«Templa la pluma»: creatividad en lo cotidiano

Joaquín Chico de Guzmán presenta 42 cuentos y micro-relatos para emocionarse y reflexionar mirando hacia uno mismo

Imagen de la portada del libro de relatos «Templa la pluma» del escritor Joaquín Chico de Guzmán ABC

Loreto Soler

Al igual que el auge que están experimentando las series frente a las películas dentro de los hogares, está creciendo la inclinación de los hogares hacia los libros de relatos . En realidad, una novela y un cuento necesitan técnicas diferentes: la novela permite más detalle, más pausa, más espacio donde contar aquello que se está queriendo decir. El relato está sometido a más precisión, más claridad, más efecto. Es más rápido, es más selectivo en sus palabras, siempre certeras, siempre expresando más de lo que ocupan. Hoy Joaquín Chico de Guzmán (1973), psicólogo y pedagógo de la Comunidad de Madrid, presenta «Templa la pluma». Un libro de relatos que justifica la fuerza con la que este género ha irrumpido en la literatura: una publicación delicada, novedosa, reflexiva y, por supuesto, tremendamente entretenida. No puedes leer solo un capítulo : para cerrarlo y no comenzar con el siguiente cuento hay que hacerse cierta violencia interna.

Chico de Guzmán nos sorprende con veintidós relatos y veinte micro-relatos en los que se abordan temas dispares pero todos de enorme actualidad: el impacto de las nuevas tecnologías, el maltrato, el amor que nunca se llegó a expresar, la muerte cara a cara, el silencio cómplice del acoso escolar, el nacimiento de un niño, la armonía de las cosas sencillas, la culpa, la supervivencia, la rendición, la victoria.

Con un lenguaje sencillo y elegante, desarrolla una tensión narrativa que conduce a finales sorprendentes, movilizando al lector y provocando en él una reflexión. En cada capítulo, el autor es capaz de enfrentarle a realidades que nunca son inocuas, a la vez que le dota de esperanza. Variado en su temática y sus formas, deja siempre un espacio para hacernos pensar y, con la misma intensidad, para hacernos sentir.

La buena literatura se forma con un lenguaje cuidado y una exquisita capacidad narrativa; unos personajes sólidos, a quienes poder creer; una trama bien construida, interesante y coherente; y un pacto ficcional que respetar y lleve al lector de la mano. Este libro recoge estos cuatro elementos de la mano de LC Ediciones, perteneciente a la Editorial Amarante. Es, desde luego, la suya, una pluma bien templada.

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