Manuel Salinas leyendo su discurso de ingreso en la Academia
Manuel Salinas leyendo su discurso de ingreso en la Academia - JUAN FLORES
ARTE

La pintura abstracta de Manuel Salinas ingresa en la Academia de Santa Isabel

El artista sevillano ingresó en la Academia de Bellas Artes con una reivindicación del arte sin adjetivos: «Me defino como un abstracto estricto»

SEVILLA Actualizado: Guardar
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El arte abstracto, a menudo tan incomprendido e incluso vilipendiado, entró este miércoles con todos los honores en la Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría bajo la presidencia de Isabel de León, marquesa de Méritos.

Manuel Salinas, referente de la abstracción en la pintura sevillana del siglo XX, pronunció un discurso titulado «El arte por el arte», en línea con la tesis orteguiana, alejada de compromisos políticos y presencias públicas del artista: «El pintor debe dedicarse a pintar y a hablar poco de lo que pinta». Él mismo se definió con toda propiedad como «un abstracto estricto».

El artista recalcó su interés personal en despojar a su pintura de todo lo que no es expresión plástica hasta el punto de no haber puesto nunca título a ninguna de sus obras para no hacer literatura.

El pintor definió sus trabajos como «composición de formas y colores».

En su disertación de ingreso, Manuel Salinas hizo un repaso por su trayectoria artística desde una primera etapa figurativa hasta llegar a la abstracción a partir de una estancia en los años 70 en Estados Unidos donde describió «en ciertos autores del expresionismo abstracto una alegría muy potente».

Salinas abogó por una ley de mecenazgo europea porque, dijo, «ayudaría a una buena evolución de la pintura y la cultura general, porque contribuiría a despolitizarla» lejos de la «cultura politizada y condicionada de una determinada ideología, resultante de un arte subvencionado y unos convencionalismos sociales de lo que debe ser un pintor».

El pintor incluyó en su discurso un repaso por su trayectoria en la ciudad donde nació y las iniciativas promovidas desde hace casi cincuenta años, algunas nonatas como el Museo de Arte Abstracto de Europa en el antiguo cuartel del Carmen que finalmente se fue al traste por la falta de implicación de la Junta de Andalucía y la carencia de una normativa de mecenazgo que favoreciera el patrocinio privado.

El discurso de ingreso fue contestado por el también artista plástico Juan Fernández Lacomba, quien resaltó la «incuestionable» personalidad del artista.

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