Las visitas a la Cueva de Altamira se reanudarán el 15 de agosto

Los cinco visitantes semanales no saldrán de un sorteo, sino que se recupera la lista de espera de 2002

Techo de Polícromos. Cueva de Altamira © Museo de Altamira. Foto Pedro Saura

Natividad Pulido

El pasado 9 de junio volvía a abrir sus puertas el Museo Nacional y Centro de Investigación Altamira , después de casi tres meses de cierre a causa de la pandemia. Lo hacía con un aforo reducido de 66 personas cada hora (lo normal era 120) y gratuidad hasta el 31 de julio. Reabría la Neocueva, pero de la reapertura de la Cueva original seguíamos sin noticias... hasta hoy. En la reunión de la Comisión Permanente del Patronato de Altamira se acordó la decisión de que las visitas a la Cueva se reanuden el próximo 15 de agosto . Seguirán los mismos protocolos de acceso establecidos hasta ahora: cinco personas a la semana, un recorrido de 37 minutos con tiempos de permanencia definidos para cada estancia, y la obligatoriedad de usar monos desechables, gorro, mascarillas y un calzado especial.

Eso sí, hay un c ambio sustancial en la selección de los visitantes . Desde que en febrero de 2014 se reabrieron las visitas a la Cueva, hasta el cierre del pasado mes de marzo, las cinco plazas disponibles semanalmente se sorteaban entre las personas que visitaban el museo cada viernes. Pero las medidas de distanciamiento social recomiendan evitar las aglomeraciones. Por ello se ha optado por recuperar la lista de espera que había en 2002 -antes de cerrarse la Cueva al público para realizar estudios de conservación-, y que fue certificada ayer ante notario.

Hablamos, vía telefónica, con Pilar Fatás, directora del Museo de Altamira , que nos aclara que en el registro de entrada hay algo más de 4.500 solicitudes nominales: «En 2002 la Cueva se cerró temporalmente de manera preventiva por cuestiones de conservación. Y esa es la lista que, hasta ese momento, se estaba utilizando para asignar visitas a la Cueva de Altamira. Esa lista se quedó congelada en el tiempo. Ahora, con esta situación que estamos atravesando, y puesto que no podíamos cumplir con las medidas higiénico-sanitarias, realizando el sistema de selección aleatoria por sorteo, determinamos, de manera temporal y mientras dure esta crisis sanitaria, que ésta era una manera de retomar las visitas a la Cueva. Al final, es un sistema de cita previa con las personas que están en esa lista. La idea es retomar de nuevo el anterior sistema o valorar en todo caso cuál es el mejor sistema a seguir».

La «salud» de la Cueva

¿El confinamiento ha mejorado el estado de la Cueva? «Cualquier cierre y reducción de accesos a la Cueva de Altamira, y a cualquier otra cueva con arte rupestre, sin duda alguna mejora su estado. No se vería quizás de manera inmediata, pero en el largo plazo, por supuesto. Las cuevas son lugares frágiles , en particular la Cueva de Altamira. Cualquier modificación de los parámetros medioambientales le afecta. También, el acceso de personas a su interior». ¿Es partidaria de que se cierre definitivamente al público o de seguir como hasta ahora? «En el plan de conservación preventiva se estableció que el acceso de cinco personas a la semana, con un protocolo determinado, era inocuo a la conservación de la Cueva . Realmente, es un régimen de visitas muy conservacionista. Nosotros hacemos el seguimiento, el monitoreo, de forma permanente. Mientras esas condiciones sigan estables, con visitas tan limitadas y controladas, es una manera de que los ciudadanos puedan acceder al patrimonio, que es una de las responsabilidades que tenemos los gestores de patrimonio cultural».

¿Continúan las filtraciones de humedad ? ¿Se mantiene la subida de la temperatura medio grado? «La Cueva tiene una serie de riesgos. Los bisontes están pintados en un techo, el techo de los Polícromos . Es una cavidad y en las cavidades hay lógicamente circulación de agua: filtraciones del exterior y el propio agua interior. Eliminando las visitas no resolveríamos ese riesgo. No hay una solución definitiva a ello. El plan de conservación preventiva desarrolla una serie de protocolos que buscan minimizar los efectos de esos riesgos, frenar el deterioro, que viene sucediendo desde la Prehistoria. En cuanto a la subida de la temperatura, no está vinculada al acceso de las personas, sino a la subida de la temperatura en todas partes, derivada del cambio climático . La situación de la Cueva sigue estable».

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