EN MUCHAS PALABRAS

José Pablo García: «Un dibujante debe saber diseñar bien»

El dibujante y diseñador malagueño se está ganando a pulso ser uno de los autores de cómic más relevantes del panorama actual.

Jose Pablo García Paco Coca

Pablo Delgado

José Pablo García  (Málaga, 1982) va acumulando una gran experiencia como narrador de historias en viñetas. Dibujante y diseñador está consiguiendo estar en la cima del cómic nacional actual. Con proyectos de envergadura como Vidas ocupadas (Dibbuks) en la que narra su viaje a la Palestina ocupada, o las adaptaciones de las obras del historiador Paul Preston La guerra civil española  y  La muerte de Guernica (Debate), para atreverse con la exitosa obra de Javier Cercas Soldados de Salamina (Reservoir Books)

Con un trazo claro y enérgico junto con colores contrastados , alegres o apagados para cuando la narración lo requiere, consigue crear en sus obras un envoltorio visual dotado de un realismo que junto con una estructura narrativa muy bien ejecutada, hace que el lector se embarque en un viaje en el tiempo, logrando de esta manera que sus obras no pasen desapercibidas.

¿Cuándo y cómo surge su interés por el dibujo y el cómic?

Supongo que antes de empezar a hablar, como prácticamente todos los niños; pero con una intención narrativa, creo que fue inventando monstruos inspirados en la serie He-Man . No fue hasta los seis años cuando creé mi primer tebeo, días después de que los Reyes me trajeran un Súper Humor en casa de mi abuela.

¿Qué significa para usted dibujar?

Una forma de comunicarme, de ganarme la vida y de ubicarme en el mundo. Mi visión de la realidad ha estado siempre condicionada por los tebeos, me han ayudado a soportarla un poco y me han salvado de morir de aburrimiento durante las clases en mi época de estudiante, por ejemplo. A dibujar le debo ahora cierto reconocimiento y conocer a mucha gente a través de mis libros. Sigo considerándolo una evasión, aunque se haya convertido en mi trabajo, y si paso varios días sin hacerlo me siento inseguro y desorientado.

¿Qué requisitos considera necesarios para ser un buen dibujante de cómic?

Creo que debe ofrecer una mirada propia, tener algo interesante que decir y saber contarlo bien. Hay mucho virtuoso incapaz de narrarte nada, y dibujantes algo limitados técnicamente pero de una enorme inventiva gráfica y dominio de los recursos que ofrece el medio.

¿Tiene dibujantes de referencia que puedan llegar a inspirarle? ¿Quiénes son?

Cuando una lectura me impacta de verdad, no sé si me insufla ganas de trabajar o de tirar la toalla. La lista de autores sería bastante larga, pero me limitaré a los autores de mis últimas adquisiciones, que son las que tengo a mano: Seth (Ventiladores Clyde ), Christophe Blain (el integral de Isaac el pirata ) y Olivier Schrauwen ( Vidas paralelas ). Ellos tres me han marcado y han sido importantes para mí en algún momento. Suelo pedir prestado en las bibliotecas públicas tebeos que no me llaman mucho la atención y no compraría, por ver si aprendo algo fuera de mis lecturas habituales o descubro algo que me haya estado perdiendo. Pero el cómic es un arte híbrido, y en ocasiones me han inspirado más las artes plásticas, la fotografía, el diseño gráfico, el cine o la literatura, que los propios dibujantes.

¿Cómo afronta el papel en blanco? ¿Cuáles son las estrategias creativas que adopta cuando trabaja?

Llevo más de cuatro años trabajando por encargo, en adaptaciones o guiones ajenos, y no recuerdo qué sentía con el bloqueo del escritor. Cada vez echo más en falta ser autor completo y trabajar desde cero en una historia. Con la presión de los plazos de entrega no puedo permitirme atascarme mucho, así que dejo aparcado lo que no sepa resolver y avanzo con lo que tenga más claro. No sabría explicarte qué estrategia sigo, porque soy un poco desordenado con mi forma de trabajar.

¿Es beneficioso para un ilustrador tener un estilo reconocible? ¿Puede ser potencialmente un obstáculo para la experimentación?

