Andreas Prittwitz, con el saxo en el Barroco

El músico de origen alemán ofrece un concierto de su proyecto «Looking back» el viernes 7 en el Teatro Monumental de Madrid

Andreas Prittwitz ABC
Julio Bravo

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La biografía de Andreas Prittwitz dice que nació hace casi sesenta años -los cumplirá en abril- en Múnich (Alemania), pero no hay el más mínimo desliz en su pronunciación que corrobore este dato. Habla el castellano con la misma soltura que cualquier natural de Las Navas del Marqués , la localidad abulense donde vive actualmente. Y es que a los más de cuarenta años en España une Prittwitz su profesión, la de músico, donde el oído juega un papel primordial. También la inquietud es una buena cualidad para este colectivo artístico, y de esa anda igualmente sobrado. Basta con repasar su trayectoria para darse cuenta: de formación clásica, su primer instrumento fue la flauta de pico ; pasó después a interesarse por el clarinete y el saxo y a sumergirse en las aguas del jazz, del pop y del rock primero como intérprete y después como productor. La nómina de músicos a los que acompañó o produjo en esta etapa es muy variada, y va desde Los Toreros Muertos a Javier Krahe , de Jorge Pardo a Miguel Ríos .

Desde hace una década, el gran amor de su música se llama « Looking Back », un proyecto con el que ha regresado a sus orígenes clásicos. «Quería recuperar ese mundo y aportarle lo aprendido en mi trayectoria, crear algo nuevo desde mi experiencia en ambos campos , el de la música clásica y el del jazz y la improvisación», dice Andreas Prittwitz mientras por el teléfono se escuchan unos lastimeros balidos. «Tengo dos corderos, y cuando no me ven me reclaman», explica entre risas.

«Looking back» se presenta con formatos diferentes según la ocasión; el miércoles pasado, en la Bibloteca Nacional , viajó hasta el Siglo de Oro -«una época de la que se conoce bien su literatura pero no tanto su música»-, y el próximo viernes estará en el Teatro Monumental con el título de « Zambra barroca », y una llamativa mezcla: música antigua, jazz y flamenco. «Son mundos que casan estupendamente, y el resultado es muy interesante. Cuento con una cantaora, Eva Durán , que ha hecho un trabajo increíble de adapación, y un contratenor, Jorge García ; además de una guitarra flamenca y otro barroca ( Mario Montoya y Ramiro Morales , respectivamente) y otros instrumentos».

En ninguno de estos dos universos -el de la música antigua y el del flamenco- parece encajar el saxo. Andreas Prittwitz se defiende. « Fernando Palacios dijo una vez que si Vivaldi hubiera conocido el saxo, hubiera escrito para este instrumento. Se adapta perfectamente a la música antigua por su tímbrica; quizás no tanto por su color brillante... Y menos por los prejuicios».

¿Los sigue habiendo en el mundo de la música hoy en día, con tanta mezcla, tanta fusión y tanta «contaminación»? «Vamos avanzando; hay un sentir general y una necesidad de olvidarnos de los prejuicios, porque el sistema musical está agotado y hay que buscar fórmulas nuevas, pero sí, los prejuicios siguen existiendo. Curiosamente, quien menos tiene es el público, que está abierto a cualquier propuesta, siempre que tenga calidad».

Y para ello, para que esa «fusión» no tenga fisuras, señala Andreas Prittwitz que es necesaria una gran preparación . «Hay que conocer muy bien el mundo del jazz, conocer las reglas de la improvisación, y al mismo tiempo dominar las necesidades de la música antigua, para poder unirlas. No es un trabajo sencillo lograr una fusión natural, creativa y propia. Cuando más sepas de los dos mundos, mejor podrás fundirlos».

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