Leonard Gardner, autor de «Fat City»
Leonard Gardner, autor de «Fat City»
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Con Gardner, en la lona

Una nueva editorial, Underwood, rescata un peso pesado de la literatura norteamericana: «Fat City», de Leonard Gardner. Boxeo, bares, gasolineras y mujeres «on the rocks»

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En su breve pero noqueante introducción al reciente rescate de «Fat City» (1969), debut y despedida hasta la fecha de Leonard Gardner (Stockton, California, 1933) en la prestigiosa colección de la «New York Review of Books» -tratamiento canónico que ya le habían concedido Vintage Contemporaries en los 80 y la University of California Press en los 90-, Denis Johnson recuerda su descubrimiento de la novela a finales de los 60. «Por su precisión dando tanto valor a cada palabra, sentí que podía leerla con las yemas de mis dedos, como si fuese braille», escribe allí. Y apunta también que tiempo después, alumno en el Writer’s Workshop de la Universidad de Iowa, no dejaba de encontrarse con compañeros («Fat City tenía admiradores por todas partes») que podían recitar páginas enteras de memoria «como si estuvieran en éxtasis».

Y Johnson -quien no dejó de estudiar el juego de piernas y puños de «Fat City» entre sus diecinueve y veinticinco años- finalmente se dijo que tenía que dejarla de lado si no quería acabar escribiendo pálidas imitaciones de su magistral excelencia. Tiempo después, habiendo publicado las formidables (y también de estructura episódica) «Ángeles derrotados» e «Hijo de Jesús», Johnson volvió a «Fat City» para descubrir que «un largo exilio» no le había «salvado de la influencia de su perfección. Me había enseñado a mí mismo a escribir con el estilo de Gardner, aunque no tan bien como él».

Así de buena

Digámoslo así: si «Fat City» -en su momento candidata al National Book Award, comparada con Herman Melville y Mark Twain, y celebrada también por gente como un «excitado y envidioso» Raymond Carver, Frank Conroy, Joan Didion, Ross Macdonald, Joyce Carol Oates, Walker Percy, Jayne Anne Phillips y Michael Ondaatje- fuese un álbum, sería «The Velvet Underground & Nico». Ya saben lo que se dice: no muchos lo compraron en su momento, pero todos los que lo hicieron formaron buenas bandas de «rock» tras escucharlo.

El crítico del «Kansas City Star» lo dijo con las palabras justas: «Probablemente no existe novelista vivo que, de ser honesto consigo mismo, no estaría orgulloso de haber escrito "Fat City". Así de buena es». Y no hace mucho la revista literaria «Tin House» la definió como «uno de esos gigantes dormidos de la literatura moderna».

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