Ian McEwan, autor de «Cáscara de nuez»
Ian McEwan, autor de «Cáscara de nuez» - Inés Baucells
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«Cáscara de nuez», nacer o no nacer

El autor de «Expiación», Ian McEwan, da una vuelta de tuerca a «Hamlet» en una novela protagonizada por un vengador fetal

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Ian McEwan (Aldershot, Reino Unido, 1948) contó que la idea para «Cáscara de nuez» se le ocurrió mientras conversaba con su embarazada hija política. «Hablábamos sobre el bebé por llegar pero, aunque estuviese dentro de ella, yo era muy consciente de su presencia en la habitación», dijo. Pero seamos maliciosos -este es un libro muy malicioso-, y pensemos que McEwan fue convocado para esa reciente colección de conmemorativas y cuatricentenarias reescrituras libres de Shakespeare y que primero dijo sí; pero luego se lo pensó y prefirió ir por libre y no compartir su idea. Y -de haber sido así- es comprensible: la de «Cáscara de nuez» es una muy buena aunque no tan original idea.

Pero «Cáscara de nuez» es también un hito importante en su obra.

No solo por su pericia técnica o su personal voz narradora sino porque permite reencontrarse a los que ya estaban un poquito cansados (me incluyo) de su perfil de «best seller» comprometido con aquel joven bestial y transgresor que alguna vez fue. Ese que escribía muy lejos de los verdes laureles y de aquel verde vestido de Keira Knightley en la adaptación cinematográfica de « Expiación» así como de esas un tanto envaradas y solemnes y preocupadas por «el estado de las cosas», «Chesil Beach» o «La ley del menor». Me refiero al McEwan de relatos antológicos y transgresores como «Fabricación casera» y «Geometría de sólidos» en «Primer amor, últimos ritos» o de novelas perfectamente degeneradas como «El jardín de cemento»

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