ENTREVISTA

Tomás Alcoverro: «Daesh perderá en el campo de batalla, pero en el ideológico tiene para rato»

El periodista y escritor, decano de los corresponsales en Oriente Próximo, recoge sus crónicas sobre el conflicto de Siria en el libro «¿Por qué Damasco?»

MADRID Actualizado: Guardar
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A Tomás Alcoverro (Barcelona, 1940) se le conoce en la profesión como el «decano», no en vano lleva más de cinco décadas ejerciendo el periodismo, por lo que hace años que dejó de ser una profesión para convertirse en una forma de vida. Y lo ha hecho y lo sigue haciendo desde el albero, y no desde la barrera. Armado con una inmensa curiosidad y una pequeña libreta se ha adentrado en los puntos calientes de Oriente Próximo. Ese pequeño bloc le ha llevado en ocasiones a levantar sospechas y a ser detenido por la policía durante las manifestaciones en la plaza Tahrir de El Cairo, uno de los escenarios principales de la Primavera Árabe. «Pensaba que me iban a matar», reconoce en una de sus crónicas.

Recientemente ha visitado la histórica Palmira y la castigada Alepo tras ser recuperadas de manos de los yihadistas y de los rebeldes. Y hace tan solo unos días entrevistaba al poco accesible presidente sirio, Bashar al Assad. Cita a la que tuvo que acudir esta vez sin libreta...

En la tarjeta que nos entrega, bajo su nombre se puede leer la palabra abogado. Licenciado en derecho, como su padre –«entonces no había Políticas ni Económicas, y Filosofía y Letras decían que era una carrera de chicas», se justifica–, Alcoverro se decantó pronto por el periodismo –«porque me gustaba escribir», confiesa–. En 1964, y viviendo todavía en Barcelona, al mismo tiempo que escribía para medios de su ciudad publicaba crónicas literarias sobre autores catalanes en las páginas de ABC, una etapa que se apresura a recordar durante este encuentro. «¿Puedo contarlo?», interroga, consciente de que el tema central de la entrevista discurrirá por otros derroteros más acuciantes. Cómo negarle ese deseo al «decano»...

Artículo de Tomás Alcoverro en ABC, el 6 de febrero de 1964
Artículo de Tomás Alcoverro en ABC, el 6 de febrero de 1964

«La sección se llamaba “Escritores en la orilla” -rememora-. Era una sección que salía varias veces a la semana, y en ella hablaba sobre autores catalanes que escribían tanto en catalán como en castellano: Ana María Matute, Segarra, Luis Romero... Estoy muy satisfecho de esos artículos. Es una parte de mi carrera que me gustaría que se conociera, aunque no tengo material suficiente para recopilarlos en un libro», lamenta.

Fascinación por Oriente Medio

Alcoverro pasó pocos años en la mesa de una redacción. Su pasión por Oriente Medio le llevó a asomarse a sus conflictos, pero también a su vida cotidiana, a su historia, a sus gentes y a su cultura... Corresponsal de La Vanguardia, tras pasar por Atenas y París instaló su corazón y su, entonces, máquina de escribir en Beirut. No regatea elogios y piropos hacia la ciudad que lo acogió hace más de cuatro décadas y que ha servido de atalaya para muchos corresponsales extranjeros desde la que seguir el devenir político de sus países vecinos, con gobiernos menos generosos a la hora de brindar visados e información. Su inmensa gratitud hacia Beirut le lleva a asegurar que solo la abandonará «con los pies por delante».

-¿Cómo fue en el trato personal?

«Creo Al Assad está convencido de que es un ser providencial, que va a salvar el país«

-Es un hombre muy atento, escucha y se concentra en lo que estás diciendo. Da siempre la impresión de mucha tranquilidad, y de que tiene argumentos suficientes para justificar lo que hace. Creo que está convencido de que es un ser providencial, que va a salvar el país...

-Entonces, ¿está convencido de que ganará el referéndum popular que, según el propio Al Assad, decidirá si permanece o no en el poder?

-Yo estoy seguro de que lo ganaría.

