Conciertos a puerta cerrada o con aforo limitado, festivales virtuales y actuaciones de pago en Instagram: el futuro inmediato de la música en vivo

Varios artistas ya están preguntando a sus fans: ¿pagaríais por un recital en «online»? Mientras se aclara la situación, todas las salas de España han consensuado un comunicado muy duro con las medidas de desescalada

Un concierto de Mads Langer, en modo «autocine» ABC

Nacho Serrano

En diciembre de 2014, Bob Dylan dio un concierto para un solo espectador. Se grabó para uno de los capítulos de un programa de televisión sueco, Experiment Alone, en el que varias personas realizan actividades que habitualmente están pensadas para grandes grupos. ¿Quién podría haber imaginado lo profética que sería aquella actuación?

Tras el parón absoluto de la música en directo, las medidas de desescalada anunciadas por el Gobierno permitirán que la industria de la música en vivo vuelva poco a poco a la normalidad. Pero ese proceso durará meses , y tanto artistas como promotoras ya están planteando un escenario de alternativas.

Una de las ideas que están barajando algunos cantantes es empezar a cobrar por las actuaciones que ofrecen en Instagram desde sus casas , ofreciendo un valor añadido claro está. Es el caso de Marwan, que ha preguntado directamente a sus fans si pagarían por verle actuar con este formato . «Nadie sabe la fecha de vuelta a los conciertos, pero en un principio, no parece que vaya a ser antes de un año según las elucubraciones más optimistas. La mayoría hablan de un año y medio», comenta el cantautor en su perfil de Facebook. «¿Tú pagarías por un concierto online?», pregunta a sus seguidores. «No hablo de cinco canciones, hablo de hacer un verdadero concierto, dándolo todo durante más de una hora. Porque es más que posible que esa sea la solución para nuestro trabajo en los próximos meses, para poder seguir viviendo de lo que hacemos. Y no solo yo, sino también mi manager y todos los compañeros y compañeras que trabajan en su oficina, y mis músicos también. Así está la cosa y quiero conocer, sinceramente, vuestra opinión». Entre las respuestas que le han dado sus forofos, hay muchas positivas.

Otra opción que se podría valorar en la fase de desescalada que permite pequeñas reuniones, sería la de los conciertos a puerta cerrada . Un grupo podría meterse en una sala o en un local de ensayo amplio que permitiera mantener la distancia de seguridad entre sus miembros, y así retransmitir un concierto online más espectacular que los acústicos que se hacen desde casa. Igual que los partidos de fútbol sin público: no sería lo mismo, pero menos da una piedra.

Otra posibilidad, que en principio parece bastante esperpéntica, es imitar a los autocines , como se ha hecho en Dinamarca. Esta semana, el músico Mads Langer ofreció una actuación así en la ciudad de Aarhus, y tuvo una buenísima respuesta, con casi todas las entradas vendidas. El directo fue retransmitido por la radio y se ofrecía la posibilidad de interactuar vía Zoom con el cantante.

También se han celebrado sesiones de electrónica con este formato.

En cuanto a los festivales, evidentemente lo tienen mucho más complicado. Por ahora, las iniciativas más novedosas han sido las de Burning Man y Block by Blockwest, que han propuesto una edición virtual para este año . La de Burning Man será a finales de agosto, pero la de Block by Blockwest ya se ha celebrado... con un saldo de fracaso total. En este evento celebrado el pasado fin de semana iban a «actuar» bandas como Massive Attack, Pussy Riot o Idles, pero el aluvión de «festivaleros» (más de 100.000) intentando acceder al mismo colapsó el servidor, y tuvo que ser cancelado. Así, el BbB tiene el dudoso honor de ser el primer festival virtual que se cancela por exceso de aforo .

Más suerte con la logística tuvo Travis Scott en su concierto virtual en Fortnite, también el pasado fin de semana. El rapero reunió a más de doce millones de personas («avatares» del videojuego, en realidad) en su show, superando los diez millones que congregó el DJ Marshmello el año pasado, en la primera experiencia de estas características.

