El tratado de las pasiones de un gran humanista: Bill Viola

«Espejos de lo invisible» reúne en la Fundación Telefónica de Madrid una veintena de proyectos del célebre videoartista norteamericano

«Tierra», «Aire», «Fuego» y «Agua», de la serie «Mártires», de Bill Viola, 2014 BILL VIOLA STUDIO

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Es un viejo conocido en nuestro país. El videoartista Bill Viola (Nueva York, 1951) adora España, sus artistas, sus iglesias románicas, el Prado, Goya... Hemos visto sus hipnóticos y siempre elegantes trabajos, de una factura impecable, en el Reina Sofía, la Fundación La Caixa, la Academia de Bellas Artes, el Guggenheim de Bilbao (por partida doble) o repartidas por la ciudad de Cuenca. También, como escenografía del «Tristán e Isolda» de Peter Sellars en el Teatro Real. Tras su paso por la Pedrera de Barcelona, donde sus vídeos se midieron con la arquitectura de Gaudí, llega ahora a la sede de la Fundación Telefónica en Madrid la exposición «Bill Viola. Espejos de lo invisible» , que reúne, hasta el 17 de mayo , una veintena de proyectos –desde los años 70 hasta 2014– de este artista, cuyo delicado estado de salud le ha impedido viajar a la capital. A buen seguro, le hubiera gustado escaparse al Prado, donde en 2006 impartió una conferencia, y ver la obra de artistas como Goya que tanto admira. Desde hace un tiempo es su esposa, Kira Perov , directora del Bill Viola Studio, y la mejor conocedora de su trabajo, quien habla por él. Ayer recordaba la estrecha conexión de su marido con nuestro país.

Para la obra de un creador que siempre ha tenido una pierna en la tecnología más puntera (son producciones muy sofisticadas de una gran complejidad) y otra en el arte y el humanismo (es un amante de los primitivos italianos: Giotto, Masaccio, Masolino ...), resulta muy apropiado un espacio como la Fundación Telefónica. Hombre de exquisita sensibilidad y una gran espiritualidad, ha buceado en el misticismo cristiano, el budismo zen y el sufismo islámico en sus viajes por todo el mundo.

«El quinteto de los estupefactos», de Bill Viola BILL VIOLA STUDIO

Silencio y oscuridad

Sendos autorretratos abren y cierran esta exposición. En uno de ellos, vemos a Viola contando cada una de sus respiraciones. En el otro aparece bajo el agua en un río con los ojos cerrados. La visita a sus exposiciones invita al silencio y la oscuridad, a la serenidad y la calma. Reclama siempre un tiempo suspendido , como el de sus vídeos, realizados a cámara superlenta. En la muestra que le dedicó el Grand Palais de París en 2014, el tiempo medio que le dedicaron los visitantes fue de dos horas y media.

Bill Viola aborda en sus trabajos temas universales como la vida y la muerte, el paso del tiempo, la soledad... Están presentes en la muestra trabajos de seis de sus series más célebres, como «Las pasiones» o «Mártires» , un proyecto concebido para la catedral de San Pablo de Londres y protagonizado por los cuatro elementos: tierra, aire, fuego y agua. Tampoco faltan obras muy conocidas como «La habitación de Catalina» (discurre no solo un día en la historia de una mujer, sino un año... y toda una vida atrapada en cinco pequeñas pantallas), «Aparición» (basada en la «Piedad» de Masolino) o «El quinteto de los estupefactos», inspirado en «La coronación de espinas», del Bosco. Pura emoción .

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