CRÍTICA DE DISCO

Coldplay «Everyday Life», un gran álbum que nunca escucharemos en directo

El grupo ha anunciado que no harán más giras hasta «hasta que sean sostenibles y no atenten contra el medio ambiente»

La banda británica de pop rock y rock Coldplay
Nacho Serrano

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La primera de las muchas preguntas que lanza el disco que mañana publica Coldplay es: «¿En qué tipo de mundo quieres vivir?». Chris Martin y los suyos se ponen más trascendentales que nunca (que ya es decir) en «Everyday Life», probablemente su mejor disco en más de una década .

Esta vez, la heterogeneidad que suele buscar la banda británica no está basada en fallidas excentricidades sonoras ni en derivaciones fatuas del pop-rock de estadio, sino en una sencilla y honesta combinación de géneros clásicos , que conforman uno de los álbums más disfrutables de su discografía.

Los adelantos «Everyday Life», «Arabesque» y «Orphans» solo dieron sutiles pistas del modus operandi empleado en esta ocasión por el cuarteto, que se ha adentrado en terrenos muy variopintos con este octavo álbum de estudio.

«Broken» ofrece un gospel de sonido lo-fi con Chris Martin acompañado de piano y coros; «Guns» se basa en una guitarra acústica de inequívoco sabor mid-west; «Èkó» tiene deliciosas cuerdas de aroma mediterráneo, y «Trouble in town» juega con atmósferas de teclados vaporosos y punteos de guitarras con un ardiente final de jazz-rock.

Hay momentos de intimismo de alcoba como los de «When i need a friend» , en el que Martin lanza precisos falsetes acompañado de un coro monacal , o los de «Daddy» , donde un piano de sonido opaco se superpone sobre unos latidos de corazón. La pastoral «Old friends» , a guitarra y voz, también insiste en la senda opuesta a la grandilocuencia, y sólo hay un «arena pop» de manual, «Champion of the world» . Hay incluso una suerte de «Redemption song» llamada «WOTW/POTP», que sorprende con un interludio acústico que podría haber sido grabado en el jardín de la casa de Martin.

«Everyday Life» es, en definitiva, un disco notable , que no podremos escuchar en directo por la decisión del grupo de no hacer más giras «hasta que sean sostenibles y no atenten contra el medio ambiente», como acaban de anunciar siguiendo el ejemplo de la joven activista Greta Thunberg , que no viaja en avión para reducir la contaminación. «Nos tomaremos un año o dos para determinar cómo hacer nuestros traslados de forma sostenible», asegura Martin, que ahora mismo está con sus compañeros en Jordania, para dar dos conciertos de presentación en Ammán. Sólo ofrecerán un único recital más, el próximo lunes en el Museo de Historia Natural de Londres, en una noche benéfica en la que todos la recaudación del espectáculo irá directamente a ClientEarth, una organización de derecho ambiental sin ánimo de lucro.

Después no habrá más oportunidades de ver a Coldplay en directo, para desesperación de sus fans menos ecologistas. Pero, tal como ha insinuado Mark Mitchell, co-presidente de su sello, lo que sí podría haber es otro nuevo disco antes de lo esperado: «Han quedado muchas canciones fuera, y se pondrán con ellas enseguida».

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