El resultado final son doce canciones donde, además de encontrar «el clásico e inconfundible sonido de siempre» de Guadalupe Plata , se puede disfrutar de una singular inmersión «en otros páramos como son las corraleras, la cueca, el vals y otras músicas ocultas». Todo este imaginario ha quedado reflejado en la portada del disco, obra de Paloma Almagro y el propio Pedro De Dios . «Es una pintura acrílica de carácter votivo inspirada en los exvotos mexicanos. En ella, agradecemos a la patrona de Úbeda su colaboración para impedir que unos demonios nos robasen los instrumentos».