Campo de concentración de Flossenbürg (Baviera), donde Enric Marco «presumía» de haber estado internado
Campo de concentración de Flossenbürg (Baviera), donde Enric Marco «presumía» de haber estado internado
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Javier Cercas, las mentiras del héroe

Enric Marco se hizo pasar durante años por superviviente de los campos nazis y fue desenmascarado. Javier Cercas nos cuenta su historia en «El impostor». Sin duda, su mejor novela

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No se puede saber si Javier Cercas llegará a escribir en el futuro un libro mejor que El impostor; lo que sí es seguro es que ha publicado su mejor libro hasta la fecha. La rotundidad de este juicio se basa en que ha logrado que su literatura previa desemboque aquí, pero avanza además un territorio en la frontera de los géneros que únicamente había explorado a tientas en sus títulos precedentes y que ahora se afirma con maestría.

Está bien la metonimia que usa de las capas de la cebolla, no únicamente porque recuerde las memorias de Günter Grass, sino porque a El impostor le pasa lo que a la vida de su protagonista, Enric Marco: tiene diferentes estratos –a cual más complejo e interesante– que el argumento va desvelando paso a paso.

La buena literatura no puede situarse en lugar distinto de la inteligencia

Al escribir sobre esta novela de Cercas, lo primero que quiero es celebrar que el autor haya huido de la simplicidad. El material del que se sirve –la vida de un tremendo impostor como Enric Marco, que había llamado la atención de dos grandes escritores como Mario Vargas Llosa y Claudio Magris– era en sí mismo materia novelesca. Un gran engaño, perpetrado por quien había sacado fama y réditos de pasar por superviviente de un campo de concentración nazi, lo que resultó una falacia que escondía otras anteriores, relativas a su lucha sindicalista y a su paso por la CNT.

El libro tenía que desvelar la verdad/mentira del personaje; pero Javier Cercas no se limita a esa revelación. Lo hace en una primera capa, que es la que más se parece a un relato sin ficción, uno de esos «relatos reales» cuya denominación acuñó en español, y que responde al género conocido en el mundo anglonorteamericano como factual fiction: un tipo de novela-investigación de un caso del cual A sangre fría, de Truman Capote, figura como mejor ejemplo, y que tenía a la formidable Enterrar a los muertos, de Ignacio Martínez de Pisón, como precedente en nuestra lengua.

Nada de ficción, pues, pero sí mucho de relato literario; una composición cuyos avatares nos llevan a leer la historia con el mismo entusiasmo con que se lee una intriga novelesca, pero sabiendo que lo que se cuenta es cierto. Porque además la vida de Enric Marco, tanto la real como la que él había fingido, nos obliga a reconocer que la realidad resulta a veces más poderosa que cualquier ficción.

Metamorfosis narcisista

Junto a esta capa hay otras tres, dos de ellas cervantinas. La primera entronca con una veta que Cercas nunca abandona: la reflexión sobre el héroe, sobre quien alcanza a ser más que una persona, por devenir personaje que simboliza una cualidad de reconocimiento. Si Soldados de Salamina fue la búsqueda del héroe comunista anónimo; si Anatomia de un instante quiso fijar el momento en que Adolfo Suárez eligió ser héroe de la Transición, El impostor es la deconstrucción de alguien que resultó un antihéroe, pero a fuerza de haber sido heroico, de haber querido dejar la vida gris de Alonso Quijano para resultar don Quijote.

La sociedad posfranquista amamantó fenómenos como el de Enric Marco

Esa metamorfosis narcisista desemboca en otro modo de ser cervantino: la meditación sobre la naturaleza de la novela que se está haciendo. De manera que El impostor es a la vez una historia y un análisis literario sobre el límite de la verdad y de la ficción, o de cómo una y otra se entreveran. Aunque no estoy muy de acuerdo con el concepto de mentira (la ficción casi nunca lo es), Cercas aborda el sustrato que soporta la existencia de los héroes y la necesidad social de ellos.

Hay otra capa de la novela que resulta novedosa: una profunda reflexión, en términos de ensayo lleno de agudeza, sobre la vida social de los españoles tras el franquismo, y cómo la mala administración del concepto de «memoria histórica» ha provocado una profunda brecha que perturba la verdadera justicia, para imponer suplantaciones y mistificaciones varias. Es la sociedad española del posfranquismo la que amamantó fenómenos como el de Enric Marco y otros paralelos. La novela de Cercas arrostra con enorme valentía y notable documentación bibliográfica ese verdadero tema de nuestro tiempo.

Hay, por último, una capa de juego autoficcional del propio Cercas, pleno de ironía y autocrítica, que revela hasta qué punto la buena literatura no está reñida con la reflexión, ni puede situarse en lugar distinto de la inteligencia. Un estupendo libro que hará disfrutar a los lectores.

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