Ana Puértolas, certezas que caducan

Ana Puértolas (Pamplona, 1945) es una viajera infatigable. Durante más de cuarenta años ha ejercido como periodista especializada en viajes, pero ahora, en su primera «novela», se embarca en otro tipo de travesía, de cariz más personal, en la que lo importante no es ya el marco geográfico sino el vital. En «El grupo» viaja a su juventud, a la década del tardofranquismo que va del 1964 a 1974.

Las comillas puestas en la palabra novela obedecen a la duda en cuanto al género en el que podría enmarcarse este libro; pese a que «El grupo» se publica en una colección de narrativa, no hay en los paratextos de la cubierta ninguna alusión a la palabra novela. Quizás sea porque Puértolas ha logrado crear una interesante mezcla que conjuga el testimonio histórico y la autobiografía política ficcionalizada.

Esta original fórmula permite que cada uno de los capítulos narrativos se alternen con unos apéndices documentales sobre los momentos históricos abordados en ellos.

Comunismo maoísta

«El grupo» -que comparte título con la conocida novela generacional de Mary McCarthy- narra las vicisitudes de unos idealistas jóvenes universitarios. Pertenecen a una pequeña célula marxista-leninista-maoísta (comunismo prochino) surgida de la Fundación de la Federación Universitaria Democrática Española (FUDE), el movimiento estudiantil a partir del que se originaron tantas otras formaciones de izquierda. En esos años del tardofranquismo, la intelectualidad española miraba hacia la China de la Revolución Cultural y de ello dejan constancia los debates intelectuales y morales de los integrantes de esta célula, que es muy parecida a esa de la que formó parte la propia Ana Puértolas en su juventud.

Ellos, los protagonistas de la novela, son el grupo. Marta, Ramón, Carmenchu, Lola. Jóvenes orgullosos de ser revolucionarios y de no estar acomodados en esa vida burguesa que desdeñan. Pretenden combatir el fascismo del Estado de la mano de los inamovibles principios del marxismo-leninismo-«pensamientomaotsétung».

En las primeras líneas de la novela conocemos a Marta, el más logrado de los personajes de «El grupo», cuando se dirige a una manifestación de las Comisiones Obreras del Metal. Va cargada de panfletos que expresan la solidaridad de los estudiantes universitarios con la lucha obrera. Pero aparte de esos panfletos que inundan su bolso, la acucian los miedos: ¿llegará a su destino?, ¿la detendrán? Más tarde conocemos a los otros integrantes de la agrupación, a Ramón, a la pobre Carmenchu, que ve frustrado un viaje a China a causa de una tuberculosis. O a Lola, que, en agosto de 1968, debido al estado de excepción después del atentado contra Melitón Manzanas, pasará un angustioso mes en los calabozos.

Abril, mayo, junio

Puértolas hace desfilar por sus páginas los acontecimientos de orden internacional más destacados, y su originalidad consiste en que los aterriza en interesantes debates que tienen lugar en el seno del grupo. Abordan ese mítico Mayo del 68 que en España «transcurrió como lo había hecho abril y lo haría junio (con su pizca de rabia y fascinación hacia los franceses)», la llorada muerte del Che, la guerra del Vietnam…