El estilo aparece solo, a base de dibujar mucho, y en sí no creo que sea malo ni bueno. Es fruto de tus limitaciones y tus ‘tics’ y truquitos. Trato de desembarazarme de algunos de ellos porque me acaban aburriendo y por evolucionar, pero no siempre lo consigo. Debe ser un obstáculo si desde fuera te obligan a revalidar un éxito anterior o mimetizar un estilo que funciona comercialmente, pero si realmente necesitas experimentar lo vas a acabar haciendo. También puedes decidir acomodarte en lo que te funciona, que tampoco lo veo censurable. Tenemos que comer y pagar facturas, como todo el mundo, y de la experimentación rara vez se vive.

«El cómic es un medio que, gracias a haber sido ninguneado como expresión artística, sigue sin estar del todo explorado»

Usted trabaja también como diseñador gráfico, ¿cree que es importante que un diseñador sepa dibujar?

No necesariamente, pero supongo que ayuda. Lo que sí que creo es que un dibujante debe saber diseñar bien. La puesta en página y la buena disposición de los distintos elementos de la narración, para que todo esté claro y en su sitio, es esencial para que el cómic funcione.

¿Qué no soporta ver en un cómic?

Tanto si hablamos del dibujo como del guión, odio que sean farragosos y relamidos, que sobren detalles que entorpezcan la narración. Tampoco soporto lo contrario, que se echen en falta elementos, que esté hecho a desgana y por salir del paso. Encontrar el equilibrio de escribir y dibujar lo justo, que no sobre ni falte nada, es lo más difícil.

¿Cuál es el atractivo para usted a la hora de crear un cómic?

Disfruto mucho planteando las escenas, solucionando problemas narrativos y con la composición de las páginas; pero me desespero con las partes del proceso más mecánicas y tediosas, sobre todo con el color. Cuando todo se me hace muy cuesta arriba, no veo el final y creo que todo está siendo un desastre, me ayuda mucho fantasear con lo buena que será la obra siguiente. Aunque, sin duda, el mejor momento llega cuando recibo los libros recién impresos.

¿Qué es para usted el cómic?

Es un medio que, gracias a haber sido ninguneado como expresión artística durante mucho tiempo, sigue sin estar del todo explorado y ofrece aún muchas posibilidades. Que se aprovechen o no ya es cosa de los autores.

Háblenos de uno de sus últimos proyectos: la adaptación al cómic de la obra de Javier Cercas Soldados de Salamina (Reservoir Books) ¿Cómo y por qué surgió este proyecto? ¿Cómo fue el proceso de la obra?

El editor de Cercas, Claudio López Lamadrid, que murió a principios de año, fue el impulsor de la idea. Debió intuir que un medio como el cómic podría sacar mucho partido a una novela que entremezcla varios géneros, como el ensayo, el documental, la biografía, el periodismo o la autoficción. Tuve que documentarme mucho para recrear fidedignamente la vida de Rafael Sánchez Mazas, pero también para los momentos históricos que se narran, y las localizaciones y personajes reales que continuamente aparecen. Quizá esto, junto a diseñar los personajes protagonistas, haya sido lo más laborioso.

En la obra predominan los colores fríos azulados para representar un pasado junto con tonos más cálidos para el presente en el que se mueve la narración ¿qué papel juega el color en esta obra?

Creo que es el cómic donde mejor he trabajado con el color. Hay escenas del pasado intercaladas en el presente, a modo de puzle, en una misma página, y era importante que cada época tuviese una entidad visual propia. Así que utilicé una paleta de color muy limitada, buscando que la narración fuese lo más clara y sencilla posible, dentro de la complejidad estructural de la obra.

«La literatura es una experiencia distinta, que no debe ser sustituida, y tampoco los cómics deben entenderse como un primer paso a lecturas “más serias”»

¿Qué le diría al lector para que lea este cómic? ¿Qué sensaciones o sentimientos ha buscado transmitir?

Es una adaptación bastante fiel de la novela, aunque la visión que se impone es inevitablemente la mía. No sólo está pensada para aquellos que la lean por primera vez, para los que ya se hayan enfrentado a ella es un buen complemento. Creo que poner cara a los distintos personajes reales que aparecen o mostrar los escenarios en los que ocurre la historia, las portadas de libros y revistas, documentos y fotografías, enriquecen su lectura. He intentado trasladar todas las sensaciones que me produjeron leer la novela y que el lector puede empatizar con el protagonista desde las primeras páginas, para tomar como propias sus frustraciones y obsesiones. El sentido del humor de Cercas me resulta familiar y me fue sencillo adaptarme, los diálogos entre los personajes son muy de tebeo.

