80 años del fin de la contienda

La Guerra Civil española termina en la memoria y en los libros

Hoy se cumplen ocho décadas del final de un conflicto bélico que ha hecho correr ríos de tinta

Borrador original del parte final de la Guerra, junto al lápiz con el que se escribió ABC

Jesús Morillo

Memoria y libros son el final del acontecimiento histórico con el que más se identifica a España en todo el siglo XX: la Guerra Civil. Su estallido, para empezar, sacudió la Europa de los años 30 , convirtiendo el territorio español en el escenario del choque entre las grandes potencias de la época, con especial presencia tanto de la Italia de Mussolini y la Alemania de Hitler como de la URSS de Stalin, que después se enfrentarían a gran escala en la II Guerra Mundial. Además, tras su conclusión el 1 de abril de 1939, hace justo hoy ochenta años , se abrió una de las etapas más oscuras en la historia de España reciente, marcada por la represión y la dictadura de Franco y un lento desarrollo social y político del país al margen del resto de democracias del continente. Una anomalía de la Europa occidental que no se solventó hasta la restauración de la monarquía parlamentaria , las primeras elecciones democráticas y la entrada de España en la Unión Europea.

Pero la Guerra Civil y la dictadura dejaron cicatrices, y por eso han marcado la vida y la cultura españolas , así como la percepción que hay sobre el país más allá de sus fronteras. En consecuencia, el conflicto se convirtió en materia de ensayos, escenario de novelas y películas, y también objeto de investigación de historiadores, convirtiéndose en el hecho histórico que más ha influido en nuestro pasado reciente. Tantos volúmenes que no queda más remedio que quitar la razón a quienes afirman que no existe suficiente memoria del conflicto. La hay.

Bajo el fuego

Los primeros relatos sobre la Guerra Civil nacen en plena guerra, como la recopilación de cuentos «A sangre y fuego. Héroes, bestias y mártires de España», publicado en 1937 en Chile y Estados Unidos. Su autor, el periodista sevillano Manuel Chaves Nogales, estuvo olvidado por el canon literario español hasta hace un par de décadas y hoy su libro se considera uno de los relatos más fieles, pese a haberse escrito bajo el fragor de la lucha . No fue el único, porque en aquellos años aparecieron otros clásicos literarios sobre la guerra, como «La esperanza», de André Malraux; «Madrid, de corte a checa», de Agustín de Foxá; y «Por quién doblan las campanas», de Ernest Hemingway, prueba del impacto internacional de la guerra de España.

Este fue el inicio de una larga tradición literaria sobre el conflicto, que se enriquecería con clásicos que se editaron en el exilio, como la trilogía «La forja de un rebelde», de Arturo Barea ; pero también dentro de España, como «Los cipreses creen en Dios», de José María Gironella, punto de partida de una trilogía que pudo sortear la censura. La estela llega hasta nuestros días, con éxitos en pleno siglo XXI como «Soldados de Salamina», de Javier Cercas .

Desde la historia, las primeras aportaciones alejadas de visiones parciales las ofrecieron los hispanistas, como Stanley G. Payne, con su estudio sobre el fascismo; Gabriel Jackson , con su análisis sobre la República y la guerra; y Hugh Thomas , con el que quizás sea la mayor aportación del hispanismo británico al conflicto, a la que se suma Paul Preston, gran biógrafo de Franco.

Por su parte, los historiadores españoles realizan una aportación capital en los últimos 50 años, de la mano de Manuel Tuñón de Lara, Javier Tusell, Juan Pablo Fusi, Santos Juliá y Enrique Moradiellos , quien ganó el Nacional de Historia en 2017 con un brevísimo manual sobre la Guerra Civil. 80 años de memoria y libros.

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