Santiago Posteguillo: «Sevilla encarna muy bien la forma de vivir del mundo romano»

Ya se han enviado a las librerías 150.000 ejemplares de «Y Julia retó a los dioses», segunda y última parte de «Yo Julia», libro con el que el autor conquistó el Planeta en 2018

El escritor junto al Muro Adriano Carlos Ruiz

Pedro Ybarra Bores

El coronavirus también impidió que Santiago Posteguillo pasara ayer por Sevilla para presentar su nueva novela, hecho por el que mantuvimos esta entrevista telemáticamente. El autor de la trilogía de Trajano regresa con la segunda parte de su bilogía dedicada a Julia: «Y Julia retó a los dioses» (Planeta), la saga del autor que ha conquistado a más de cuatro millones de lectores.

Conoce bien Sevilla...

He ido mucho. Tanto por eventos, como por interés particular, turismo privado y también por documentación. Por ejemplo cuando fui a ver Itálica con mucho detalle antes de escribir la trilogía de Trajano. Sevilla es una ciudad agradable, muy bonita y siempre estoy encantado de poder ir. Además de Itálica, me gusta mucho pasear en barco por el Guadalquivir. Hace buen tiempo y siempre me ha gustado la navegación fluvial.

¿Qué tiene Sevilla de aquella Roma?

Es una ciudad muy hispana. Muy volcada en el vivir en la calle, que es algo que se hacía mucho en la vida romana. En ese sentido es una ciudad muy latina. Encarna muy bien lo que sería la forma de vivir en un mundo romano.

¿La sociedad actual es tan distinta de aquella?

No. La naturaleza humana es la misma. Amamos, soñamos o somos leales de las mismas formas ahora que hace 1.800 años. Hay muchos más elementos de conexión de los que uno cree.

¿Qué porcentaje de realidad tienen sus libros?

Mucho. Procuro ser muy fiel a las fuentes históricas. Es más histórico de lo que la gente pueda imaginar. La parte que he añadido al principio y final sobre los dioses, evidentemente es fantasía. Se trata de un guiño a la «Iliada» y a la «Odisea», donde Homero también introducía a los dioses del Panteón griego interviniendo en las acciones de los seres humanos. Fácilmente un sesenta por ciento de la novela es real, y el resto no es que no sea real, sino que son vacíos históricos que relleno de la forma más coherente con lo que sabemos. Sé cómo tiene lugar una batalla, pero lo que no están grabadas son las conversaciones del emperador con sus generales, eso es añadido, pero igual hicieron exactamente eso, porque sé los movimientos de las tropas. El nivel de historicidad es muy alto.

En el «Dramatis personae» del libro aparecen más de 30 personajes...

En su mayoría existieron. Son reales. Hay algún añadido, como los esclavos, de los que casi nunca nos llegan los nombres. Me parecía interesante reflejar la vida de todos ellos. Con 786 páginas esta novela es un poco más larga que la primer parte. Aquí ya me he vaciado. Son dos libros haciendo paralelismo con los de Robert Graves.

¿Escribir esta novela le ha supuesto un reto muy grande tras «Yo Julia»?

La documentación es más compleja cuando tienes que trabajar con un personaje femenino del mundo antiguo porque las fuentes clásicas que nos hablan de esta época no dedican nunca un capítulo específico a Julia, aunque sí hay capítulos dedicados a Severo (esposo) o a Caracalla y Geta (hijos). Debes leer con mucha atención dichos artículos y extraer todas las referencias a la esposa o a la madre y con eso construir mi propio capítulo sobre Julia. Una vez hecho eso, lo que tuve que hacer era reformularlo y recontarlo de la forma más entretenida, audiovisual y cinematográfica posible para un público del siglo XXI.

¿Por qué gusta tanto el personaje de Julia?

Porque es una mujer absolutamente deslumbrante y más de admirar en una época en la que los hombres dominaban de forma muchísimo más evidente y más clara todo. Es una mujer que sorprende. Absolutamente fascinante.

¿Qué se sabía sobre el cáncer en aquella época?

La protagonista tiene al mejor médico del mundo antiguo: Galeno. Él sí podía, sabía, detectaba y diagnosticaba el cáncer. Ya lo había diagnosticado en gladiadores, porque el cáncer de pecho también se puede dar en hombres como consecuencia de los golpes que se tumorizan, y los gladiadores tenían muchas laceraciones en el pecho. Él lo tenía muy claro e identificado. En las primeras páginas de la novela ya aparece el diagnóstico y la explicación de Galeno, de cómo Hipócrates lo llamaba «carcino» (cangrejo en griego) porque es un bulto que se ramifica como las patas del crustáceo y los romanos en latín lo llaman cáncer. Cosas que me gustan hacer en los libros para compartir de dónde está el origen del término.

«El que resiste gana, y el que gana vive»

La peste Antonina en la época del emperador Marco Aurelio, Severo y Julia, eran brotes muy severos de viruela mucho más mortífero que el coronavirus. Galeno consiguió detener un brote en Egipto porque Severo y Julia aceptan supeditar el poder político a la autoridad sanitaria. La última epidemia de la época de Marco Aurelio se llevó a un millón de personas (de 65 millones). Galeno llega incluso a autoinmunizarse contra la viruela en un proceso que no pudo entender.

¿Por qué leer «Y Julia retó a los dioses»?

Porque puede ser una forma muy entretenida de pasar muchas horas relajadamente en casa, ya que parece que ahora vamos a tener que pasar mucho tiempo en casa. Si quieres olvidarte un poco de todos los follones que nos rodean hoy en día, lo mejor que puedes hacer es leer una novela. Ya que la gente tiene que quedarse en casa, que lean mucho en general.

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