Ha adaptado también al cómic dos obras del historiador Paul Preston, «La guerra civil española» y «La muerte de Guernica» (ambas en Debate) ¿Cree que haciendo obras ilustradas es una forma amena de llegar a un público más amplio y joven, y así se acerquen a temas que les puedan resultar «complicados» de entender?

La Guerra Civil siempre ha sido difícil de explicar en las aulas, debido a las pocas horas de las que disponen los profesores para darla. Pasar de puntillas por ella y contarla de manera simplona ha sido lo habitual. En los últimos años, se han publicado varios cómics sobre ella que están siendo utilizados como material didáctico, de manera más eficaz que los documentales o las películas. Esas dos adaptaciones de Paul Preston han ayudado a que sea un autor accesible para los alumnos, más ameno y directo, gracias al apoyo de los dibujos, pero sin traicionar su rigor. Por otro lado, no creo que todo deba traducirse a dibujos por el mero hecho de darlo mascado a los estudiantes. La literatura es una experiencia distinta, que no debe ser sustituida, y tampoco los cómics deben entenderse como un primer paso a lecturas «más serias»: existen muchos con mayor calidad literaria y madurez que gran parte de las novelas que se publican.

De los proyectos que ha realizado hasta ahora, ¿hay alguno del que se sienta más orgulloso?

Las aventuras de Joselito (Reino de Cordelia) es lo mejor que he hecho. Conseguí llevar hasta el final una idea disparatada que venía de varios años atrás: crear un biopic del «pequeño ruiseñor» en el que cada episodio tuviese un estilo gráfico y narrativo distinto, y que sirviera a su vez de homenaje a las distintas escuelas, géneros y autores de la Historia del Cómic. Fue un milagro que me cuadrase tan bien y que tuviese una coherencia, pese al proceso caótico que la gestó y la falta de control sobre ella que en varios momentos tuve.

¿Se valora a los dibujantes de cómic lo suficiente en España? ¿Qué papel juega en la cultura visual actual?

Ha mejorado bastante la situación. Los autores tenemos más presencia en los medios que hace no mucho, existe un Premio Nacional de Cómic, hay secciones de tebeos en prácticamente todas las librerías generalistas, se publica más que nunca… pero las ventas, por lo general, acompañan poco y no se corresponde con todo esto. Hay autores extraordinarios actualmente que no consiguen ganar una cantidad digna por su trabajo, ni tienen el reconocimiento que merecen. Ignoro qué percepción se tiene del cómic en la cultura visual ni qué papel representa, pero es indudable que cada vez tiene más protagonismo.

¿Cree que sin libro en papel habría cómics? ¿Desaparecerá en un futuro el papel?

El cómic seguiría existiendo de una u otra forma. Hace unos años parecía que el libro digital haría desaparecer el papel, pero no fue así. A la mayoría les debe parecer raro pagar por algo intangible, supongo. Yo sí que soy consumidor, porque leerlos en una tablet durante los viajes es muy cómodo. Pero es una experiencia distinta y para mí sigue teniendo importancia el objeto.

Los cómics de superhéroes, adaptaciones de grandes novelas clásicas, biografías, están en la mayoría de las librerías todos juntos en una misma sección ¿tiene esto sentido? ¿Debería estar un cómic adaptado de Dickens junto con sus novelas?

Ya es un gran paso que los cómics tengan su sitio en las librerías y centro comerciales. A nadie le molesta que Ozores y Ozu sigan estando juntos en la sección de cine, por ejemplo. Creo que tiene sentido que todos formen parte de la misma sección, pues me parecería un poco lioso hacerlo de otra forma.

¿Está actualmente trabajando en un nuevo proyecto?

Sí, por suerte siempre estoy encadenando distintos trabajos, pero posiblemente antes de que acabe el año empiece con la siguiente obra larga.

¿Qué libro o libros recomendaría leer a todo dibujante?

Historia de los Cómics , de Editorial Toutain y dirigida por Javier Coma, es un coleccionable de 48 números que ofrece un repaso desde los orígenes de los tebeos hasta 1983. No sé si será fácil de encontrar, yo la heredé, pero ha sido la obra con la que más he aprendido y más me ha motivado.

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