LOS LIBROS DE MI VIDA

Nathanael West, maldita redención de las almas

El escritor neoyorquino trazó en «Miss Lonelyhearts» un retrato pesimista y oscuro de una América sumida en la Gran Depresión

Nathanael West (N. York, 1903-California, 1940)
Pedro García Cuartango

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Nathanael West , nacido en el seno de una acomodada familia judía en Nueva York, murió junto a su esposa en un accidente de tráfico en 1940. Había cumplido 39 años, trabajaba de guionista en Hollywood y la vida empezaba a sonreírle tras la publicación de cuatro novelas cortas que le habían granjeado una sólida reputación literaria. West era un juerguista que había sido expulsado de la Universidad por falsificar las notas . Pésimo estudiante, optó por abandonar su país y se fue a París en busca de inspiración para sus libros. Pero se vio obligado a volver a Nueva York para subsistir, ya que su padre había sufrido las consecuencias de la Gran Depresión . Le ofrecieron el puesto de jefe nocturno de un hotel en Manhattan, experiencia que luego le serviría para algunos personajes de El día de la langosta , llevada al cine con éxito en la década de los 70.

Miss Lonelyhearts , publicada en 1933, es la segunda novela de West y, a mi juicio, la mejor. Pocas veces se ha descrito con mayor profundidad la América de entreguerras, que, tras una década de prosperidad y exuberante optimismo, despierta con una brutal crisis económica que sume a millones de ciudadanos en la miseria. West, al que le suele encuadrar en la llamada Generación Perdida , es el gran retratista del lado oscuro y amargo del sueño americano, de una sociedad de desheredados que sobreviven en un ambiente sórdido. En cierta forma, Miss Lonelyhearts podría ser el contrapunto de El gran Gatsby , donde Scott Fitzgerald muestra su fascinación por un millonario solitario que organiza fabulosas fiestas mientras suspira por el amor de una mujer casada. Curiosamente, el coche de West se estrelló al día siguiente del ataque al corazón que acabó con la vida de Fitzgerald, cuyos libros admiraba y del que era amigo. También mantenía una estrecha relación con Dashiell Hammett , con el que le unía su inconformismo político.

La novela de West toma su nombre -que podríamos traducir como La Señorita de los Corazones Solitarios - del pseudónimo que utiliza un periodista que redacta el consultorio sentimental de un diario. Su trabajo es responder a las cartas que recibe de hombres y mujeres frustrados que le cuentan no sólo sus problemas amorosos sino además sus insufribles condiciones de vida.

Miss Lonelyhearts vive en el cuarto de una pensión con una silla y una cama, es un hombre solitario y alcohólico, sin la menor empatía e incapaz de relacionarse con el prójimo. Su único amigo es Shrike, el jefe de la redacción, que se burla de su conducta, pero le tolera porque el consultorio contribuye a vender periódicos .

El protagonista es un personaje que se identifica con Cristo porque cree que su misión es la redención de las almas que le escriben. No soporta su trabajo pero tampoco lo puede abandonar porque siente que hay un vínculo indisoluble que le ata a los desgraciados que le cuentan sus miserias . No en vano en su juventud West, a pesar de ser judío, se había sentido muy atraído por el misticismo cristiano que en esa época representaban los predicadores que iban recorriendo los pueblos de América. Es inevitable encontrar muchos paralelismos en esta novela con la posterior Sangre sabia , de Flannery O’Connor , con la que comparte esa visión desgarrada de la existencia y la fascinación por los perdedores.

Miss Lonelyhearts siente una atracción compulsiva hacia las mujeres abandonadas y poco atractivas , de suerte que mantiene relaciones con la compañera de su jefe y se deja seducir por la esposa de un tullido que le ha escrito una carta en la que cuenta la impotencia de su marido. Este amorío acabará de manera trágica.

Al igual que en el resto de su obra, la novela está llena de personajes solitarios y fracasados, corazones rotos por la vida, gente infeliz y marginal que ofrece un contrapunto a la América glamourosa del jazz, el cine y las fiestas de Hollywood de los años 20.

Es difícil encontrar un autor que rezume más pesimismo que Nathanael West, en cuyos trabajos no podemos hallar ni el menor atisbo de amor o esperanza porque el hombre es devorado por una sociedad hipócrita y degenerada, en la que la gran masa es explotada por una minoría sin escrúpulos. Llega un momento en que la lectura de Miss Lonelyhearts se convierte en una pesadilla agobiante y en la que surge la tentación de cerrar el libro y tirarlo a la basura . Pero la calidad de la escritura y el talento del autor nos empuja a leer hasta el final, sabiendo que todo acabará mal y que la vida es un asco.

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