-Su victoria sería cuestionada...

-Aquí se ha cometido un error desde el principio al no evaluar correctamente la fuerza de Al Assad. Recuerdo que el embajador de España decía en 2011 que tanto él como el resto de embajadores occidentales creían que el régimen tenía los días contados. Algo que no ha sido así. Lo que quiero explicar bien es que el fenómeno del régimen baazista habría que estudiarlo como un fenómeno único en el mundo. ¿Cómo es posible que este régimen se haya mantenido? Evidentemente por la represión, por las cárceles, por las armas químicas que ha utilizado en algunos momentos, por todo lo que lleva haciendo desde hace años a través de los «mujabarats» (servicios secretos sirios)... Pero nos podemos quedar en eso, o añadir más.

«En Oriente Medio el nivel cultural va bajando, y van subiendo los fanáticos. Y ese es mi gran miedo»

El régimen del Baaz, que alcanzó el gobierno en Siria en 1963, ha demostrado una habilidad extraordinaria para ganar tiempo, aferrarse al poder y no ceder. Ha sabido mantenerse en el tiempo, mientras que las circunstancias internacionales han ido cambiando. Los gobiernos democráticos tienen que dar cuenta a sus pueblos de por qué ha fallado esto. Tal vez por un exceso de precipitación, en el que todos se han inclinado hacia un lado poniéndose en frente. Esa ha sido la habilidad del régimen sirio, que yo calificaría de pérfida. En este momento, nadie sabe cómo va a acabar la guerra, pero lo que es cierto es que hay un problema cultural y de educación pavoroso (las escuelas y las universidades no funcionan), no solo en Siria, también en el Líbano, donde los círculos más laicos y más abiertos han ido perdiendo fuerza y la gente se está haciendo más fanática. Yo lo veo en el Líbano, el nivel cultural va bajando, y van subiendo los fanáticos. Y ese es mi granmiedo.

Creo que militarmente Daesh en poco tiempo perderá en el campo de batalla, pero me temo que en la lucha ideológica tiene para rato, porque a muchos jóvenes les atrae, ya sea porque viven en la precaridad y quieren escapar de ella, o porque quieren vivir aventuras. Nuestro problema es que no tenemos argumentos para enfrentarnos a sus mensajes, en los que ofrecen huries o ser mártires en una guerra santa. Desde Occidente cómo reaccionamos frente a esto si no estamos dispuestos a defender nuestros valores democráticos...

-¿Qué papel cree que va a jugar en este escenario el nuevo presidente de EE.UU. , Donald Trump?

-Cuando ganó las elecciones, un diario oficial sirio dijo que era una buena noticia, porque lo que no les gustaba nada es que ganara Hillary Clinton, pues pensaban que continuaría la política de Obama. Ahora no sé qué es lo que va a pasar, pues Trump es muy ambiguo, muy demagógico en sus discursos y hace declaraciones hacia la galería, vete a saber qué puede suceder [Esta entrevista tuvo lugar 24 horas antes del presunto ataque con armas químicas del régimen de Al Assad contra la ciudad de Jan Sheijun, y tres días antes del ataque estadounidense contra la base aérea siria de Al Shairat]. Pero creo que es muy difícil que cambie la política de EE.UU. en Oriente Medio en dos puntos fundamentales: la alianza incondicial con Israel y el compromiso con Arabia Saudí y su política de seguridad.

Lo que sí está más claro es el papel de Rusia. Es un país de la zona, que en la época soviética tenía un gran interés en las llamadas aguas calientes, esto es, el petróleo. En la época soviética mantuvieron magníficas relaciones con el padre de Bashar al Assad, con Nasser, con la OLP de Arafat, con Yemen... Esta inversión de esfuerzos diplomáticos soviéticos en Oriente Medio se perdió con la caída de la URSS, y lo que está haciendo ahora Vladímir Putin es recuperarlo. Hay una especie de matrimonio de razón entre el régimen de Siria y la URSS, en su momento, y ahora Rusia. Lo que está sucediendo ahora es completamente lógico.

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