Los conciertos con aforo reducido

La opción más cercana a lo que conocemos por concierto con todas las de la ley, tendrá que esperar al menos hasta el 25 de mayo , cuando se permita abrir a las salas reduciendo el aforo al treinta por ciento del original . Pero, ¿serán viables estas actuaciones? « A los artistas no les va a interesar tocar para un grupo reducido de gente », opina Javier Olmedo, gerente de la asociación de salas de conciertos La Noche en Vivo. « La única alternativa va a ser cobrar tres veces más por las entradas, lo cual es impensable , también porque el público va a ser menor por dos motivos. Primero, porque persistirá el miedo al contagio. Y segundo, porque viene una crisis económica brutal y mucha gente no va a tener el mismo dinero que antes para gastar en ocio». A los propietarios de salas de conciertos también les preocupa que no se les ha dicho «absolutamente nada sobre cómo tenemos que proceder... faltan todos los protocolos higiénico-sanitarios », asegura Olmedo. «No sabemos si hay que tomar la temperatura, si hay que poner un arco a la entrada como hacen en China... no tenemos ni idea de qué tenemos que hacer. Tiene que haber unos protocolos mínimos a nivel estatal. Es como si nos dicen que nos pongamos a jugar al fútbol sin saber las reglas, y que según vayamos jugando ya verán si nos pitan penalty o no. El anuncio del Gobierno es de una improvisación y una imprecisión que nos ha dejado alucinados. Es muy preocupante. Además, cuando abran miles de negocios a la vez, todos vamos a ir a pelearnos por el gel, los guantes... ¿va a haber para todos? ¡Si no lo están consiguiendo ni los hospitales! Además de los protocolos nos faltan otras piezas fundamentales a nivel jurídico y financiero. Por ejemplo, la flexibilización de los ERTEs. Si tenemos que abrir las salas reduciendo el aforo al 30 por ciento, no se puede exigir que recuperemos la plantilla entera a tiempo completo durante seis meses. Es una locura. Deben ampliar la fuerza mayor, y permitir ir recuperando las plantillas poco a poco. Si no, será imposible. Tampoco nos han dicho nada de los alquileres . Las salas llevamos ya dos meses pagando el alquiler de los locales sin tener ninguna actividad, y todavía no llega ninguna ayuda en ese sentido. Estamos hasta arriba de créditos, y no sabemos cómo salir de esta. Si no cambia todo esto, creo que no vamos a poder reabrir porque nos iríamos a la quiebra».

La Plataforma de Salas de Conciertos (PDSC) , que representa a más de 270 salas privadas de música en directo en todo el país, ha emitido un duro comunicado ante las medidas anunciadas:

1) Queremos expresar nuestra sorpresa y decepción ante la falta de interlocución del Gobierno con las salas de conciertos, y las confusas medidas restrictivas aplicadas a estos espacios culturales, que requieren una especial atención por su especial singularidad.

2) El anuncio de las posibles fases de desescalado es muy confuso y de difícil interpretación y aplicación.

3) La reducción de aforo propuesta es inviable y condena al sector a la quiebra y desaparición del tejido cultural más frágil:a. Por la dificultad de los músicos en ofrecer los espectáculos garantizando la distancia social en el escenario así cómo la del público en las salas.b. Por la inviabilidad económica de aplicarlo, ya que un concierto habitualmente empieza a ser viable a partir de superar el 80% de la capacidad del espacio.c. Porque generan incluso mayores pérdidas económicas los espacios a un 30% de su capacidad que permaneciendo cerrados.

4) Nos ofrecimos, y nos seguimos ofreciendo, para estudiar los posibles protocolos a aplicar de manera temporal (medidas higiénico-sanitarias), que garanticen la seguridad de los artistas, los trabajadores y el público, contando siempre con el consenso y asesoramiento de las autoridades sanitarias y la ayuda de la administración.

5) Que las medidas de reincorporación de las distintas actividades a la normalidad sigan unos parámetros de coherencia y se apliquen en todos los ámbitos en los que haya grandes concentraciones de público (cómo los distintos medios de transportes, centros comerciales, grandes superficies, etc.) y no de manera exclusiva en la exhibición de actividades culturales.

6) Mantener la condición de causa de fuerza mayor, hasta la vuelta a la total normalidad, imprescindible para la flexibilidad en la salida de los ERTES a los que nos hemos tenido que acoger.

Esta plataforma insta a los Ministerios de Sanidad, Ministerio de Cultura y Deporte y al Ministerio de Trabajo y Economía Social, a abordar conjuntamente estos asuntos, en una reunión con las salas de conciertos, que suponen un tejido imprescindible en la cadena de valor de un sector profesional y cultural del que dependen más de 700.000 trabajadores.

Falta mucho por hablar y mucho por concretar en este complejo puzzle. En cualquier caso, el sector ya se hace a la idea de que será el último de todos en volver a la normalidad . Pero cuando eso sea posible, los amantes de la música seguro que lo reactivarán a toda velocidad acudiendo en tromba a reencontrarse con sus ídolos, y quizá hagan realidad aquella frase bíblica de «los últimos serán los primeros».

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